La importancia de la correcta alimentación en la adolescencia: qué consumir y qué evitar
Este es un período de desarrollo físico, emocional, social e intelectual. También es el momento en que los jóvenes establecerán sus hábitos alimenticios para el resto de su vida. Qué deben comer y que deben evitar para tener una correcta alimentación.
La adolescencia puede ser una de las etapas más complejas para el ser humano, debido a los cambios fisiológicos, psicológicos y sociológicos que tienen lugar durante la misma. Como consecuencia de esas alteraciones las necesidades nutricionales cobran gran importancia, porque inciden directamente en el crecimiento.
Por eso es importante acompañar a los adolescentes en la nutrición e incentivar la realización de ejercicio físico, dado que estos emplean gran parte de su día en actividades sedentarias como la televisión, videojuegos, etc. El sobrepeso y la obesidad, son también problemas nutricionales frecuentes en esta etapa de la vida y por eso hay que estimularlos desde una edad temprana, en la participación de deportes con el objetivo de prevenir.
Los problemas nutricionales
En la adolescencia la creciente independencia, la mayor participación en la vida social y las múltiples ocupaciones, frecuentemente influyen negativamente en los hábitos alimentarios, “provocando una mayor tendencia a saltear comidas, ingerir colaciones no nutritivas o el picoteo de alimentos bajos en nutrientes, como así también una marcada preferencia por las "comidas rápidas", y por adoptar dietas de moda que se puede encontrar principalmente en las redes sociales”, explicó a El Litoral la nutricionista Macarena Pinatti.
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Las últimas encuestas nacionales de nutrición y salud que se hicieron en 2019 arrojaron que lo que más consumen los jóvenes son las bebidas -gaseosas o jugos artificiales azucaradas- después le siguen los productos de pastelería, panadería, los dulces, las galletitas, los cereales con azúcar y los snack.
“Estas pautas alimentarias hacen que los adolescentes constituyan un grupo de riesgo, con tendencia a desarrollar deficiencias nutricionales. Pará evitar esto es fundamental el cuidado de las comidas, realizarlas en el grupo familiar, evitar el excesivo consumo de gaseosas, dulces, snacks, etc y aumentar la oferta de alimentos de buena calidad como verduras, frutas, cereales integrales”, señaló la profesional.
A esto se le suma que en una era de interconexión y de fácil acceso a la información es sencillo encontrar muchas dietas hipocalóricas - informa la profesional - que sacan todas las grasas para poder bajar de peso, pero ellas son fundamentales en el tema hormonal y el cerebro. Estamos hablando de grasas de buena calidad, es decir de las que contienen omega 3, omega 6 -aceite de oliva, la palta, los pescados azules de agua fría, las semillas, el coco, frutos secos, entre otros-”.
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Educación alimentaria
Es importante saber que el nutricionista lo que busca es que la persona aprenda a comer, con el objetivo de poder mantener el hábito a lo largo de su vida.
Antes se recomendaba, casi de manera estricta que la persona tenga entre 4 o 6 comidas, hoy en día se apunta a la alimentación consciente, no comer de forma obligada, automatizada, sino que se aprenda a escuchar al cuerpo para poder detectar si se come por hambre o por ansiedad. “Esto es lo que generamos cuando obligamos a la persona a hacer 6 comidas diarias, a que el sujeto no responda a estas señales de hambre y ansiedad sino que coma porque lo tiene que hacer”.
La alimentación debe ser completa, equilibrada y variada, con productos de buena calidad, más allá del valor calórico que tenga, con nutrientes reales y disminuir el consumo de procesados.
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“Cuando comienza la pubertad los requerimientos calóricos son diferentes entre sexos, porque comienzan los cambios hormonales, en la masa magra, en la masa grasa, el crecimiento rápido de la talla y también va a influir si realizan actividad física o no”, resaltó la nutricionista
Hay dos tipos de nutrientes que los adolescentes deben consumir: los que aportan energía y los micronutrientes, que regulan las funciones corporales. Los macronutrientes incluyen proteínas, carbohidratos y grasas, mientras que los micronutrientes incluyen vitaminas y minerales como el hierro, el zinc o el calcio
Si el adolescente realiza algún deporte de forma regular o de alta competición necesitará un aporte mayor de energía. No obstante, y aunque la alimentación debe variar para completar las necesidades del organismo, ésta debe mantener el nivel de crecimiento dentro de la normalidad y preservar la composición corporal de forma óptima.