En el año 1885 el Congreso de la nación sancionó una ley que dispuso la creación de un instituto nacional para personas sordas, lo que resultó en la primera escuela escuela para sordos de Argentina. Esto ocurrió un 19 de septiembre, razón por la cual se eligió esa fecha como el “Día nacional de las personas sordas”.
Sobre la realidad del colectivo se expresó Fernanda Olmos, presidenta de la Asociación de Sordos de Santa Fe (Asorsafe)
Fernanda fue consultada sobre la realidad argentina en materia legislativa, en lo que respecta a los derechos de las personas sordas. Al respecto, señala que “en la provincia de Santa Fe existe una ley que reconoce la lengua de señas, sancionada en 2012, pero a nivel nacional todavía no”.
Lo que sí existe es la Convención Nacional de los Derechos para Personas con Discapacidad que reconoce los derechos de las personas sordas. “Estamos luchando para poder conseguirla y que se reconozca la lengua de señas como la lengua de la comunidad sorda”, afirma.
Las tareas que realiza la Asociación
Fernanda señala que Asorsafe cuenta una comisión directiva integrada completamente por personas sordas, y se mantiene atenta a la comunidad y a los pedidos que vienen de parte de ella. “En este momento también estamos enfocados en lo que es el terreno, ya que hace poco pudimos conseguir tener una escritura pero fue una lucha de 47 años” destaca, en referencia a que, recientemente, el gobierno provincial firmó la cesión de un terreno a la Asociación para la construcción de su sede.
Dentro de la Asorsafe existen distintas subcomisiones que organizan diversas actividades. “Deportes se encarga de organizar torneos de fútbol y vóley, entre otros, y viajan por el país, al igual que la subcomisión de jóvenes, que genera encuentros e intercambio con adolescentes en diversos puntos de Argentina”, detalla Fernanda.
“También se enseña lengua de señas para poder comunicarse con personas sordas, y se sostienen convenios en este aspecto con otras instituciones, muchas veces fuera de Santa Fe”, destaca Olmos. A su vez cuentan con un equipo de intérpretes que brinda sus servicios de acuerdo a las demandas. El grupo está conformado no sólo por intérpretes sino también por asesores que luchan por la accesibilidad, están en contacto con los medios de comunicación e intercambian con diferentes organizaciones.
Principales problemáticas
En primer lugar, Fernanda señala que como Asociación realizan acciones contra la violencia de género que también afecta a las mujeres sordas: “empezamos a trabajar el tema porque ASORSAFE tiene que ocuparse de esta problemática”, sentencia.
Otro problema se les presenta a las personas sordas a la hora de consultar los medios de comunicación. Las comunidad sorda no necesariamente habla español (así como las personas oyentes no necesariamente hablan lengua de señas). Esto significa que de alguna manera quedan aislados de la realidad social que acontece.
“No tenemos información sobre paros, aumento de sueldos; en definitiva cualquier información general que circule no nos llega”, reflexiona Olmos.
Se encuentran con otro obstáculo en el ambiente de la salud: ”a veces nos encontramos con barreras cuando las personas sordas llegamos con alguna urgencia a un hospital”, enuncia. Sin embargo también destaca que hace unos años se creó la Unidad de Atención para Personas Sordas (Uaps), en el Hospital Iturraspe “en donde las personas sordas podemos acceder al sistema de salud”.
Por último, la presidenta llamó la atención sobre la realidad educativa. Al respecto, señaló que ”las personas sordas en el nivel secundario no pueden acceder a tener intérprete y por eso muchas veces no pueden alcanzar este nivel educativo”.
Fernanda señala que la sociedad en general desconoce a la comunidad sorda, principalmente porque piensa que es muy difícil comunicarse y por eso no se acercan. “También, como Asorsafe nos falta visibilizarnos porque justamente no tenemos una sede que, como dije antes, estamos luchando por conseguir”.
La presidenta de la Asociación destaca la importancia de contar con un lugar a donde la comunidad pueda dirigirse y trabajar de forma mancomunada, un espacio del que todos puedan formar parte. “No importa si saben o no lengua de señas, podemos pensar trabajos en conjunto para poder llegar a toda la sociedad”.
La comunidad sorda siempre ha tenido su lazo azul como una marca que simboliza sus luchas. “Actualmente vemos diferentes pañuelos que simbolizan distintas luchas, y la comunidad sorda no tenía el suyo. Por eso se crea el pañuelo azul, que es una forma de visibilizarse”.
Fernanda remarca la importancia del pañuelo como símbolo en el marco de incansables acciones que buscan conseguir una ley que reconozca la lengua de señas. “Esa es nuestra lucha”, reflexiona.