Dr. Hugo D. Valderrama | Médico neurólogo, Máster en neurociencias (Mat. 5010)
A propósito de la entrada en vigencia desde este domingo de la nueva reglamentación que impone “alcoholemia cero”.
Dr. Hugo D. Valderrama | Médico neurólogo, Máster en neurociencias (Mat. 5010)
Realizamos cálculos y decidimos, utilizando redes neuronales. ¿Evidente, no? Seis minutos puede demorar el alcohol, de un solo vaso de cerveza, en llegar y alterar ya un “poquito” esas redes neuronales. Sabiendo esto, formularé una misma pregunta en dos situaciones:
Primer caso
Un jugador de la Selección Argentina de fútbol asume la responsabilidad, queda frente al arquero y si mete el gol, ganamos la copa mundial. Calcula, decide y erra. Perdimos la final del mundo. Al terminar el partido, las cámaras de televisión revelan que unos minutos antes de entrar al partido y patear el penal, el jugador había tomado a escondidas un vaso de cerveza. Uno solo. Nada más. Sabiendo que el cerebro del jugador de fútbol debe decidir en segundos y mantener alerta sus reflejos, ¿está de acuerdo en sancionar a los jugadores que antes de jugar se toman una vaso de cerveza?
Segundo caso
Un conductor argentino en su vehículo asume la responsabilidad, queda frente a otro vehículo en una esquina, si maniobra correctamente, continuará su camino. Calcula, decide y erra. Mata a un inocente. Luego, las cámaras revelan que unos minutos antes de subir al auto y manejar el conductor había tomado a escondidas un vaso de cerveza. Uno solo. Nada más. Sabiendo que el cerebro del conductor debe decidir no en segundos, sino en centésimas de segundos, y mantener alerta sus reflejos, ¿está de acuerdo en sancionar a los conductores que antes de conducir se toman una vaso de cerveza?
En ambas situaciones, por un “poquito” de alcohol, las neuronas erraron un “poquito”, pero en el caso del conductor, eso es suficiente para que se pierdan vidas.
Afección
El alcohol es una sustancia hidrófila, es decir que busca moléculas de agua por la gran afinidad que tiene con ella. Una vez que lo ingerimos va a buscar rápidamente los órganos que contienen más agua. Uno de ellos es el cerebro, que además tiene la propiedad de no poder bloquear el ingreso del alcohol. Esto hace que en pocos segundos aparezcan las primeras trazas de este tóxico en él, afectando las membranas y conexiones neuronales.
Ya con niveles de 0,2 gr/L de alcohol en sangre se percibe una sensación de desinhibición que muy probablemente puede hacerle tomar riesgos que de otra forma no los tomaría. Si continúa consumiendo se verán afectados sus reflejos, su visión, su equilibrio y su percepción de tiempo y distancia.
Por cierto, destaqué que se trata de un conductor “argentino”, para remarcar la obviedad de que este proceso tóxico neuroquímico del alcohol en el cerebro no es exclusivo de determinadas provincias, sino de cualquier cerebro en cualquier lugar del mundo. Por lo cual las sanciones a aplicar, deben ser aplicadas en toda la Argentina.
Para no cruzar el límite a partir del cual nos dañamos a nosotros mismos o, lo más importante, a otros, debemos tener la información acertada sobre cuál es ese límite y por qué. El alcohol es un tóxico para las neuronas, cualquiera sea su cantidad. El límite en este caso es cero: cero alcohol antes de conducir.
Ya con niveles de 0,2 gr/L de alcohol en sangre se percibe una sensación de desinhibición que muy probablemente puede hacerle tomar riesgos que de otra forma no los tomaría