"Un niño con TDAH puede llevar adelante su escolarización, sólo necesita que lo acompañen"
En el día del TDAH es importante conocer más acerca de este trastorno que afecta a chicos y grandes. Entrevista a la psicopedagoga Laura Perone.
"Es un fenómeno multicausal, que tiene una base neurobiológica pero que debe ser mirado e interpretado desde todas las aristas", sostiene la especialista. Crédito: Mauricio Garín
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) "es un fenómeno multicausal, que tiene una base neurobiológica pero que debe ser mirado e interpretado desde todas las aristas", sostiene la psicopedagoga Laura Perone. En diálogo con El Litoral aborda las características del déficit y considera que se pueden buscar "soluciones prácticas" que ayuden a estos chicos y adolescentes a mantenerse enfocados en su educación.
Perone trabaja con niños y jóvenes desde los 3 años en adelante, con diversos trastornos de aprendizaje y conductuales, entre ellos, el TDAH. Se dedica a hacer clínica terapéutica psicopedagógica y se desempeñó en la formación docente y en gabinetes de diferentes instituciones educativas.
-¿Cómo podría caracterizarse la TDAH?
-Es un trastorno que ha tenido muchas variaciones en su diagnóstico. Hoy en día se lo entiende como un déficit que puede permitir llevar una escolarización totalmente normal, si bien tiene que haber un docente que esté preparado y sepa cómo abordar un niño, un adolescente y hasta un adulto con TDAH. No es un déficit que se cure, sino que es una condición que se tiene de por vida. Antes se pensaba que era una cuestión emocional, que estaba muy ligada a cuestiones estrictamente subjetivas y después se entendió que es un fenómeno multicausal, que tiene una base neurobiológica pero que debe ser mirado e interpretado desde todas las aristas. En primer lugar, hay que aclarar que es un trastorno que se da más en el género masculino que en el femenino; que es genético, por lo que siempre hay alguien en la familia que lo tiene y a lo mejor estuvo subdiagnosticado y no tratado, sólo que ha sabido cómo llevarlo, bien o mal a lo largo de su vida.
-¿Qué sucede en el ámbito de la educación formal con los niños con TDAH?
-El psicólogo Rubén Scandar escribió un libro titulado "El niño que no podía dejar de portarse mal", que es muy interesante porque -justamente- marca todas las facetas de este trastorno y sobre por qué la educación argentina tuvo que reflexionar mucho y tener en cuenta que un niño con TDAH no es que se porta "mal" porque intencionalmente decide hacerlo, sino que no lo puede controlar. Entender eso para un adulto es fundamental y bastante complejo, en primer lugar para los padres, y luego para los educadores. Hoy día creo que hay mucho trabajo realizado sobre la inclusión escolar. Hay docentes que están muy formados y con mucha disponibilidad para aprender, principalmente, en nivel inicial y primario; en el secundario es más complejo porque hay más profesoras y van cambiando. Ahora, es necesario que esté incluida en la formación docente.
-¿Hubo un cambio de paradigma o de mirada hacia los niños con TDAH? Porque en una época se los medicaba y hubo un debate fuerte en las escuelas.
-Requieren medicación aquellos casos que son extremos y complejos porque hay una base neurobiológica de la enfermedad. Pero hay que tener en cuenta que si se saca el medicamento, el niño vuelve al mismo patrón; o sea, es muy sintomática. Entre las características que tiene este déficit está la atención lábil o dispersa; el problema es su sostenimiento: pueden focalizar, pero una vez que lo hacen, les cuesta sostener la atención. Por eso mismo también son chicos muy desorganizados. Otra de las características es la falta de control de sus impulsos: quieren algo y van hacia ese objetivo, de la manera que sea, y sobre todo en niños, en quienes no media aún la conciencia del deber ser. Con medicación, uno lo que veía es que los chicos estaban como aletargados y cuando la dejaban, el patrón comportamental volvía a ser el mismo. Por eso, siempre hay que tener una mirada integral sobre el TDAH, porque ninguna teoría puede explicarlo absolutamente. La impulsividad está muy ligada a la agresividad pero un niño impulsivo puede ser aquel que no controla sus piernas aún estando sentado.
"Ayudarlos"
-¿Qué recomienda a un educador sobre cómo abordar el aprendizaje con estos chicos?
-Primero, hay que conocer bien el déficit para poder entenderlo y saber que un niño no se porta mal porque quiere; que un niño no es "malo", eso es algo que claramente es un concepto que parecería que está extinguido, pero no, uno lo ve mucho en las aulas todavía. "Ahh, mirá lo que está haciendo, cómo se porta, yo ya se lo dije". Neurobiológicamente, la idea es pensar que las funciones psicológicas superiores que están en el lóbulo frontal -y que regulan nuestro comportamiento-, están afectadas. Los autores dicen que es como si uno tuviera una secretaria desorganizada, que no te ordena tu tarea y te va llegando la información de forma aleatoria. Eso es lo que le pasa a un niño que tiene TDAH. Entonces, hay que ayudarlo a que pueda, desde lo concreto, ubicarse en tiempo y espacio, a que pueda regular el aprendizaje.
En el aula, se debe poder entender que es un niño que va a necesitar moverse; no es un movimiento de un niño inquieto, sino que es un niño hiperactivo; va a tener un nivel de movimiento mayor y no lo puede controlar. Entonces necesita un ambiente en donde el movimiento esté permitido y donde el adulto lo ayude a regularlo; y para esto hay muchas técnicas para implementar en las escuelas. Por otra parte, desde lo pedagógico, se puede usar cuadernos forrados con diferentes colores (uno para matemáticas, otro para lengua); no carpetas a las que se le puedan sacar hojas y que le de opción a desorganizar su tarea, por ejemplo.
-¿Les cuesta más la parte escrita que la oral o eso dependerá de cada chico con TDAH?
-Depende de cada chico, pero en general, tienen mejor desarrollada la oralidad; normalmente presentan disgrafía, o sea que su letra es bastante ilegible, pero eso hoy con las computadoras no sería un problema. Hay muchas formas de hacer una trayectoria educativa que pueda hacer sentir alojado a un niño con TDAH en la escuela. Los chicos con esta condición pueden memorizar perfectamente bien pero necesitan ayuda para poder sostener el proceso atencional. Sobre las evaluaciones, hay que trabajar con las instituciones y los docentes porque tienen que hacer evaluaciones que sean compatibles con las posibilidades del alumno, y no aquellas que no permitan demostrar lo que pueden aprender. Y también entender que esto tiene una connotación psicológica muy importante porque ellos, a partir de eso, construyen su identidad. Entonces, si a mí el medioambiente me devuelve que no puedo, claramente voy a sentir que no voy a poder.
Compensar
-Es decir, son chicos que pueden atravesar toda su educación primaria, secundaria y universitaria…
-Totalmente, sí. Esto está bastante ligado también a que su coeficiente intelectual o su capacidad cognitiva es de normal a alta. Entonces pueden compensar quizás su nivel de atención lábil con su capacidad cognitiva. Eso dependerá mucho también de qué experiencias le ofrezca el mundo adulto, ya sea familiar o escolar, para que esa compensación sea posible. Es importante saber que también hay niños que tienen este déficit sin hiperactividad. Son los famosos chicos que tienen hipoatención y a los cuales muchas veces se los confunde con niños deprimidos porque son muy desatentos y no se mueven. Como que uno los ve perdidos en el aula y en realidad tienen un déficit de atención, no es que estén tristes.
-¿Es un trastorno subdiagnosticado?
-Sí, está subdiagnosticado en general. Hubo una época en donde todos los niños inquietos tenían TDAH. Era muy difícil hacerles entender a los docentes que no: hubo como una etapa muy ligada a una cuestión de laboratorios y comercial. Hoy día hay mucho más conocimiento. Hay formas muy precisas de diagnosticarlo con técnicas psicométricas para poder evaluar, principalmente, el déficit de atención. Igualmente muchas veces no está bien hecho el diagnóstico. Fundamentalmente la especificidad pertenece al campo de la psicopedagogía, porque son funciones fundamentales para aprender tanto la atención como la memoria o la percepción.
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