Un equipo de investigadores de la Universidad Vanderbilt en Nashville (EE.UU.) ha descubierto una asociación entre los genes heredados de los neandertales y rasgos clínicos de los humanos actuales que afectan a un amplio abanico de sectores: la piel, el sistema inmunitario, el cerebro y la salud reproductiva.
Ya sabíamos que entre el 1% y el 4% de nuestro ADN (del humano moderno) es de origen neandertal. Ahora, esta investigación que ha analizado el ADN neandertal en el genoma de una muestra de adultos de ascendencia europea ha avanzado un poco más en esta herencia genética: el ADN neandertal influye en rasgos clínicos de los humanos actuales, sutiles, pero importantes a la vez.
Para lograr esta relación, los investigadores definieron alrededor de 135.000 variaciones genéticas neandertales presentes en los actuales humanos y buscaron sus posibles vínculos con la salud de 28.000 personas de ascendencia europea. Encontraron hasta 12 parámetros clínicos relacionados con la herencia neandertal, como el riesgo de sufrir depresión, infarto de miocardio, trastornos de la sangre o la adicción a la nicotina.
“Nuestro principal hallazgo es que el ADN neandertal influye en rasgos clínicos de los humanos actuales. Hemos descubierto asociaciones entre este ADN y una amplia gama de características inmunólogicas, dermatológicas (como la queratosis), neurológicas, psiquiátricas y reproductivas”, afirma John Capra, líder del estudio.
Según los investigadores esta herencia fenotípica también podría habernos proporcionado ventajas de adaptación al entorno hace 40.000 años mientras los humanos modernos emigraban a nuevas zonas, pobladas de agentes patógenos desconocidos y distintos niveles de exposición al sol.