El cocinero Francis Mallmann se volvió tendencia este martes en Argentina al dejar conceptos y anécdotas increíbles tras su visita al canal de streaming Olga.
El popular cocinero estuvo de invitado en Olga.
El cocinero Francis Mallmann se volvió tendencia este martes en Argentina al dejar conceptos y anécdotas increíbles tras su visita al canal de streaming Olga.
Sin la presencia de Migue Granados, alma mater del canal, el reconocido cheff participó de una divertida entrevista con Pablo, el padre de la bestia.
En una de las intervenciones, Mallmann reconoció: "El bocado al corazón es la sobremesa. La gente que me acompaña es lo más lindo de comer. Estar juntos".
Sobre ese tema agregó: "En casi ningún lugar del mundo hay una sobremesa como en la Argentina".
También Mallmann dejó historias vinculadas a la música. "He cocinado mucho para Pink Floyd", reconoció ante la sorpresa de los presente.
Además, confesó que cumplió su sueño de cocinarle para uno de sus músicos favoritos: "Uno de los Rolling Stones".
En otro fragmento de la entrevista, el cocinero reflexionó sobre la soledad. es uno de los ingredientes más lindos de la vida".
Francis Mallmann sostuvo que "es importante estar solo porque a partir de ahí somos mejores en nuestra relación con los demás"
Al ver la calidad de programa que se estaba perdiendo, el propio Migue lanzó uno de sus tradicionales insultos a través de las redes sociales.
Mallmann, un ícono en la escena culinaria internacional, nació en Acassuso, Buenos Aires, en 1956. Sin embargo, su verdadero amor por la cocina floreció en San Carlos de Bariloche, donde su padre, el físico Carlos Mallmann, se desempeñaba en el Instituto Balseiro. A la tierna edad de seis años, ya estaba inmerso en el mundo de la gastronomía, comenzando su camino en un barco turístico en el Lago Nahuel Huapi.
A los veinte años, la pasión lo llevó a París, epicentro de la haute cuisine, donde perfeccionó su arte en varios restaurantes de nouvelle cuisine. De vuelta en su tierra natal, abrió su propio restaurante en el bullicioso barrio de Palermo, sin nombre ni letrero, un lugar que funcionaba a puertas cerradas durante el día, mientras que por las noches se transformaba en un templo gastronómico.
Mallmann no solo cautivó a los comensales en su restaurante, sino que también irrumpió en el mundo de la televisión en 1983. Durante casi una década, su programa se grabó tanto en su restaurante como en el glamuroso enclave de Punta del Este. Incluso durante su tiempo representando a Argentina en la Expo Sevilla en 1992, Mallmann no se detuvo, llevando las cámaras consigo y compartiendo su pasión culinaria con el mundo.
Los años 90 vieron a Mallmann expandirse más allá de las cocinas y los platós de televisión. Su nombre se convirtió en una marca asociada a una variedad de productos, desde dulces hasta corderos, desde cacerolas de bronce hasta cocinas con su distintivo logo. Sin embargo, a medida que avanzaba el tiempo, Mallmann decidió regresar a sus raíces y concentrarse exclusivamente en la cocina y los restaurantes que tanto amaba.
A partir de 2006, Mallmann se convirtió en una figura familiar en el canal El Gourmet, presentando una serie de programas que capturaron la esencia de su estilo culinario único. Desde las llamas de "Los fuegos con Francis Mallmann" hasta las delicias de "Patagonia mía", Mallmann llevó a los espectadores en un viaje gastronómico a través de los rincones más pintorescos de Argentina y más allá.
Hoy en día, el legado de Mallmann se extiende a través de una red de restaurantes tanto en Argentina como en Uruguay. "Garzón" en Uruguay, "Patagonia Sur" en el corazón de Buenos Aires y "Francis Mallmann 1884" en Mendoza son solo algunas de las joyas culinarias que llevan su nombre. Este último, incluido en la prestigiosa lista de los 50 mejores restaurantes del mundo en 2003, es testamento del impacto duradero que Mallmann ha tenido en la escena gastronómica global.
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