Danilo Chiapello
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Santos Mario Cuevas (76) fue blanco de una trampa mortal que le tendió una persona que él conocía.
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“A las 3 de la tarde yo vine a traerle la comida. Pero apenas llego veo las llaves de la puerta tiradas en la galería. Comencé a llamar, pero no me contestaba. Entonces abro y me encuentro con mi abuelo tirado en el piso... todo ensangrentado”, dice Silvana entre lágrimas mientras trata de reconstruir lo que pasó con Santos Mario Cuevas (76), el jubilado que ayer fue encontrado sin vida dentro de su vivienda en Santo Tomé.
“Yo primero pensé que estaba descompuesto. Lo quiero levantar y nada. Ahí me di cuenta de que estaba sin vida. Tenía la cabeza toda destrozada. Enseguida llamé a los hijos y a la policía.
La casa estaba toda revuelta. Su ropa, sus cosas... la puerta del dormitorio de su hijo estaba rota, había cajones de la cocina tirados. En el suelo estaban sus pastillas, y también una maza, que es con lo que lo golpearon”, agrega la joven.
Un hombre de familia
Todo indica que “Marito” (como lo llamaban sus íntimos) fue víctima de un vil sujeto que, aprovechándose de su confianza, le tendió una trampa mortal.
Sus días eran tranquilos como cualquiera de su edad. Se levantaba temprano y salía a la puerta para estar al sol. Allí estaba con sus perros y sus gatos. Después esperaba la visita de algunos de sus hijos o de alguna nieta.
“Le cebábamos mates y nos poníamos a conversar. Jugaba a las cartas con la nieta, por un yogur o por cinco pesos para llevar a la escuela. Su vida eran sus hijos y sus nietos”.
Tomó mate con su matador
* “Era un hombre muy bueno, pero también desconfiado. No le abría la puerta a cualquiera. Solamente a nosotros”, continuó recordando Silvana, que es su nieta “del corazón”.
“Esto lo hizo alguien que él conocía. Hasta el mate prepararon. El asesino tomó unos mates con él. Y el televisor estaba prendido.
“Lo mató porque lo conocía, eso es seguro. Lo que no me explico es por qué semejante crueldad con un hombre indefenso. Primero le dio un mazazo en la cabeza y después dos más”, reveló.
Según se supo, el criminal escapó del lugar llevándose como botín una escopeta, dos teléfonos celulares y 3 mil pesos. Ya con el dueño de casa ultimado, el malviviente revolvió todo el inmueble.
Los peritos que trabajaron en la escena del suceso estimaron que el hombre fue asesinado entre las 21 y las 22 del sábado.
Indignado
Omar uno de los tres hijos de la víctima dialogó con El Litoral y mostró su indignación y tristeza por lo sucedido. “Seguramente, buscaban plata pero él no tenía, ya que no manejaba plata. Es jubilado de la Construcción. La puerta no estaba violentada, seguro él le abrió a alguien conocido”, dijo.
Al ser consultado sobre cómo era su padre, manifestó: “Era una persona muy querida. Él tenía una cancha de bochas, por lo que era conocido. No tenía problemas”.
“No entiendo para qué, si es un hombre grande. Qué resistencia te puede ofrecer un tipo de 76 años”, señaló en torno al grado de violencia que presentaba el cuerpo de la víctima.
Sobre las circunstancias de cómo fue hallado, el entrevistado comentó: “Yo vivía con él pero los fines de semana me voy a Sauce Viejo. Mi hermano vive en una casa detrás y siempre lo buscaba los domingo pero ayer tocó la puerta y no atendía nadie. También viene una chica que le trae comida y fue ella quien lo encontró”.
“Estoy indignado, ojalá que un día encuentren al responsable”, cerró.