Por Santiago Balague
La madre de Martina, la primera denunciante del religioso y exdirector del nivel primario de la institución educativa de Venado Tuerto se mostró conforme con el avance de la causa, aunque consideró que “debería esperar el juicio privado de su libertad”.
Por Santiago Balague
Mientras continúan los pedidos de justicia y que se esclarezcan los casos de abuso en el Colegio Sagrado Corazón de Venado Tuerto, la madre de la primera víctima que denunció el grave hecho, Débora Cieri, aseguró que el objetivo actual es seguir visibilizando el caso y que más padres se animen a denunciar. “Afortunadamente hay nuevas denuncias que se fueron sumando, hay más niñas que han dado su testimonio y esto sería positivo para la causa, porque sabemos que ante una instancia de juicio oral y público, como el que vamos a tener, no es lo mismo llegar con un caso que con varios”, explicó.
Cabe recordar que si bien los hechos que se le atribuyen al religioso y exdirector del nivel primario del Sagrado Corazón fueron cometidos entre el año 2018 y 2019, la investigación se inició a mediados del año pasado, luego de que la nena abusada le contara a sus padres el calvario que vivió durante su estadía en la institución corazonista. La primera denuncia fue realizada por Cáritas Diocesana, con el Padre Martín Cabrera al frente y luego por la propia menor y su familia. A partir de allí, la fiscal Florencia Schiappa Pietra imputó al Hermano Pedro por “abuso sexual simple, agravado por la guarda”.
“Tenemos conocimiento que son muchos los casos, incluso que este era un secreto a voces, porque en el colegio se sabía lo que estaba sucediendo, pero nadie se anima a hablar. Todo el tiempo que estuvo esta persona en la escuela, esto pasaba sistemáticamente”, contó. Y agregó: “Pedimos si alguien conoce o le ha pasado a alguno de sus hijos que se acerque a la Justicia. No es necesario que salgan en los medios como nosotros, que lo hacemos porque queremos que la justicia actúe lo más rápido posible”.
A su vez, indicó que aún no tienen fecha para el juicio, ya que las nuevas denuncias que ingresaron exigirán que se amplíe la investigación. Mientras tanto el religioso continúa en libertad, más allá de la limitante de no poder salir de la localidad de Lomas de Zamora donde está radicado. “No estamos de acuerdo en que esté libre, debería esperar el juicio privado de su libertad, como sucede con otros delitos, incluso de menor gravedad”, sentenció.
Las situaciones que, lamentablemente, tuvo que vivir la nena le afectaron y mucho, con problemas de salud, tanto físicos como emocionales. “Comenzó con síntomas y dolencias, que nos llevaron a hacer consultas a profesionales médicos, quienes no encontraban las causas. Incluso el mismo pediatra nos decía que podía ser algo emocional, ya que no había nada físico que se los ocasionará. Ahí fue que iniciamos las consultas con psicólogos”, relató Débora.
Luego de casi tres años, la niña logró contar lo que le pasaba, primero a una amiga, quien le aconsejó que le contara a su madre. “Nunca nos imaginamos esta situación, de la gravedad, si bien sabíamos que tenía que ver con el colegio porque no quería asistir, empezó con los ataques de pánico, depresión y demás”, resaltó.
“Cuando me cuenta lo que le sucedió cuando iba a sexto y séptimo grado en el Colegio Sagrado Corazón, me acerco a Cáritas, institución de la que formó parte, sabiendo que cuenta con un equipo que trabaja justamente en brindan asesoramiento y acompañamiento a las víctimas de abuso y sus familias”, contó, recordando que desde Cáritas radicaron la denuncia en la Fiscalía que luego ratificaron desde el círculo familiar.
Con esfuerzo, la chica logró terminar el nivel primario en el Sagrado Corazón y luego sí decide cambiar de escuela. El haberse alejado del colegio “de los Hermanos”, fue uno de los motivos por el cual la familia nunca se acercó a hablar con las autoridades de lo sucedido.
La primera información sobre los casos de abuso en esta institución, publicada por El Litoral, tuvo una gran repercusión, no sólo en el sur profundo de Santa Fe, sino a nivel nacional, siendo replicada por medios de comunicación de todo el país. “Hacer pública esta situación fue una decisión de mi hija, porque sabemos que los tiempos de la Justicia muchas veces no son acordes a la necesidad que tienen las víctimas y las familias y que, al tomar estado público se logran avances más rápido. Además, no queríamos que esto quede sólo en un expediente, sino que se investigue y que podamos tener justicia”, contó Débora, añadiendo que la exposición de este hecho permitió, por un lado, que “toda la comunidad sepa que el Hermano Pedro no se fue en el mes de noviembre del año pasado por un problema de salud como se le dijo al alumnado y a gran parte de la comunidad educativa; y por otro para que más víctimas se animen a denunciar”.
“Fue impresionante la repercusión que tuvo la noticia, ya que se han comunicado con nosotros personas de todos lados, incluso del Colegio Sagrado Corazón de Lomas de Zamora, localidad en la que está ahora el Hermano Pedro”, enfatizó.