Llegó a juicio acusado de abusar sexualmente de la hermanita de su mejor amigo, pero minutos antes de que comenzara el debate se arrepintió y pidió firmar un abreviado. Aceptó 10 años de prisión, responsabilizándose por los hechos que afectaron la vida de la menor cuando ella tenía entre 6 y 7 años.
Diego Alejandro Massón (37) fue condenado como autor de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal" en concurso ideal con "promoción a la corrupción de menores agravada por ser la víctima menor de 13 años". El comerciante permanecía en prisión preventiva desde agosto de 2019, y fue llevado a juicio por los fiscales María Celeste Minniti y Matías Broggi.
La mañana del martes 27 de julio, a minutos de que comenzara el juicio oral y público en su contra, Massón decidió firmar un procedimiento abreviado, aceptando su culpa en los hechos endilgados. Hacía más de un año que, desde la parte acusadora, se le había propuesto terminar con el conflicto penal de ese modo.
Cuando inició el debate, presidido por los jueces Jorge Patrizi, Sergio Carraro y Leandro Lazzarini, las partes solicitaron un cuarto intermedio para poder confeccionar el escrito, que fue presentado ante el tribunal tres horas después. Ya era cerca del mediodía cuando los fiscales de la Unidad Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) y el abogado particular Néstor Pereyra presentaron el acuerdo, que fue admitido.
Diego Massón fue condenado una semana más tarde, el martes 3 de agosto, por el abuso de la hermanita de su mejor amigo, con quien tiene 19 años de diferencia. Los hechos ocurrieron cuando ella tenía entre 6 y 7 años, en los momentos en los que el ahora condenado (que además de ser cercano al hermano mayor de la víctima es vecino), se acercaba a la casa familiar de barrio Altos del Valle y quedaba a solas con la menor.
Si bien los abusos ocurrieron entre 2009 y 2010, no fueron denunciados hasta abril de 2018 cuando la víctima, ya en su adolescencia, logró contarle a su mamá lo que había sufrido años atrás. En su relato, la mujer encontró respuestas a los comportamientos de su hija, cuya salud mental quedó afectada por tan traumáticos sucesos.
Realizó la denuncia inmediatamente, en la que aseguró que Massón era una persona de confianza de la familia, vecino casi contiguo a la casa ya que sólo los separaba un terreno baldío, y además el mejor amigo de su hijo mayor. Por esto, era habitual que se acercara a su domicilio.
Los abusos fueron perpetrados en la cocina-comedor de la vivienda, cuando el hombre sentaba sobre su falda a la niña. Massón aprovechaba que la madre trabajaba cuidando ancianos y realizaba sus visitas en los horarios en los que ella se encontraba fuera de casa.
A raíz de los abusos sufridos, la salud mental de la niña se vio afectada. Los episodios en los que el faltaba el aire y las crisis de angustia comenzaron a retraerla de su entorno social, llegando incluso a tener varios intentos de suicidio.
En su entrevista en cámara Gesell, la chica logró exponer los sometimientos detalladamente, y señaló a Massón como el responsable. Además, dijo que a lo largo de ese año él la amenazó repetidas veces, advirtiéndole que le haría algo a su madre si ella hablaba, logrando así su silencio.
Massón fue detenido en agosto de 2019, y permaneció en prisión preventiva hasta este martes, cuando se lo condenó a 10 años de prisión. En la resolución, también se dispuso la identificación genética del comerciante para su posterior inscripción en el registro nacional de ofensores sexuales.