"Esto es porque tu papá mató al pibe de Barranquitas", dijo uno de los cuatro rufianes que la madrugada del 31 de mayo de 2020 irrumpieron en una vivienda del barrio San Pantaleón, donde dormían un niño de 9 años y su hermana de 14. Los chicos estaban solos, porque su papá, que administraba una rotisería de la avenida Monseñor Rodríguez al 3700, estaba en la Comisaría 6ta. denunciando un robo sufrido horas antes, y en el cual uno de los asaltantes resultó herido de bala por parte de personal policial.
Un año y dos meses después, la Justicia dictó la segunda condena para quienes, por "venganza", decidieron atacar el domicilio de la calle Sebastián Gaboto 5200. La última sentencia se conoció este martes y fue para Marcelo Miguel Niz, de 30 años, a quien el juez penal Leandro Lazzarini le impuso pena de 4 años de prisión, como coautor del delito de robo, calificado por el uso de arma de fuego y por haber sido en poblado y en banda; agravado por la participación de un menor de edad.
Niz aceptó la pena en un juicio abreviado, que contó con la conformidad de su defensa y de la fiscal del caso, María Lucila Nuzzo, la cual una vez notificada la sentencia condenatoria, indicó que "Niz llevó a cabo su accionar delictivo junto a otros dos hombres -uno de los cuales ya fue condenado y el otro está en prisión preventiva- y un adolescente menor de edad".
La fiscal explicó además que "el robo ocurrió alrededor de la 1:30 de la madrugada del domingo 31 de mayo del año pasado", y aseguró que "los atacantes actuaron de forma coordinada para perpetrar el ilícito en una vivienda de calle Sebastián Gaboto al 5.200".
"Según quedó demostrado con la investigación, el ilícito fue cometido como 'venganza' en contra del dueño de la vivienda", explicó Nuzzo. En tal sentido, detalló que "horas antes, allegados a los autores de esta entradera habían intentado robar en una rotisería que también es propiedad de la víctima".
Nuzzo contó que "mientras el rotisero hacía la denuncia en la comisaría por lo ocurrido en su local comercial, se concretó el robo en su casa".
Tenés que leerLos arrebatos y las entraderas tienen en vilo a los vecinos de B° Candioti NorteEn relación al robo cometido en la vivienda, la fiscal relató que "Niz admitió que rompieron la puerta del domicilio y se dirigieron a una habitación en la que había dos niños a los que golpearon sin llegar a lesionarlos". Agregó que "luego los intimidaron para que no opusieran resistencia y se apoderaron ilegítimamente de dos televisores, una garrafa, 25.000 pesos en efectivo y otros elementos de valor".
"Mientras Niz y las otras tres personas estaban dentro de la vivienda, ingresó a la casa una mujer del entorno familiar a la que apuntaron con un arma de fuego", narró la fiscal. "Minutos después, los atacantes huyeron a pie con los objetos y el dinero sustraído", planteó.
En cuanto a los coimputados, la fiscal Nuzzo destacó que previo a este acuerdo, Leandro Fabián Gamboa, también fue condenado a cuatro años de prisión en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos, y mencionó que "el otro hombre, cuyas iniciales son MSM, está imputado y cumple prisión preventiva desde el año pasado". En tanto que el cuarto involucrado era menor de edad al momento del hecho, por lo que interviene la Justicia de Menores.
El lunes 1 de junio del año pasado, El Litoral entrevistó a dueño de la rotisería, quien relató el duro trance que le tocó atravesar, primero por haber sufrido un intento de robo en su negocio y luego por lo ocurrido en su propia casa, donde se encontraban sus hijos solos.
Primero contó sobre el robo ocurrido a las 11 de la noche del sábado 30 de mayo de 2020, cuando aparecieron dos delincuentes armados a su negocio de Fray Cayetano Rodríguez al 3700. Afortunadamente, uno de los clientes era policía, que estaba fuera de servicio, pero portaba su pistola reglamentaria. El agente se identificó y les dio varias veces la voz de alto. Los ladrones escaparon y comenzó entonces una persecución que terminó a unas cuadras, luego de un breve tiroteo. Uno de los malvivientes pudo escabullirse, pero su cómplice fue alcanzado por un balazo en la cola y fue atrapado. En su poder tenía un arma de fuego y su teléfono celular.
Luego cerró el negocio y se fue hasta la comisaría a realizar la denuncia. Estaba sentado, esperando a ser atendido cuando sonó su teléfono. "Sólo me dijeron que vaya urgente para mi domicilio, porque había un problema. Cuando llegué, había personal policial por todos lados y una ambulancia. Mis hijos estaban gritando y de los nervios que tenían ni siquiera me reconocían. La nena tenía muchos golpes. Son chicos inocentes que nunca pasaron por una situación violenta como esa. Me da mucha bronca que se hayan metido en mi casa. No haber estado ahí para defenderlos", se lamentó el comerciante.
Un año atrás, el comerciante pidió "que la noticia se difunda, que atrapen a los prófugos, porque nosotros no quedamos como personas normales después de esto. No vamos a seguir trabajando de la misma manera. Mis hijos son personas que nunca le van a hacer mal a nadie. Y pensar en irte de donde vivís, con el esfuerzo que hiciste... por una cosa así. Quiero que se haga justicia. Se tiene que hacer justicia. Eso quiero", enfatizó.