Aníbal Emilio Ávalo, de 19 años, y Hugo Daniel Bogado, de 42, fueron arrestados el martes por la Policía de Investigaciones, acusados de dos violentos asaltos perpetrados a fines de septiembre de este año, en la zona este de la ciudad de Santa Fe.
Un joven de 19 años habría aceptado su responsabilidad en los hechos investigados. Un hombre de 42 aseguró que es “inocente”, pero el juez aceptó lo propuesto por la fiscalía y también le dictó la preventiva.
Aníbal Emilio Ávalo, de 19 años, y Hugo Daniel Bogado, de 42, fueron arrestados el martes por la Policía de Investigaciones, acusados de dos violentos asaltos perpetrados a fines de septiembre de este año, en la zona este de la ciudad de Santa Fe.
En ambos hechos, los delincuentes actuaron de manera brutal. En el primero de los casos, las víctimas fueron dos estudiantes universitarios que viven en calle Juan del Campillo al 800. En el segundo, ocurrido al día siguiente, los que sufrieron fueron un matrimonio y su hija que residen en Guadalupe, en Talcahuano al 7600.
Los ladrones actuaron con el mismo modus operandi. Ingresaron armados, tomaron desprevenidos a los moradores y los golpearon salvajemente con las culatas de sus armas, los ataron de pies y manos, los amenazaron de muerte para pedirles dinero y los encerraron con llave para escapar. También los cubrieron con una manta.
El primero de los incidentes es el que estuvo más cerca de terminar en tragedia. Antes de huir, los malvivientes encendieron una hornalla de la cocina y dejaron abiertas las otras tres. Los muchachos salvaron sus vidas porque se pudieron liberar de sus ataduras, rompieron un ventiluz y llegaron a tiempo para cerrar el paso de gas.
Audiencia
Este jueves, presidida por el juez Nicolás Falkenberg, se realizó en los tribunales santafesinos la audiencia de medidas cautelares para los dos aprehendidos.
Ávalos, el más comprometido por las evidencias, habría reconocido su participación en los hechos. Su abogado, Ignacio Alfonso Garrone, acordó con las fiscales del caso, Mariela Jiménez y María Laura Urquiza, no discutir la prisión preventiva. Inclusive, durante la audiencia, ambas partes hicieron saber al juez que estaban en tratativas de resolver su situación mediante procedimiento abreviado.
Es que al allanar el domicilio de Ávalos, la policía encontró el automóvil que usaron los delincuentes durante uno de los atracos, un Chevrolet Corsa Clasic (fue captado por cámaras de seguridad privadas del barrio). Además, ya se comprobó que su teléfono estuvo activo al menos en una de las viviendas asaltadas durante el golpe.
El joven se retiró temprano de la sala, esposado.
Por su parte, Bogado habló ante el magistrado y aseguró que era “inocente”. “No tuve nada que ver. A Ávalos lo conocí después de los allanamientos, cuando nos juntaron en la PDI”, afirmó. Su defensora, Gisela Marisel Alemandri, puso énfasis al decir que no tenía ningún tipo de antecedente delictivo y cuestionó las pruebas de la investigación.
Este hombre -que dijo ser chapista- no fue reconocido por la familia de calle Talcahuano (que quedó muy traumatizada por el episodio), pero sí por los dos jóvenes estudiantes. Uno lo encontró en una red social, ofreciendo un teléfono celular similar al que le habían robado, y otro lo individualizó en una rueda de reconocimiento realizada horas atrás.
En ambos robos, las víctimas destacaron que uno de los violentos llamaba al otro por el apodo de “Willy”, tal cual como se identifica el propio Bogado en su perfil de Facebook.
Por otra parte, en su casa -donde vive con su esposa e hija- los uniformados hallaron armas de fuego largas y cortas (estas últimas no aptas para disparar) y un chaleco balístico policial, entre otros elementos.
Desde la fiscalía, se aclaró que faltan peritajes importantes, como el reconocimiento de relojes (se secuestró una decena) que serían de las víctimas y el análisis de los teléfonos celulares de los acusados.
Finalmente, el juez Falkenberg resolvió dictar la prisión preventiva también para este hombre.
Graves acusaciones
Los sospechosos fueron imputados de gravísimos delitos: “robo agravado por el empleo de arma de fuego, privación ilegítima de la libertad, homicidio en grado de tentativa y amenazas coactivas calificadas por el uso de arma de fuego”.