La amiga de Úrsula Bahillo, herida durante la represión policial, denunció el ataque y reiteró el pedido de justicia
Gentileza Nerina Moyano casi pierde un ojo en la represión que llevó adelante la Policía de Rojas cuando se movilizaron en reclamo por el femicidio de Úrsula Bahillo.
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Nerina Moyano, amiga de Úrsula Bahillo que casi pierde un ojo en la represión que llevó adelante la Policía de Rojas cuando se movilizaron hacia la puerta de la comisaría local en reclamo por el femicidio, habló después del ataque e insistió en su reclamo de justicia. Cabe recordar que el imputado por el asesinato de la joven de 18 años, el efectivo de la Policía Bonaerense Matías Ezequiel Martínez, se negó a declarar y permanece detenido.
"Mi ojo es lo de menos, se cura, pero lo que le hicieron a Úrsula es algo que no se puede explicar", respondió Moyano consultada por la herida que recibió en su ojo izquierdo durante la protesta en Rojas. Además, relató que también fue víctima de violencia de género y sintió "la necesidad de pedir justicia por ella".
"Úrsula hizo muchas denuncias por violencia de género y no hicieron nada porque él era policía. Esto se podría haber evitado", reforzó.
Gentileza Nerina Moyano casi pierde un ojo en la represión que llevó adelante la Policía de Rojas cuando se movilizaron en reclamo por el femicidio de Úrsula Bahillo.
Nerina Moyano casi pierde un ojo en la represión que llevó adelante la Policía de Rojas cuando se movilizaron en reclamo por el femicidio de Úrsula Bahillo.Foto: Gentileza
Moyano relató que la joven asesinada avisó que "tenía miedo y que era amenazada. Fuimos a la comisaria porque nos dijeron que él (Martínez) estaba ahí y por los cómplices que hubo, que le dieron la espalda". Lo del ojo es lo de menos, el ojo se cura, ya está. A Úrsula ya no la tenemos acá y se podría haber evitado todo esto", expresó.’
Como se ve en el video que circuló durante los últimos días, Nerina se colocó en el medio de la calle y estaba sin elementos amenazantes. "No quería lastimar a nadie, no me imaginaba que me iban a pegar", dijo. Pese a que unos amigos la corrieron de esa ubicación, una bala impactó contra su ojo izquierdo: "Por un centímetro no perdí el ojo", contó.
Sin embargo, su postura y sus ganas de gritarle a los cuatro vientos se mantuvieron. "Me dieron el alta a las 2 y media de la tarde y la marcha era a las cinco. Llegué a mi casa y le dije a mi mamá: 'Mamá yo quiero ir, basta de tener miedo. Quiero que me escuchen, que me vean", narró.
"Me planté más que nada para que Úrsula me escuche; para que vean que, además de todo lo que me hicieron, estuve ahí parada. También fui porque sufrí violencia de género por mi ex pareja y quería que me escuchen todos. No quiero que dejen de pedir justicia por Úrsula: ni hoy, ni mañana, ni dentro de un año, nunca", afirmó.
Sobre Martínez, Nerina contó que "ya había sido escrachado por parejas anteriores, por violar a una nena, y nunca se hizo nada". Además, Úrsula lo había denunciado 18 veces, incluso tres días antes de su muerte denunció que el agente había violado la restricción perimetral y recién el lunes -día en que fue asesinada- se emitió la orden para que le proveyeran un botón antipánico.