Joaquín Fidalgo | [email protected]
Este jueves declararon una médica policial que examinó al pequeño cuando se presentó la denuncia y un periodista gráfico esperancino que escribió sobre el caso.
Joaquín Fidalgo | [email protected]
En el subsuelo de tribunales, este jueves se realizó una nueva audiencia del juicio oral del denominado “caso Baraldo”, en el que se acusa a tres personas adultas por el presunto abuso sexual de un niño de su propio entorno familiar. Como en el resto de las jornadas, la tensión fue absoluta y abundaron las objeciones, fundamentalmente de parte de la fiscalía y la querella en esta ocasión. No obstante, el proceso se siguió desarrollando con normalidad, guiado con solvencia por el tribunal integrado por los conjueces Jorge Luis Silva (presidente), Alfredo Martín Olivera y Néstor Darío Pereyra. Este dato no es menor, si se tiene en cuenta que -el año pasado- un intento de juzgamiento de esta causa salió de los causes habituales a tal punto de que finalmente el proceso fue declarado nulo.
Los acusados son Víctor Hugo Baraldo, su esposa Nidia Noemí Morandini (abuelos maternos de la víctima) y el hijo de ambos, Juan Pablo Baraldo (tío). Según fue denunciado, los tres habrían cometido los delitos en la ciudad de Esperanza, cuando el pequeño -que en ese momento tenía entre 6 y 8 años- estaba a su cuidado.
Este jueves por la tarde declaró en primer lugar la doctora María Florencia Mahuad, quien ejerce la medicina dentro de la Unidad Regional XI de la policía de la provincia. Ella fue quien examinó al pequeño en agosto de 2014 -cuando se radicó la denuncia, un año después de que ocurrieran los supuestos abusos- y elaboró el informe médico legal del caso.
Según ella misma explicó, no encontró en el cuerpo del niño lesiones o signos de “atentado agudo”, pero sí observó indicios que llamaron su atención y que podrían corresponder a “abusos crónicos”. La profesional, quien aseguró que sólo encontró un caso similar en cientos de chicos a los que examinó, explicó que también podría tratarse de la “constitución anatómica” del menor. En este último punto hicieron hincapié los abogados defensores, los doctores Eduardo Jauchen y Alejandra Forte.
Luego de un cuarto intermedio, fue el turno de la oficial de policía Clarisa Betiana Farioli, sumariante de Esperanza que leyó la declaración que le tomó el 9 de agosto de 2014 a Nilda González, prima de Víctor Baraldo. Esta mujer, que ya falleció, aseguraba -entre otras cosas- haber visto la foto de un “pene” en un teléfono celular que tenía la víctima. Esta imagen, considerada importante por la fiscalía, no fue hallada luego en el aparato. La defensa asegura que nunca existió; la querella -representada por los abogados Carolina Walker y Martín Risso Patrón-, que fue borrada.
Por último, pasó al estrado el periodista Daniel Frank, redactor de 27 años de experiencia en el diario El Colono del Oeste. Este hombre recordó que luego de escribir en su periódico sobre el caso recibió “presiones” de parte de un gerente de una empresa esperancina muy importante, en la que trabajaba la imputada. Entre otras cosas, Frank señaló que recibió una llamada telefónica de un conocido que lo hizo sentir “incómodo”.
Finalmente, el tribunal dio por concluida la jornada. El juicio continuará el próximo lunes, a partir de las 14.
Gestos amenazantes
Un momento de suma tensión se vivió en la sala luego del receso, en los instantes previos al segundo testimonio del día. Antes de sentarse en su sillón, el conjuez Alfredo Martín Olivera señaló a un allegado a los acusados que estaba sentado detrás de ellos y exigió a los guardias presentes: “Identifiquen a ese señor y retírenlo del lugar”. La orden dejó perplejos a todos los presentes y fue ejecutada en pocos segundos por los uniformados. Este hombre, sobre el cual no trascendió su identidad, se limitó a decir que pedía disculpas si había incomodado a alguien. Aparentemente, el integrante del tribunal entendió que había realizado “gestos amenazantes”.