El “Gringo” Cristian Gastón Carpenzano sumó una nueva condena en su haber, esta vez a cuatro años y seis meses de prisión efectiva, por haber agredido a una mujer y amenazado a otra desde la cárcel, y por haberse escapado de la comisaría en la que cumplía prisión preventiva el año pasado.
El hombre de 48 años se hizo famoso allá por 2009, cuando Infantería lo encontró escondido en la casa de su cuñado -en barrio Cabaña Leiva- junto a una ametralladora. En ese entonces sobre su cabeza pesaban varios pedidos de captura, por causas que iban desde homicidios hasta tenencia y comercialización de estupefacientes, y abuso de armas e intimidación pública.
En marzo de 2022, a tres meses de haber recuperado su libertad, el “Gringo” volvió a caer preso, esta vez en el marco de una causa por violencia de género que investigó la fiscal Milagros Parodi. En abril de ese año se escapó de la Seccional Décima, donde cumplía prisión preventiva, y permaneció prófugo hasta agosto.
Mirá también"¡Entregate, Gringo... estás rodeado!"Ahora, ante el juez Sergio Carraro, el conocido delincuente decidió firmar un procedimiento de juicio abreviado, responsabilizándose por los hechos que se le imputaron y aceptando una nueva condena. Además, fue declarado reincidente.
Armado
La fiscal Parodi indicó que “en marzo del año pasado, el condenado atacó con golpes de puño a una mujer que se dedica al intercambio de sexo por dinero en una casa ubicada en Castañaduy al 6.800”. Al respecto, precisó que “la víctima resultó herida en el rostro, una pierna y una rodilla”.
“Al día siguiente, Carpenzano se acercó en moto a la vivienda y, al ver que la mujer se había asomado por una ventana, la intimidó con un arma de fuego”, aseguró, “realizó dos disparos al aire para infundirle temor y se alejó del lugar”.
“Momentos después, el hombre de 48 años tuvo en su poder una pistola semiautomática de simple acción, calibre 9x19 milímetros”, puntualizó la fiscal, la cual “estaba cargada con trece cartuchos y en condiciones de uso inmediato”. En tal sentido, remarcó que “el condenado carecía de autorización legal para portar el arma”.
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La fiscal afirmó que “entre agosto del año pasado y marzo de éste, Carpenzano llevó a cabo amenazas en contra de una mujer con la que había mantenido una relación de pareja y un hijo de ambos”.
Según detalló, “las intimidaciones fueron a través de llamadas, mensajes de texto y las aplicaciones Messenger y WhatsApp”. En relación a ello, destacó que “el condenado utilizó diferentes teléfonos celulares a los que tuvo acceso mientras estaba detenido en el establecimiento penitenciario Las Flores, localizado en la capital provincial”.
Barrotes cortados
“El viernes 12 de agosto del año pasado alrededor de las 19:00, Carpenzano se evadió de la Seccional Décima de policía de la Unidad Regional 1, ubicada en Lamadrid y Estanislao Zeballos, donde estaba legalmente detenido”, señaló Parodi. “Para fugarse, actuó de forma coordinada con otras cinco personas que estaban privadas de su libertad”, aclaró.
“El condenado y sus acompañantes cortaron dos barrotes de una celda, rompieron un tejido y abandonaron la dependencia pública”, relató.
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Carpenzano fue condenado como autor de “lesiones leves dolosas agravadas por haber sido en un contexto de violencia de género”, “amenazas calificadas por el uso de arma”, “amenazas simples”, “portación ilegítima de arma de fuego de guerra agravada por registrar un antecedente penal por un delito doloso contra las personas cometido con armas”, y “evasión”.
La pena fue impuesta por el juez Sergio Carraro en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos que se realizó en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.
La Defensa aceptó la calificación penal propuesta por la Fiscalía, la pena a cuatro años y seis meses de prisión y la modalidad del juicio. A su vez, las v
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