Carlos Héctor Argüelles, el mecánico y ex miembro de la banda del presunto jefe narco Esteban Lindor Alvarado, que ayer fue asesinado de dos tiros en la cabeza y uno en el pecho en inmediaciones de su taller en la ciudad de Rosario, había rechazado ingresar al plan de Testigos Protegidos de la provincia.
Así consta en dos actas oficiales del Ministerio de Gobierno de fecha 26 de febrero donde el mencionado decide "rechazar por sí, y en representación de su grupo familiar, el ofrecimiento realizado por los miembros el Programa y no prestar su consentimiento para su ingreso y/o participación del mismo".
"Es una decisión personal y autonómica. Es de su propio interés definir si quiere ingresar y por ende, aceptar las condiciones que eso implica. Sólo fue testigo en reserva", precisó una altar fuente del gobierno de la provincia.
"Solo aceptó un custodio y un móvil en la puerta de la casa para el cuidado de su familia", agregó.
A Argüelles le habían ofrecido ser testigo protegido tras acogerse a la figura del imputado colaborador. Eso implicaba sacarlo de Santa Fe. Pero no quiso. "Yo estoy jugado. Sé lo que estoy haciendo y, si no es conmigo, es con algún familiar", dicen los investigadores judiciales que dijo al argumentar su negativa.
Durante la tarde del lunes Argüelles fue abordado por tres sospechosos que llevaban barbijo: dos hombres y una mujer. Emboscaron a la víctima cuando salió junto a su hijo de su taller de Garay al 3500, en la zona oeste de la ciudad de Rosario y le dispararon tres veces. Dos balas impactaron en la cabeza y la otra, en la zona del tórax.
Argüelles ingresó en grave estado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde fue declarado muerto a las 18.50 del lunes. Los testigos del ataque fueron los que dieron los datos del auto que usaron los sicarios.
Por el feroz asesinato hay cuatro sospechosos que fueron demorados -tres hombres y una mujer- a bordo de un Volkswagen Fox rojo tras una persecución policial que finalizó en Chacabuco y Villar. Las fuentes consultadas explicaron que se les secuestró una bomba molotov: "Podría tener como destino prenderle fuego el auto que usaron para balear a Argüelles".
La víctima tenía custodia fija en la puerta de su casa, pero no en la del taller donde fue atacado. Según informaron fuentes de la causa y del gobierno provincial, Argüelles había rechazado el nivel de protección que le había ofrecido el programa de Protección de Testigos, ya que conllevaba que fuera sacado de Santa Fe.
Fue la tercera vez que sicarios intentaron matarlo, ya que en octubre de 2020 el plan se frustró porque el homicida se quedó dormido. Luego, fue atacado en enero pasado, pero los disparos impactaron en su auto.