La reciente declaración de un hombre de 36 años, atacado por una jauría el año pasado, en las inmediaciones del campo donde fue hallado muerto Diego Román, alimenta la hipótesis de que el chico de 12 años pudo haber sido presa de los perros y no víctima de un cruento homicidio como se especuló en un primer momento.
La versión, se suma al relato de otras dos personas, por cuyos casos la Fiscalía acaba de presentar acusación contra los dueños de los animales. Y el testimonio de un cuarto vecino que -aunque no alcanzó instancia penal- contó cómo las bestias le quitaron la vida a su pequeña mascota el 30 de abril del año pasado.
Todo ello, sumado a la necropsia realizada en septiembre pasado por los peritos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) al cadáver del pequeño Diego, refuerza la teoría de que no hubo intervención de terceros.
No obstante, desde la Unidad Fiscal de Homicidios, aseguran que no se descarta ninguna hipótesis y que por el mismo motivo dieron curso a un pedido de la querella para ofrecer una recompensa a quien pudiera aportar información relevante para la causa.
Tenés que leerPiden juicio para los dueños de los perros
La nueva víctima fue localizada por el fiscal Andrés Marchi, que es quien investiga la muerte de Román, ocurrida entre el 3 y el 4 de julio de 2019 en un campo de calle Menchaca al 400, en las afueras de la ciudad de Recreo. Marchi le tomó declaración testimonial el pasado miércoles en la fiscalía de Saavedra y General López. El hombre de 36 años, cuya identidad se reserva, no vive en Recreo y reconoció que a pesar de haber estado tres días internado, no hizo la denuncia policial.
El hecho se registró el 29 de abril de 2019, alrededor de las 21.30, cuando el hombre, que estaba de visita en la casa de un familiar, salió a comprar cigarrillos al kiosco de “los Reyes”, que son los dueños del predio donde apareció el cuerpo de Diego Román y de los animales que desde fines del año pasado permanecen secuestrados a disposición de la Justicia.
Aunque breve, el relato del hombre fue claro, preciso y coincidente en cuanto a la mecánica, con lo padecido por otros dos vecinos que sí decidieron denunciar el hecho.
Contó que al pasar por delante del kiosco -que estaba cerrado- de adentro del terreno salieron cinco perros, a los que describió como “uno negro, uno amarillo, uno chiquito y uno marrón” sin poder identificar al quinto por sus rasgos particulares. Recordó que lo mordieron en las piernas, el cuello, el brazo, el pecho y la boca.
Afortunadamente para él, la agresión finalizó porque cayó a una zanja, donde de no haber sido por la aparición de unos muchachos que lo auxiliaron, habría muerto ahogado.
Quedó inconciente a causa del dolor, y volvió en sí recién al día siguiente, y cuando despertó ya estaba en una cama de la terapia del hospital Cullen. Recordó que le curaron las heridas y los médicos lo dijeron que tuvieron que drenarle el barro que había tragado al caer al zanjón y por eso pasó tres días internado.
Aunque recabado recién un año después, el relato del hombre es coincidente con el de las otras dos víctimas sobrevivientes. En una fracción de segundos uno de los perros lo desestabilizó mordiéndole los tobillos, luego lo rodearon y el rottweiler le saltó al pecho para derribarlo. Una vez en el piso las dentelladas le llegaron por los cuatro costados.
La víctima reconoció que a pesar de haber pasado tres días internado, nunca se comunicó con los dueños de los animales, ni sus dueños se acercaron para pedirle disculpas, ni para saber cómo estaba. Tampoco hizo la denuncia, pero recordó que los vecinos llamaron a la ambulancia y la policía. Si bien la Fiscalía recibió el relato, resta completar la versión con los registros de traslado de la ambulancia, del 911 que acudió a la escena el día del ataque y de la internación en el efector público.
El abogado Dionisio Ayala, que representa a la madre de Diego Román como querellante en la causa en la que se investiga su muerte, presentó el martes 12 de mayo una solicitud de recompensa para quien pueda aportar información que permita el esclarecimiento. El planteo estuvo dirigido al fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Andrés Marchi, a cargo de la investigación penal, quien elevó el reclamo a la Fiscalía Regional y ésta al Ministerio de Gobierno de la provincia para que gestiones y estipule fondos a los fines solicitados.