Una mujer, su esposo y el hijo adolescente de ambos sufrieron una verdadera noche de terror a manos de dos delincuentes que se ganaron en su domicilio en barrio Siete Jefes de la ciudad de Santa Fe.
Los delincuentes actuaron armados con una cuchilla y un revólver. Se llevaron una importante suma, entre pesos y dólares.
Una mujer, su esposo y el hijo adolescente de ambos sufrieron una verdadera noche de terror a manos de dos delincuentes que se ganaron en su domicilio en barrio Siete Jefes de la ciudad de Santa Fe.
Todo comenzó minutos después de la medianoche cuando alguien accionó el timbre de un inmueble ubicado en Vélez Sarsfield 5300, esto es, a escasa distancia del cruce con Salvador del Carril.
"Mi esposo fue a atender pensando que podía ser una emergencia. Pero apenas abrió la puerta lo apuntan con un revólver en el cuello. Mi hijo también se había acercado y a el lo redujeron con una cuchilla de carnicero", dijo Rocío en diálogo con El Litoral.
Las víctimas fueron obligadas a entrar a la casa con la recomendación de hacer silencio. Allí sorprendieron a Rocío que estaba levantando las cosas de la cena.
"Nos dijeron a todos que nos tiremos al piso. A mi esposo le hicieron poner las manos detrás y lo maniataron con cinta para embalar. A mi hijo igual y a mí me taparon la cara con una remera", agregó.
"A todo momento nos decían que no los miremos y nos pedían 'la plata'. Actuaron muy tranquilos y no estaban drogados. Tampoco nos pegaron. Solo nos hicieron tirar al piso y nos maniataron", señaló.
De los delincuentes se supo que fueron dos hombres de complexión mediana, de entre 30 a 35 años. Estaban vestidos con ropas oscuras y cubrían sus rostros con barbijos, gorros y capuchas.
Tras algunos minutos de tensión finalmente los desconocidos se terminaron llevando algo menos de un millón de pesos y una suma de billetes en dólares.
En cuanto a la modalidad del robo, la mujer sostuvo que "no tengo idea de dónde pudo venir esto aunque está claro que no fue un hecho 'al voleo'. No vendimos ni compramos nada. Apenas si es algo de dinero de un ahorro".
No es la primera vez que Rocío sufre el azote de la delincuencia. "Es la tercera vez que nos roban. Este barrio, donde nací y me crié, está cada vez peor. Mis vecinos a casi todos los robaron. En esta zona parece que es normal que te roben".
Al momento de reflexionar sobre lo acontecido la mujer fue contundente: "No queda otra más que irse a la mierda de este país. No podés vivir... ni siquiera tener un ahorro. Tuve que ver a mi hijo maniatado y amenazado con una cuchilla; mi esposo apuntado con un revólver en el cabeza. Todos los días trabajamos y pagamos impuestos residenciales, pero no tenemos ni luz en la esquina", señaló.
"Me siento desamparada. Soy bailarina profesional y tuve la oportunidad de trabajar afuera. Pero elegí Argentina, elegí Santa Fe y miren lo que me toca vivir. Así no se puede seguir", sentenció entre lágrimas.