Entre el 9 y el 18 de julio una mujer de El Trébol fue hostigada por su expareja, padre de su hija, hasta que el hombre terminó tras las rejas. Firmó un juicio abreviado y, ante la falta de antecedentes penales, recuperó su libertad.
Tras la primera agresión se dispuso una medida de distancia, que el hombre no cumplió.
Entre el 9 y el 18 de julio una mujer de El Trébol fue hostigada por su expareja, padre de su hija, hasta que el hombre terminó tras las rejas. Firmó un juicio abreviado y, ante la falta de antecedentes penales, recuperó su libertad.
Se trata de Juan Ignacio Hernández, quien aceptó su responsabilidad en los hechos calificados como "lesiones dolosas leves agravadas" reiteradas en dos oportunidades, "amenazas simples", "violación de domicilio" e "incumplimiento de mandato judicial" reiterado.
El juez Pablo Spekuljak condenó a Hernández a 2 años de prisión, cuyo cumplimiento será en suspenso debido a la falta de antecedentes. El acuerdo fue presentado ante el magistrado por el fiscal Francisco Cecchini y la defensora pública Magalí Mazza.
El primero de los hechos por los que el hombre fue condenado ocurrió el 9 de julio en el domicilio de la víctima. En el marco de una discusión con su expareja, Hernández la tomó del cuello y comenzó a amenazarla diciendo "que si la encontraba en la calle la iba a desfigurar". Con su agresión, le provocó lesiones a la madre de su hija, consistentes en eritemas en el rostro y en el cuello.
La fiscalía indicó que "las conductas descriptas se realizaron en un contexto de violencia de género, constituyendo las mismas reiteraciones de comportamientos agresivos a la que venía sometiendo a la víctima, en una relación asimétrica de poder". Tras este hecho, se dispuso una prohibición de acercamiento a favor de la víctima
La madrugada del 15 de julio, aproximadamente a la 1, Hernández acudió nuevamente al domicilio de su expareja y comenzó a agredirla verbal y físicamente. De esta manera, violó la resolución judicial que había sido dispuesta por el Juzgado de Circuito Nº 18 de la localidad de El Trébol, que le imponía el deber de mantener una medida de distancia de 200 metros de la víctima y su domicilio, como así también evitar todo acto de hostigamiento.
Tres días más tarde, el 18, el hoy condenado volvió a acudir al lugar e ingresó a la vivienda sin autorización. Una vez adentro, volvió a agredir a su expareja, tomándola del cuello y provocándole un eritema en esa zona.
Hernández fue detenido e imputado en el marco de la ley de violencia de género, y optó por resolver el conflicto penal a través de un procedimiento de juicio abreviado, aceptando su responsabilidad en los hechos junto a la condena a 2 años de prisión. Si bien la misma es de cumplimiento en suspenso, se le impuso una serie de reglas de conducta que, de no ser cumplidas, habilitarían que la fiscalía solicite la revocación de dicha condicionalidad.
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