Redacción de El Litoral
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Juan Carlos Álvarez fue condenado a cinco años de prisión; Paola Alejandra Álvarez a cuatro años y Rocío Florencia Álvarez a tres años de prisión efectiva.
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Tres personas domiciliadas en la ciudad de Santo Tomé fueron condenadas por reiteradas estafas que cometieron con tarjetas de crédito y de débito clonadas.
Los delitos fueron cometidos en el marco de una asociación ilícita que habían formado, en la que también hay involucradas otras personas con distintos roles que continúan siendo investigadas.
Juan Carlos Álvarez de 63 años fue condenado a cinco años de prisión efectiva como coautor penalmente responsable de los delitos de defraudación por uso de tarjetas de crédito o débito falsificada/adulterada en forma reiterada, en concurso real con el delito de asociación ilícita como organizador.
También fueron condenadas dos hijas de Álvarez: Paola Alejandra de 39 años y Rocío Florencia de 24 años.
A la mayor de las dos mujeres se le impuso una pena de cuatro años de prisión efectiva por los mismos delitos que a su padre, pero en calidad de integrante de la asociación ilícita. En tanto, la menor de las hermanas, fue condenada a tres años de prisión efectiva, también como integrante de la asociación ilícita.
La investigación estuvo a cargo de los fiscales Omar De Pedro y María Lucila Nuzzo. Por su parte, la condena fue impuesta por el juez Eduardo Pocoví, en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos.
Skimming
“La investigación que permitió desarticular esta banda criminal, la iniciamos a mediados de diciembre de 2016 a partir de una denuncia realizada por el encargado de un comercio radicado en la ciudad de Santa Fe”, recordaron De Pedro y Nuzzo. “Sólo en este negocio, el monto de la estafa llegó a aproximadamente 300 mil pesos”, indicaron.
Los funcionarios del MPA precisaron que “la maniobra consistía en lograr desprendimientos patrimoniales ya sea de cosas o de dinero de diferentes comercios y empresas a través de las tarjetas clonadas. Los bienes obtenidos eran utilizados para uso o consumo personal, y también para comercializarlos a terceros, por ejemplo, a través de las redes sociales”.
De Pedro y Nuzzo explicaron que la clonación de datos de tarjetas de crédito y de débito conocida como skimming “es una maniobra que consiste en la captación de la información de la banda magnética de la tarjeta para aplicarlos a otro plástico”. En tal sentido, detallaron que “es como si se sacara la banda magnética de la tarjeta del titular real, y se la ‘pegara’ en otra tarjeta que se fabrica a nombre de quien va a efectuar la estafa. Es decir, la tarjeta clonada aparece a nombre del estafador, pero como los datos de la banda magnética son de otra persona, la operación impacta en la cuenta de esa otra persona”.
Precaución
Los fiscales hicieron hincapié en los cuidados que se deben tomar para evitar ser víctima de este tipo de maniobras delictivas. En tal sentido, sostuvieron que “la recomendación a la población y a los comercios es que estén atentos a los resúmenes de las compras y reporten de manera inmediata cualquier irregularidad”.
Por otra parte, remarcaron que “en el caso que investigamos, los datos de la banda magnética a clonar eran obtenidos ilegítimamente por alguien que pasaba la tarjeta por un dispositivo que tiene un chip que lee y guarda la información que luego son aplicados a otro plástico. Por lo tanto, es muy importante que la ciudadanía esté atenta cuando hace una operación con tarjeta de crédito o de débito, y siempre observe a la persona a la que le entrega el plástico”.
Los fiscales del MPA dijeron que “al emitirse el ticket de compra, no todas las tarjetas de crédito incluyen el nombre del titular. Por eso el comerciante debe verificar la identidad de quien hace la compra con el DNI y con la tarjeta de crédito. El problema finalizaron De Pedro y Nuzzo es que los datos del documento y de la tarjeta coinciden, pero la compra se imputa a la cuenta del verdadero titular, que es la persona a la que le clonaron los datos de la banda magnética”.
Por último, invitaron a la ciudadanía a que, en caso de ser víctima de una maniobra de este tipo, “realice la denuncia, porque estamos llegando a buenos resultados en este tipo de investigaciones”.
Otro organizador
Además de los tres condenados, los fiscales también investigan a otras personas, entre ellas, a un hombre cuyas iniciales son EFS y que fue detenido en la ciudad de Victoria, provincia de Entre Ríos. “Es otro de los organizadores de la banda criminal. Es un hombre de 50 años que se encargaba de proveer las tarjetas clonadas (los plásticos) a Álvarez y sus hijas”, informaron los fiscales.
“A las tarjetas ya se las vendía con el nombre de la persona que luego realizaría la maniobra en los comercios estafados. Además, en muchos casos, también les facilitaba información de los fondos disponibles en las cuentas bancarias de los titulares verdaderos”, indicaron los funcionarios del MPA. “Es decir, sin la organización de este hombre domiciliado en Entre Ríos hubiera sido imposible que los condenados desplegaran su accionar delictivo”.
Reconocimiento
De Pedro y Nuzzo destacaron el trabajo realizado por la Policía de Investigaciones (PDI) en este caso. Informaron que “fue realizado por la Dirección de Inteligencia Criminal Estratégica, coordinada por el comisario Alejandro Tognolo, que realizó más de 200 horas de escuchas telefónicas, entre otras medidas”.