Dos condenados por múltiples escruches y el robo a un auto usando un inhibidor de señal
Participaron de al menos 8 hechos como parte de una banda -liderada por la esposa del mayor- que se dedicaba a recolectar inteligencia e ingresar a viviendas cuando sus moradores no estaban, para sustraer sus pertenencias. Firmaron juicios abreviados.
Luis Cetraro El uso de un inhibidor de señal evita que se active el cierre centralizado de un vehículo, algo de lo que el dueño no puede percatarse a simple vista, a menos que intente abrir una de las puertas.
Tío y sobrino firmaron juicios abreviados en los que se responsabilizaron por su participación en una banda que se dedicaba a "marcar" viviendas de la ciudad de Santa Fe e ingresar a robar cuando sus moradores no se encontraban. Además, asumieron que sustrajeron elementos de un auto estacionado en Av. Freyre, utilizando un inhibidor de señal.
Los fiscales Rosana Peresín, Manuel Cecchini y Yanina Tolosa participaron de la investigación contra la asociación ilícita de la que Armando Ceferino (57) y su sobrino Mario Armando (28) Yamamoto participaron en calidad de miembros. La esposa del mayor era la "jefa" de la organización, que cometió ocho robos -tipo "escruches"- a viviendas entre 2018 y 2019.
Este jueves a media mañana, los Yamamoto firmaron juicios abreviados y aceptaron su culpa en los hechos que se les atribuyeron. La audiencia fue presidida por el juez José Luis García Troiano y contó con la presencia de la fiscalía y del abogado defensor Germán Corazza. Los acuerdos suscriptos comprenden la pena de 4 años y 3 meses para el mayor de los imputados, y de 4 años y 4 meses para el menor.
Archivo El Litoral Los Yamamoto aceptaron condenas de 4 años y 3 meses, el mayor, y 4 años y 4 meses, el menor.
Los Yamamoto aceptaron condenas de 4 años y 3 meses, el mayor, y 4 años y 4 meses, el menor.Foto: Archivo El Litoral
8 escruches
La asociación ilícita se formó en marzo del 2018 y operó al menos hasta marzo del 2019. Su finalidad era la realización de tareas de inteligencia para seleccionar las viviendas a robar, la organización de los ilícitos y su posterior comisión. Estos robos tenían en común el ingreso violento a las propiedades, forzando y rompiendo aberturas.
Primero la "jefa" recopilaba datos relevantes, como la existencia de moradores, sus horarios de entrada y salida y los bienes que poseían. También efectuaba llamadas al teléfono fijo correspondiente a la casa objeto de ataque para saber si estaba o no ocupada.
Es por esto que los moradores, en la mayoría de los casos, no se encontraban en el lugar cuando la banda atacaba. Los delincuentes (hay al menos otras 3 personas identificadas además de los dos Yamamoto) arribaban todos juntos en un mismo vehículo, y mientras uno de ellos hacía de "campaña" el resto ingresaba al domicilio, del que se llevaban dinero, joyas y dispositivos electrónicos, entre otras cosas de valor.
Según lo recabado por la investigación fiscal, la banda fue responsable de ocho escruches. Entre ellos, uno cometido en marzo de 2018 en una vivienda de calle 9 de julio al 6700, donde los asaltantes permanecieron desde alrededor de las 21 hasta la medianoche y se llevaron $ 788.000 , U $ D 31.000 y alhajas de oro y plata por un valor de $ 700.000.
Además de su participación en la asociación ilícita y la comisión de los distintos robos, a los Yamamoto se les atribuyó el hurto de armas, herramientas y documentación del interior de un automóvil estacionado sobre Avenida Gobernador Freyre, a metros de la intersección con Crespo. Sucedió entre las 18.15 y las 18.30 del martes 28 de septiembre de 2021.
Los delincuentes realizaron tareas de inteligencia previa, sabían a quién pertenecía el Renault Fluence y que el dueño llegaría a estacionar allí ese día y en ese horario. Por esto, cuando la víctima salió de su vehículo y accionó el cierre automático, los Yamamoto ya estaban en el lugar, a pocos metros, haciendo uso del inhibidor de señal.
Ese tipo de dispositivos transmite "información basura", lo que evitó que la señal del control llegara al automóvil, por lo que el cierre centralizado de las puertas no se activó. Así, en cuestión de segundos los delincuentes ingresaron al vehículo y se apoderaron de documentación y tarjetas de crédito a nombre del propietario, su carnet de legítimo usuario de armas de fuego junto a las tarjetas de identificación de 9 armas, un carnet de timonel, una caja de herramientas y un revólver calibre .32 marca Rossi.
Luego se dieron a la fuga en el auto que habían utilizado para arribar al lugar. Las cámaras de seguridad de la zona registraron todo, y proporcionaron datos clave para la investigación e identificación de los Yamamoto. A fines de octubre del año pasado fueron detenidos y quedaron en prisión preventiva, tras lo cual este jueves 3 de marzo de 2022 firmaron el juicio abreviado.
Durante su investigación, la fiscalía consultó con un especialista acerca del funcionamiento de los inhibidores de señal. Esta información fue expuesta durante la audiencia de prisión preventiva de los Yamamoto.
Generalmente se utiliza un emisor de radiofrecuencia más potente que el que posee la llave del automóvil, y con este se emite una señal en la misma frecuencia. Así, logran trasmitir "información basura" que "tapa" la orden original. Al detectar una señal distorsionada, el receptor del auto se inhibe. Puede que el vehículo directamente no se cierre, o que se cierre y se vuelva a abrir, haciendo en ambos casos las señales de baliza o bocina que suele hacer el automóvil cuando se activa el cierre centralizado.
Este tipo de inhibidores sirven para distintos tipos de vehículos debido a que los automóviles no poseen una frecuencia única y particular. Si bien son transmisores de corto alcance, dentro de su radio la transmisión de la señal es potente, por lo que un solo dispositivo puede poner en jaque la seguridad de una cuadra entera.
La única manera de asegurarse de que el cierre automático se ha activado correctamente es intentar abrir una de las puertas del vehículo, para comprobar que la traba esté accionada.