Juliano Salierno
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Pesos, dólares, euros, relojes y camisetas, se suman a la lista de valores y recuerdos de los que fue despojado el basquetbolista a fines de abril. Esta semana volvió de España para hacer la mudanza y descubrió que también se llevaron uno de sus recuerdos más preciados: el bronce olímpico de Beijing 2008.
Juliano Salierno
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Medio año después del robo a la casa del basquetbolista Carlos Delfino en el Club de Campo “El Paso”, la justicia todavía no tiene imputados y los bienes y objetos más importantes no fueron recuperados. Es más, con la decisión tomada de abandonar el coountry, comenzó a hacer la mudanza en los últimos días, cuando descubrió que también le faltaba uno de los recuerdos más preciados de su carrera como jugador de la Selección Argentina: la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
“En estos últimos días me terminé yendo del country”, anunció el santafesino miembro de la Generación Dorada, quien visitó la redacción de El Litoral acompañado por su representante legal, el procurador Hugo Benuzzi. “Mientras estaba haciendo la mudanza me di cuenta que me faltan más cosas, que son las que más me duelen, como una medalla de bronce de Bijing”, lamentó, y dijo que a propósito de ello debió hacer una ampliación de denuncia ante la Policía de Investigaciones (PDI).
“Pequeños honores”
Si bien es cierto que el caso fue parcialmente esclarecido, ya que los investigadores lograron recuperar algunos de los relojes, ropa deportiva, gorras y otros elementos sustraídos, que estaban en casa de vecinos del mismo country, el damnificado reconoció que lo más importante no aparece.
“Hasta el momento se va avanzando pero de manera lenta”, opinó el ex NBA que lamentó no haber tenido “la oportunidad de encontrarme con un padre, ni de tener una solución” a lo sucedido, sobre todo teniendo en cuenta que los presuntos autores serían menores de edad y vecinos del mismo barrio cerrado.
En cuanto a la desaparición de la medalla de Beijing, “son cosas que para mi tienen mucho valor sentimental, son recuerdos, pequeños honores que tenés cuando estás jugando. Aunque puedo hacer una réplica, no tiene el mismo valor”. Lo mismo le ocurre con las camisetas que intercambió con jugadores “del mismo equipo o contrarios” con los que tenía admiración o amistad. “Son 5 o 6 las que me están faltando”, evaluó. “Esas son las cosas que no se recuperan”, porque “las cosas materiales duelen desde lo económico pero lo demás es afectivo”.
Convenio confidencial
Según la investigación emprendida por la PDI bajo las órdenes de la fiscal Carolina Parodi, el ingreso a la vivienda se produjo entre el sábado 29 y el domingo 30 de abril. Era el fin de semana largo del Día del Trabajador, y Delfino no estaba en El Paso. La primera señal de que algo había ocurrido fue el hallazgo en uno de los canteros centrales de un par de zapatillas Jodan blancas N° 50. Fue hallada por uno de los encargados de la seguridad y entregada a Carlos Delfino padre el miércoles 3 de mayo, cuando éste fue a la administración del complejo a retirar correspondencia y pagar las expensas.
Ese mismo día, tras constatar que la casa de su hijo estaba toda revuelta, se comunicó por teléfono y comenzaron a hacer un improvisado inventario en el que rápidamente advirtieron el faltante de una fuerte suma de dinero en efectivo en distintas monedas; camisetas autografiadas y relojes, especialmente uno de oro, edición limitada de la marca Maradona, que estaba en una caja, junto con una camiseta de “Diego”, de quien Carlos es ferviente admirador.
La misma noche que se radicó la denuncia la PDI hizo al menos tres requisas voluntarias en domicilios vecinos, donde se recuperaron algunas cosas y se obtuvieron declaraciones que permitieron perfilar la investigación.
Bajo la presunción de que habrían sido menores de edad los responsables, la fiscalía citó a los padres, algunos de los cuales declararon inmediatamente; mientras que otros lo hicieron bajo la firma de un compromiso de confidencialidad que consta en la carpeta judicial del Ministerio Público de la Acusación. En éstos últimos casos, las versiones de los chicos no aportaron nada sustancial a la causa, según indicaron fuentes consultadas.
Una travesura
Al margen de la cuestión legal/penal, Delfino criticó la actitud de las autoridades del country, porque “trataron de ocultar un robo como si fuera una travesura, cuando se sabe que ya lo han hecho anteriormente” con otros vecinos y fuera del complejo. Consultado sobre el trato recibido, el deportista aseguró que “conmigo y mi familia no han tenido el diálogo que dijeron que tuvieron a través de los medios. Hicieron una reunión con mi padre y con mi apoderado legal” en la que diplomáticamente “me dijeron que si no me gustaba me fuera”. “Eso de sacarse de encima un problema induciendo a que me retire, en lugar de castigar a la gente que se sabe que ya ha hecho cosas antes, es lo que más me golpea, porque yo me voy pero el problema sigue adentro”.
Hoy en lo familiar, Carlos tiene un pié a cada lado del océano. En su Santa Fe natal están sus padres y su hija mayor; mientras que en Italia se encuentra su esposa y los mellizos que “cambiaron de residencia” a propósito de los últimos acontecimientos. “Ella no ha vuelto ni quiere volver (a Santa Fe), soy yo el que voy y vengo. Pero cada vez que vuelvo la gente me pregunta qué pasó y me cuentan cosas de los chicos, historias, y yo me pregunto qué pasa... Por eso quiero que de una vez pase algo”.
Beijing 2008
La medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 fue alcanzada por el Seleccionado Argentino de Básquetbol el 24 de agosto de ese año, tras vencer a Lituania por 87 a 75. Antes, la Generación Dorada había sido vencida en semifinales por el seleccionado de Estados Unidos. El equipo que se consagró tercero y que marcó un hito en la historia del básquet nacional, estuvo integrado por Carlos Delfino, Emanuel Ginóbili, Román González, Juan P. Gutiérrez, Leonardo Gutiérrez, Federico Kammerichs, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Antonio Porta, Pablo Prigioni, Paolo Quinteros y Luis Scola, bajo la dirección técnica de Sergio Hernández.