Gisela Beatriz Bustamante tenía 29 años y había nacido en la ciudad de Rafaela. Ofrecía sexo a cambio de dinero para ganarse la vida en la zona sudoeste de la ciudad. Fue bestialmente asesinada la madrugada del sábado 6 de febrero de 2016 en el predio de la ex estación ferroviaria Mitre. Su cuerpo maltratado, desnudo, fue hallado en un matorral, detrás de un montículo de tierra. Lo encontraron y se horrorizaron unos chicos que jugaban en el predio. Luego, los forenses pudieron determinar que había sido ahorcada, posiblemente con un cable de freno de bicicleta que había cerca de su cadáver. También tenía un fuerte golpe en el rostro, que aparentemente recibió cuando todavía estaba con vida.
La policía demoró varias horas para poder identificarla. Un par de amigas de Gisela colaboraron en la tarea. Ellas "hacían parada" con la víctima en la esquina de Freyre y 3 de Febrero. Allí la vieron por última vez la noche anterior a su muerte y temieron lo peor al escuchar las noticias al día siguiente.
Pasaron los meses y los años y los investigadores siguieron algunos rastros, pero todas las líneas terminaban en la nada.
Recientemente, la fiscal Alejandra del Río Ayala reimpulsó la causa y encomendó nuevas tareas a la Brigada de Femicidios de la Agencia de investigación Criminal sobre Trata de Personas y Violencia de Genero Región I.
Con distintos elementos, los detectives concluyeron que el autor del asesinato sería un hombre de 49 años que luego del crimen desapareció de todos los lugares que frecuentaba.
Finalmente, agentes de esa fuerza -con la colaboración de la Policía Federal- dieron con el presunto asesino en la ciudad de Buenos Aires, donde lo arrestaron. Del acusado trascendieron sus iniciales: C. M. S., quien tiene 49 años y seguramente será imputado en las próximas horas.