Juliano Salierno
Tres personas -padre, madre e hijo- fueron imputados este lunes por la fiscal Nuzzo, que los consideró parte de una organización dedicada a cometer estafas a través del comercio electrónico. Ayer, la PDI detuvo a otras cuatro personas.
Juliano Salierno
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“Di un mal paso, pero no es como dice la fiscal que lavaba dinero”, confesó Lucas E., el joven de 21 años detenido la semana pasada, acusado de liderar una banda dedicada a cometer estafas con tarjetas de crédito. Contra la recomendación de su abogado defensor, Raúl Sartori, el muchacho optó por declarar, reconociendo parte de los graves cargos que pesan en su contra.
Sus padres, Walter E. y Rosaura G., en cambio, “negaron los hechos” endilgados por la fiscal María Lucila Nuzzo, que los consideró “partícipes necesarios” de los delitos de “estafas reiteradas, asociación ilícita y lavado de dinero” atribuidos a su hijo en calidad de autor.
Durante la audiencia realizada ayer, la fiscal Nuzzo mostró al juez de la investigación penal Jorge Pegassano, las evidencias con las que cuenta hasta el momento y adelantó que pedirá la prisión preventiva para los tres involucrados. Como se trata de una investigación compleja, el Ministerio Público de la Acusación había solicitado el viernes último la duplicidad de términos, por lo que el tratamiento de la cautelar tendrá lugar recién el viernes 17 de febrero, en horario a confirmar por la Oficina de Gestión Judicial.
El aguantadero
Los tres familiares fueron detenidos la madrugada del pasado jueves en su casa del barrio La Esmeralda -Las Heras 8900-, donde se secuestraron electrodomésticos, artículos del hogar, de electrónica y tecnología de la más variada gama y a estrenar. El allanamiento, que estuvo a cargo de la Sección Inteligencia Criminal de la Policía de Investigaciones, con apoyo del GOE, permitió incautar también equipos informáticos utilizados para cometer los ilícitos, además de una máquina de contar billetes y otra para clonar tarjetas de crédito.
La maniobra ilegal consistía en adquirir los datos de las tarjetas de crédito de terceros, en su mayoría de otras provincias, y con esa información realizar compras a través de sitios web, que luego se retiraban en diferentes sucursales del Correo Argentino de Santa Fe.
Aunque todavía no fue precisado el número de víctimas, ni el monto de las operaciones, se estima que la maniobra ilícita se viene realizando desde hace por lo menos un año y no se descarta que pueda tener otras ramificaciones.
De hecho ayer, mientras en tribunales se realizaba la audiencia imputativa, la PDI allanaba cuatro domicilios, producto de los cuales se produjeron cuatro nuevas detenciones y se secuestraron más artículos provenientes de las compras ilegítimas.
Más detenidos
El personal policial allanó tres viviendas en Santo Tomé -Córdoba al 2200, Laprida al 1500 y Derqui 2500-, en el último de los cuales se encontró una especie de depósito de artículos cuyo origen no pudo ser acreditado. Entre lo secuestrado figuran: 4 televisores led de 40’; un estéreo táctil; teléfonos celulares; iphones; 5 notebooks; 1 macbook; un auto marca Suzuki y 12 mil pesos en efectivo.
El cuarto allanamiento se produjo en la casa de un cadete -Pasaje Santa Fe al 7000-, que ya había declarado en la causa y recuperó la libertad, no obstante fue nuevamente encarcelado, lo mismo que su pareja.
De los cuatro nuevos detenidos, tres serían considerados “partícipes necesarios” de la maniobra, ya que “ocultaron las cosas o directamente las vendían”; en cambio la pareja del cadete podría alcanzarla la figura de “encubrimiento”, informó una fuente de la investigación.
Modo de operar
En total, hasta el momento son 8 los involucrados que de alguna manera colaboraron para la consumación del delito. Según se cree, el joven Lucas E. era quien realizaba las compras on-line con los datos de terceros y luego enviaba a cadetes a retirar los artículos de diferentes sucursales del Correo Argentino.
Al parecer, el comprador pagaba $ 200 por bulto entregado a los cadetes que retiraban la mercadería y que ponían sus datos personales para hacer el trámite.
El operativo de corte se produjo la semana pasada, luego de que una mujer radicara el 3 de febrero una denuncia por estafa en la Seccional 1° de la Policía local. La víctima se sorprendió cuando advirtió la compra de dos televisores Led de 40’, y se puso en contacto con el vendedor para monitorear la entrega. Cuando detectó que el producto tenía como destino la ciudad de Santa Fe hizo la denuncia correspondiente.
>>> Alta gama
Un dato llamativo sobre el muchacho de 21 años fue que se movilizaba en un VW Scirocco, un auto considerados de alta gama, sobre todo si se tiene en cuenta que quien lo utilizaba (el auto es propiedad del padre con tarjeta azul a favor del hijo), no registra trabajo ni ocupación alguna.
>>> 200 pesos pagaba Lucas E. por cada bulto retirado del Correo y entregado o vendido.
>>> Confianza ciega
Los padres de Lucas E. se mostraron sorprendidos por la situación que les toca atravesar y se declararon inocentes bajo todo concepto. “No tengo nada que ver con este hecho, yo confiaba ciegamente en mi hijo”, declaró la mujer en tribunales.
“No entiendo el porqué me acusan de algo así. Yo no estaba en toda la tarde en mi casa, yo me iba. Soy inocente. Yo no sé manejar la computadora” se defendió la mamá, que dijo ganarse la vida vendiendo ropas y joyas en la calle. “Yo confiaba en mi hijo, yo no podía pensar mal de Lucas”, completó.
En la misma línea, su padre, que es alcaide mayor del Servicio Penitenciario, dijo que “no vivo en dicho domicilio. De lunes a viernes viajo y me quedo en la unidad de Rosario”. Luego explicó que “el día en que sucedió el allanamiento mi ex mujer me llama y me dice que venga porque estaba descompuesta por esta situación. Me acerqué al domicilio y me quedé. Luego pasó lo que pasó”.
Sobre “el tema de la venta de productos no tengo idea, en mi vida hice una cosa así”; “nunca me acusaron de algo semejante”, cerró.
“No soy el jefe”
Lucas E. también pidió el micrófono en la sala de audiencias. “Me sorprende todo lo que dice acá”, apuntó respecto de las graves acusaciones que pesan en su contra. “Yo puedo colaborar, pero no soy el jefe de ninguna banda”, desmintió el muchacho que asegura no tener plata como se cree.