Dos personas quedaron en prisión preventiva luego de que les atribuyeran haber golpeado y gatillado a un hombre durante una entradera en barrio Villa Hipódromo. La víctima, que estaba cuidando la casa de su abuela, y forcejeó para evitar que se adentraran en el inmueble y llegaran a ella.
El fiscal Arturo Haidar está a cargo de la investigación, en el marco de la cual imputó a Alan Gabriel Figueroa (29) y Alexia Muriel Monzón (24) como coautores del delito de "tentativa de robo calificado por el uso de arma de fuego" ocurrido el mediodía del martes 25 de julio.
Ante el juez Pablo Busaniche, el funcionario del MPA solicitó que ambos permanecieran en prisión preventiva. La misma fue dispuesta, a pesar de que la defensora pública Gisela Alemandri señalara que el proceso podría cautelarse con medidas no privativas de la libertad.
Durante la audiencia, la fiscalía se apoyó en la declaración de la víctima y el relato de los policías que vieron parte de lo ocurrido y persiguieron a los delincuentes hasta lograr aprehenderlos.
Según lo expuesto, el mediodía del martes 25 de julio, previo "acuerdo y reparto funcional de tareas", los delincuentes ingresaron a un domicilio ubicado en inmediaciones de calle Lamadrid al 6600 (barrio Villa Hipódromo) con "intenciones de sustraer elementos de valor de la finca".
Para esto golpearon la puerta y se escondieron. Adentro estaba el nieto de los dueños de casa, que se asomó por la ventana y, como no vio a nadie, decidió abrir la puerta. Fue entonces que los ladrones se le abalanzaron.
La pistola TALA calibre 22 largo utilizada durante el intento de entradera fue secuestrada. Crédito: Gentileza.
Figueroa lo golpeó repetidas veces con la culata de madera de la pistola semiautomática que portaba, una TALA calibre .22 largo que estaba cargada. La víctima se resistió, forcejeando con ellos, e incluso llegó a impedir que el dispararan porque cuando le gatillaron colocó, en un acto reflejo, su mano en la corredera del arma.
Mientras los delincuentes intentaban adentrarse en el domicilio, los policías que patrullaban por la zona divisaron el altercado y se acercaron a averiguar qué sucedía. Al notar la presencia de los uniformados, los delincuentes emprendieron la huida hacia el norte por Lamadrid y doblaron en la esquina de Castelli. Fueron aprehendidos sobre esa calle,a la altura del 4150.
Si bien al chequearlos en busca de elementos peligrosos no se encontraron armas, al desandar algunos pasos un suboficial encontró la pistola debajo de una camioneta Kangoo blanca que estaba estacionada. Las características del arma coincidieron con la escrita por la víctima de la golpiza.
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