Como en el cine: los detalles del plan de Alvarado para fugarse del penal de Ezeiza en helicóptero
Celulares, un reloj inteligente enterrado en la cancha de fútbol del penal, un helicóptero comprado en España y ensamblado en Paraguay, hablan de una logística muy cara y pensada por expertos.
Esteban Lindor Alvarado al momento de su detención en 2019. Crédito: Archivo El Litoral
El plan que había ideado Esteban Lindor Alvarado junto a sus cómplices de adentro y afuera del Complejo Penitenciario I de Ezeiza, para poder escaparse del penal tenía ribetes cinematográficos. Necesitaba de una gran cantidad de dinero, que el jefe narco posee sin dudas, pero además de una logística tecnológica de avanzada, que incluía teléfonos inteligentes, celulares, miles de dólares y hasta un helicóptero europeo.
Fue la Justicia Federal la que, tras un largo proceso de investigación, pudo desbaratar el plan antes de que se lleva a cabo. La fuga del capo rosarino desde el patio del penal por los aires en un helicóptero no se llevó a cabo, pero deja abierto el debate para analizar hasta dónde son capaces de llegar los narcos, cuáles son sus redes fuera de la cárcel y si en verdad su actividad delictiva se ve limitada por estar presos. Todo parece indicar que no.
Uno de los dispositivos que se encontró fue un smartwatch con cámara incorporada, enterrado en la cancha de fútbol del penal. A través de este reloj inteligente, Alvarado se conectaba con un celular escondido en su celda en el pabellón E del Modulo III de Ezeiza y que en el momento del operativo federal tenía en su poder otro preso. Con el reloj también se tomaban imágenes de la cárcel para idear el plan de vuelo del helicóptero en el rescate.
Además, el helicóptero que fue incautado y se iba a usar en la fuga, fue comprado en España, pero antes de llegar a la Argentina pasó por Paraguay, donde sus partes fueron ensambladas. También se contrató a un piloto experto en vuelos a baja altura, cuyo trabajo fue valuado en 100.000 dólares. Había que sortear los radares del aeropuerto y hacer la maniobra de escape en segundos.
También se supo que el escape estaba planificado para una semana antes, pero el 3 de marzo se produjeron allanamientos simultáneos en las cárceles de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson, donde se incautaron celulares a presos narcos. Eso hizo postergar la realización de la fuga, pero ya la Policía Federal estaba tras las maniobras de Alvarado y sus secuaces.
El capo narco no ahorró en gastos ni logística. Parecía el guión de una película de acción. Pero esta vez se impuso la policía.