En la Curva del Surubí la miseria y la muerte van de la mano.
La víctima es un hombre de 44 años. Sufrió quemaduras en las piernas y lesiones en el rostro. Quedó internado en el Cullen.
En la Curva del Surubí la miseria y la muerte van de la mano.
Precarias casillas de chapa y madera recostadas sobre un maltrecho camino de tierra (en el acceso a Alto Verde), conforman este recóndito lugar al que se llega por la calle principal Demetrio Gómez.
Allí hombres, mujeres y niños desarrollan su vida (¿vida?), sin la mínima consideración de la gran ciudad, solamente acompañados por las tristes miradas de sus perros y sus gatos flacos.
De pronto dos hechos de extrema violencia oficiaron como reflectores para iluminar este pozo.
El último caso aconteció durante la madrugada de este viernes, en el interior de un rancho donde varios hombres compartían bebidas y charlaban.
Pero ya cerca del amanecer la reunión tuvo un giro dramático. Fue cuando uno de los hombres acusó a otro de "pito duro" (término con el que se denomina al autor de una agresión sexual).
Acto seguido tomó una cadena y comenzó a golpear a su oponente hasta que éste cayó sobre una cama.
Sin embargo el agresor lejos de dar por culminada su tarea fue por más. Entonces se valió de una sábana para atar al infortunado a la cama y ya, ciego de furia, le prendió fuego al lugar.
Todo no terminó en una tragedia mayúscula porque en ese momento llegó el padre del agredido (había salido a buscar vino) quien rescató a su hijo de entre las llamas y puso en fuga al agresor.
El herido fue identificado como L. M. (44). Policías de Alto Verde lo cargaron en un patrullero y lo llevaron al hospital Cullen donde se le diagnosticó quemaduras en ambas piernas, y traumatismos en rostro, quedando internado en observación.
Poco después del incidente las luces del nuevo día dejaron ver otra escena desgarradora.
A un costado del rancho, tirado sobre un colchón en la calle, dormitaba el padre de M. Y entre las cenizas un gatito permanecía acurrucado, preso aun del terror.
La noche anterior, en un rancho lindero al de M., otro hombre fue salvajemente apuñalado.
En este caso la víctima resultó ser Roberto Ramón Leoni. El nombrado tiene 65 años y se ganaba la vida como cuidador de una suerte de parada de pescadores, en la Curva del Surubí.
La madrugada del jueves alguien lo sorprendió durmiendo y lo atacó. No se sabe si fue un hecho de robo o una pelea.
Lo cierto es que Leoni fue hallado gravemente herido en el lugar. Una ambulancia lo trasladó hasta el hospital Cullen donde se le diagnosticó:
heridas de arma blanca en abdómen; en cuello y en brazo izquierdo.
Algunas versiones aseguran que el nombrado fue atacado por otro sujeto que vive en las inmediaciones y que padece serios problemas con el alcohol y las drogas.
Rodolfo, el dueño de la ranchada de pescadores donde hirieron a Leoni, narró a El Litoral su calvario.
"Yo compré este rancho hace unos seis meses con la intención de hacer una parada de pescadores. Les alquilo cosas. Tengo canoas, lanchas y me dedico a la pesca. Soy jubilado y hago esto como para sumar unos pesos.
Los primeros dos meses fue imposible. Me robaron todo, balanzas, tanques del motor de la lancha, cuchillos, redes, mallas, en fin… de todo.
Hice varias denuncias en la comisaría y nunca hicieron nada. Cansado de todo eso estuve por vender todo. Entonces conseguí a este hombre que hace de cuidador. Pero anoche casi lo matan. No sé si fue un robo o qué pasó.
Acá es imposible estar. Nadie trabaja y muchos viven de lo que roban", sentenció.