Un profesor de educación física de 45 años fue imputado este sábado por la mañana como autor de delitos contra la integridad sexual de tres de sus alumnas en el Jardín Ceferino Namuncurá, en la zona noroeste de la ciudad.
Frente a tribunales se encontraron familiares de las víctimas y del acusado. Se produjeron algunos incidentes y gracias al accionar policial la situación no pasó a mayores. El lunes se realizará la audiencia de medidas cautelares.
Un profesor de educación física de 45 años fue imputado este sábado por la mañana como autor de delitos contra la integridad sexual de tres de sus alumnas en el Jardín Ceferino Namuncurá, en la zona noroeste de la ciudad.
La atribución delictiva fue realizada ante el juez Sergio Carraro por el fiscal que lidera la investigación, el doctor Matías Broggi, que participó de la audiencia de manera remota.
El docente fue acusado de "abuso sexual gravemente ultrajante agravado porque, al momento de los ilícitos, era el encargado de la educación y de la guarda de las víctimas". Concretamente, el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostiene que el sospechoso habría manoseado las partes íntimas de las menores de edad por debajo de sus ropas.
La audiencia de medidas cautelares, en la que el fiscal solicitará la prisión preventiva del imputado, se realizará el lunes, en horario a confirmar.
Antes, durante y después de la audiencia se registraron violentos incidentes entre familiares de las víctimas y del acusado, que llegaron hasta la Plaza de Mayo para manifestarse. Sólo la intervención de la policía impidió que la situación se desmadre totalmente y pasara de lo verbal.
Judith tiene 23 años y es madre de una de las pequeñas que tiene 6 y cursa en la institución desde "Salita de 4". "El martes fui a buscar a mi hija al jardín y ella se comportó de manera extraña. Hoy me doy cuenta. Al salir no saludó a la maestra como siempre. Ni la miró. Sólo me pidió que busquemos a su hermanito. Paseamos todo el día. Estaba más charlatana de lo normal y a la noche, cuando llegamos a casa, me dijo que le dolía abajo, que se había lastimado, que se había golpeado en el jardín o que se había caído. Le pedí que me cuente y me dijo que se había golpeado en la clase del profe J., que no quería contar porque el profe se iba a enojar", contó la joven.
"Ante mi insistencia me dijo: 'Tengo algo guardado en el corazón, muy triste. No te puedo contar porque te va a hacer mal'. Entonces no dudé y la llevé al Hospital Iturraspe. La revisaron toda la noche, la vieron psicólogos y al otro día me dijeron que no tenía nada… que no había signos de abuso. La llevé a mi casa, pero no pude descansar. Entonces, a la madrugada la llevé al Hospital de Niños. Ahí una doctora me dijo que tenía irritación, pero que no era indicio de abuso", continuó.
"En la Comisaría de la Mujer, ante la policía, mi hija contó que el profesor la había tocado y lastimado, pero después no quiso hablar más. Ahí se constató la lesión y me dieron una crema y una pastilla para el dolor, porque estaba lastimasda.