Febrero cerró con un homicidio cada 21 horas en Rosario
La cantidad de asesinatos en el segundo mes del año fue de 32, 30 de ellos en la ciudad cabecera, en su mayoría como consecuencia de violentos ataques con arma de fuego. El más conmocionante, que marca un antes y un después en esta saga que parece interminable, fue el de un joven que fue levantado en la calle y asesinado en la puerta del club Newell’s Old Boys, con un mensaje intimidante.
Verano más que caliente en la Cuna de la Bandera con 32 asesinatos. Crédito: Marcelo Manera
Rosario es sinónimo de balaceras y muerte a manos de sicarios con acento local. Desde hace años, vive inmersa en una saga de violencia que se cobra víctimas en cualquier barrio, a cualquier hora, prácticamente sin distinción de edad o sexo. En el segundo mes de este 2023 se registraron 30 homicidios de los 32 que se cometieron en todo el departamento, demostrando en números que nada ni nadie parece poder ponerle fin.
Los barrios Ludueña, Tío Rolo, Villa Manuelita, Santa Lucía, Vía Honda, Villa Banana, Bella Vista, Nuevo Alberdi, Centro, Tiro Suizo, Fisherton Norte, Alvear, Tablada, Empalme Graneros, Villa Urquiza, Triángulo, Franchetti, Azcuénaga, Acindar, Las Flores y el parque Independencia, fueron algunos de los lugares de la ciudad que gobierna Pablo Javkin donde la muerte se cobró víctimas.
Las estadísticas marcan que los fallecidos tenían entre 18 y 72 años, que del total de febrero, 7 fueron mujeres y que 2 de ellas eran hermanas. También que 3 de los crímenes se cometieron con arma blanca y los restantes con arma de fuego y que al menos 6 de las víctimas fueron rematadas con un disparo en el cráneo.
Las cifras siguen en aumento. Al cierre de este recuento, indican que en los primeros 59 días del año, ya se llevan registrados 58 crímenes, casi uno por día, y la frialdad de los números también señala que fueron 8 más que a esta misma altura del año pasado.
¿Infundir miedo?
Casi con el inicio del segundo mes del año se conoció un asesinato que trascendió más allá de la provincia y que seguramente marcará un antes y un después por la gravedad del hecho, el mensaje que se intentó dar y la impunidad con la cual parecen manejarse los sicarios de la cuna de la bandera y la violencia.
En la noche del miércoles 1° de febrero, unos disparos sorprendieron a quienes estaban en la zona de parrilleros del Club Newell’s Old Boys, en un sector del parque Independencia, a metros del estadio de fútbol “Marcelo Bielsa”. En un primer momento se conoció que la víctima había sido baleada en la calle, frente a una de las puertas de ingreso al predio, en un claro mensaje sicario.
Las sirenas policiales ya forman parte del paisaje tradicional en la ciudad que gobierna Pablo Javkin.
Foto: Archivo
Pero con el correr de las horas y los días, se fueron conociendo otros detalles que erizaron la piel a más de uno. La víctima tenía 28 años, fue identificada como Lorenzo Altamirano, más conocido como Jimi. Tocaba el bajo en varias bandas de punk rock, y se ganaba unos mangos como malabarista callejero. Nada tenía que ver con el mundo del fútbol y menos con las distintas facciones de la barrabrava de Newell’s.
A un mes del crimen, no hay demasiadas precisiones sobre los últimos momentos de Jimi. Se sabe que estuvo ensayando con un grupo en la zona de bulevar Oroño al 2600 hasta cerca de las 22, que luego acompañó a una compañera a tomar el colectivo y después se marchó rumbo a su casa, ubicada a inmediaciones de bulevar 27 de febrero y Lima, a unas 25 cuadras al oeste del lugar donde se juntó por última vez con sus compañeros músicos.
La investigación lo encontró en una cámara de vigilancia, en la que se lo ve caminando por 27 de Febrero y Ovidio Lagos, con rumbo hacia el oeste. El reloj marcaba las 22:32. Casi 15 minutos después, era bajado a empujones de una Renault Sandero frente a la puerta 6 del estadio, por calle Morcillo al 2500, y era gravemente herido. Fue llevado en ambulancia hasta el hospital de emergencias Clemente Álvarez, con heridas de arma de fuego en el cráneo y el pecho, donde falleció durante la madrugada del jueves. En el lugar del ataque se encontraron dos vainas servidas calibre 9 milímetros y un mensaje intimidatorio dirigido a presos relacionados con la banda Los Monos y el club. Un mensaje similar había sido dejado en la puerta de la subcomisaría 26° de Villa Gobernador Gálvez, donde casi a la misma hora atacaron a tiros un patrullero que estaba estacionado.
Pasada la medianoche, en la zona de calle Latzinia al 2900, de barrio Carlos Casado, aproximadamente a un kilómetro al sudoeste de la cancha, se halló un vehículo incinerado, que responde a las características aportadas del automóvil utilizado en el hecho.
Por el momento el caso no tiene detenidos.
El 22 de febrero se organizó una marcha para exigir un cambio radical en la seguridad de la ciudad. Foto: Marcelo Manera
A los tiros en el oeste
Casi 48 horas después del hecho en el que resultó muerto Jimi, una seguidilla de disparos que parecía interminable sacudió a varios de los residentes en la zona de Provincia de Misiones al 2100, un sector de la zona oeste que desde hace tiempo viene apareciendo en las crónicas policiales.
Poco antes de la medianoche del viernes 3, varios jóvenes estaban charlando en la vereda cuando pasó un auto con varias personas que prácticamente sin emitir una palabra, comenzaron a disparar contra el grupo.
Como consecuencia de la balacera, una joven identificada como Belén Sofía Rodríguez, de 18 años, recibió varios disparos en distintas partes del cuerpo, por lo que fue cargada en un auto y trasladada al policlínico San Martín, donde falleció poco después de ingresar.
Además de Belén, otras 3 personas resultaron heridas, entre ellas su hermana Noelía, de 21 años, quien fue llevada al hospital de emergencias con heridas de bala en la región lumbar y extremidades inferiores. En la tarde del domingo, Noelía Milagros Rodríguez murió, señalaron en su momento voceros del hospital.
Muerte en un funeral
Para algunos puede ser el título de una película, pero también fue parte de la realidad que se está viviendo en Rosario. En la crónica de hechos policiales no es tarea sencilla contar lo sucedido sin caer en las repeticiones típicas de los hechos violentos: balaceras, heridos, ataque sicario, muertos.
Pero Rosario no deja de dar sorpresas. En la tarde del lunes 20 de febrero, mientras se realizaba en una sala velatoria de barrio Azcuénaga el velorio de un hombre que había sido asesinado esa madrugada en la puerta de su casa, ubicada en barrio Santa Lucía, varias personas pasaron en auto y atacaron a tiros a quienes estaban en la puerta de la Cochería Colonial, ubicada sobre calle Teniente Agneta al 1700, entre avenida Pellegrini y Cochabamba.
Mientras los atacantes se daban a la fuga, en el lugar quedaron al menos 6 personas heridas. Algunos de los que habían ido a despedir los restos del hombre asesinado horas antes llamaron al 911 y denunciaron el feroz ataque y un rato más tarde, varios patrulleros llegaron hasta el lugar y cortaron la calle.
A esa altura de la tarde, los heridos habían sido llevados en autos particulares hasta el hospital de emergencias Clemente Álvarez, ubicado unas 20 cuadras al este. Entre los heridos estaba Pablo Sebastián Latorre, de 35 años, quien ingresó con una herida de arma de fuego en el tórax, por la cual falleció poco antes de la medianoche.
Los otros cuatro heridos, entre ellos una joven de 19 años que está embarazada, quedaron internados, algunos con pronóstico reservado.
En la Cochería Colonial despedían los restos de Jorge Gustavo Maturano, un hombre de 45 años que había sido acribillado a tiros alrededor de la 1 AM de ese lunes, en calle Débora Ferrandini (ex pasaje 1752) al 2000, en un extremo de barrio Santa Lucía, a pocas cuadras de avenida Circunvalación y el inicio de la autopista que une Rosario con Córdoba, en la zona oeste.
Hasta ese lugar habían llegado entre una y dos personas en una moto que preguntaron por Maturano, y cuando el hombre salió, lo atacaron a tiros. Recibió al menos 5 impactos, uno de ellos en el cráneo, y falleció prácticamente en el acto.
La despedida
El martes 21 de febrero se conoció otro violento episodio, esta vez registrado durante una despedida a una persona que se iba del país, que terminó con un hombre asesinado tras agonizar casi 48 horas por heridas de arma blanca recibidas en el cráneo y uno de sus ojos.
El crimen tuvo como antesala una despedida realizada en la noche del sábado 19 en un club situado sobre avenida Acevedo al 3000, a menos de 200 metros del Centro Municipal de Distrito Sudoeste, donde también funciona un centro de salud que fue baleado dos semanas antes.
En ese lugar se celebraba la despedida de un hombre amante de las motos, apodado “Garra” ya que según distintas publicaciones en redes sociales, se iba del país.
Uno de los asistentes a la reunión fue identificado como Juan Manuel Carita. Al parecer, en las primeras horas de la madrugada del domingo, y por causas que se investigan, se produjo una pelea en el interior del club entre varias personas que formaban parte de dos grupos de amantes de las motos.
En base a distintos posteos en redes sociales, se presume que los integrantes de ambos espacios, denominados “Los Arrieros” y “Venas del Asfalto”, comenzaron a discutir.
La discusión fue subiendo de tono hasta que en un momento, Carita –quien se presume pertenecía a Los Arrieros–, recibió varias heridas de arma blanca en el cráneo y el rostro, entre ellas una en uno de sus ojos, y falleció en la noche del lunes.
Números
En base a datos propios y al informe periódico del Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad santafesino, son 32 los homicidios cometidos en el mes de febrero en el departamento Rosario, dos de ellos en Villa Gobernador Gálvez, y un total de 58 crímenes desde el inicio del año (59 días), lo que equivale a uno prácticamente cada 24 horas.