En una noche: ladrones robaron dos veces en la misma casa en barrio Guadalupe
En el primer robo actuaron cuatro jóvenes encapuchados. Un rato después entró a robar un hombre acompañado por un menor. Se llevaron hidrolavadoras, herramientas, ropa y una motocicleta.
Las cámaras de seguridad de la casa captaron las secuencias delictivas.
Que la inseguridad es un flagelo no es ninguna novedad. Ahora cuando esa situación se vuelve alevosa, es demasiado. Tal la pesadilla que vivió una familia durante la madrugada del miércoles cuando ladrones entraron a robar dos veces en su casa de barrio Guadalupe.
"Estábamos durmiendo cansados porque trabajamos mucho durante todo el día. A las 3,30 nos despertamos porque mi bebé se había descompuesto. Había ensuciado toda su camita. Yo me levanté a bañarlo mientras mi marido salió para sacar las sábanas al patio y ahí fue cuando se dio cuenta que el portón del garaje estaba abierto", dijo Jazmín en diálogo con El Litoral.
"Mientras yo estaba bañando al bebé escucho que el grita: "¡¡nos robaron… nos robaron!!" Empezamos a correr para todos lados porque pensamos que los ladrones podían estar dentro de la casa. Por suerte eso no pasó", agregó.
"Una vez que nos tranquilizamos nos pusimos a ver las cámaras y notamos que no solo nos habían entrado una vez, sino dos veces durante la madrugada".
El primer robo; donde se observa a un grupo de delincuentes ingresando a la propiedad.
"Primero fue una bandita de cuatro jóvenes, creo que no llegan a los 20 años, que empezaron a mirar el portón, rompieron la reja, ingresan y se llevan lo que había en el garaje: una moto que no andaba; herramientas de mi marido; una amoladora, dos hidrolavadoras y zapatillas. Todo duró unos 3 minutos.
Pero media hora después pasó un hombre con un chiquito, que no tendría mas de 10 años. Ven que la puerta estaba sin traba, entran y se llevan 2 garrafas, otra hidrolavadora y una amoladora", comentó la damnificada.
En otra parte de su relato Jazmín reflexionó: "te juro que pensé en el nenito…pobrecito a esa hora de la madrugada teniendo que entrar a robar. Ahí dejaron la reja abierta de par en par. Notamos que quisieron entrar al interior, por suerte teníamos todo trabajo y no pudieron.
Respecto a cómo fue el impacto emocional que les dejó el suceso, la mujer sostuvo que "estamos muy tristes y sin consuelo. Hace 4 años que estamos acá. Ya nos habían advertido que este barrio era bravo por los robos, pero jamás pensamos en vivir algo así. Un vecino hasta tuvo que enrejar un quincho que tiene en el patio, cansado de los robos. Ahora nosotros estamos pensando en mejorar nuestra seguridad. Es lamentable pero tenemos que vivir enrejados", sentenció.
El segundo robo; donde actuó un individuo que estaba acompañado por un menor de edad.
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