El viernes a la tarde Rubén Gómez (72) tenía un plan. Simple y sencillo. Caminar una cuadra para poder visitar a su nieto. Con esta intención el hombre salió a la calle, sin imaginar que estaba a pocos segundos de un verdadero drama.
Las víctimas, de 72 y 42 años, debieron ser hospitalizadas. Hay antecedentes de varios hechos similares. Indignación y temor entre los vecinos.
El viernes a la tarde Rubén Gómez (72) tenía un plan. Simple y sencillo. Caminar una cuadra para poder visitar a su nieto. Con esta intención el hombre salió a la calle, sin imaginar que estaba a pocos segundos de un verdadero drama.
El hombre caminaba por calle Azcuénaga al 700, esto es, frente a la canchas de Macabi, cuando fue atacado por una perra Pitbull. El animal apareció de repente y le saltó al cuello. La embestida del can fue tan fuerte que Gómez cayó al suelo.
A modo de defensa el abuelo alcanzó a interponer delante de su rostro su brazo izquierdo, que fue donde el animal descargó sus poderosas dentelladas.
La escena se consumó delante de vecinos y familiares del nombrado que de inmediato fueron en su auxilio.
Una de ellas fue Carolina (42), hija del mencionado, que también fue mordida por la perra. La mujer resultó con heridas a la altura de las costillas".
Otro que fue víctima y testigo de la sangrienta secuencia es Alejandro Cerra (41), esposo de Carolina.
"Yo estaba con unos vecinos en Azcuénaga y Piedras, en las canchas de Macavi, cuando esta gente largó a sus perros (además de la Pitbull, hay otro perro raza Boxer que participó de éste y otros hechos.) Zafamos porque les tiramos unas patadas y se fueron", dijo hoy en diálogo con El Litoral.
"En eso pasa un patrullero y lo paro. Los policías no se animaban a bajar. Nos dijeron que habían llamado a la Guardia Canina en Recreo, que ya iban a venir. Y se fueron", agregó.
"Al rato aparece otro patrullero que creo era de la seccional 8va. Y en eso veo que viene mi suegro caminando en dirección a mi casa. La perra lo ataca y lo revuelca por el piso. Salgo corriendo mientras los policías se quedaron mirando".
"Le pego una patada a la perra y lo soltó. A todo esto le gritaba a los policías que hagan algo, un tiro al aire por lo menos, pero no hicieron nada… seguían mirando. Luego viene mi mujer para auxiliar a su padre y entonces la Pitbull la ataca a ella. Le clavó los dientes al costado del abdomen".
"Como puedo lo llevo a mi suegro caminando hasta mi casa", prosiguió Alejandro. "Yo pensé que se moría… estaba todo ensangrentado y temblaba".
"Llamamos a la ambulancia y demoró 40 minutos en llegar. Finalmente por la gestión de un amigo pudimos llevarlo hasta un sanatorio privado. Le colocaron varios puntos de sutura y tuvieron que hacerle una reconstrucción de la zona".
"La noche del viernes la pasó internado y el sábado al mediodía le dieron el alta, más que nada para que salga del hospital. Nos dijeron que era mejor que siga la recuperación en su casa, por todo los riesgos de contagio por la pandemia", comentó.
"Según nos comentó uno de los médicos, mi esposa se salvó por el abrigo que llevaba puesto. La prenda impidió que los colmillos del animal le afectaran el bazo. Si eso llegaba a ocurrir, se moría desangrada, nos informó el médico.
Lo que pasó con el jubilado y su hija no es nuevo. Existen varios antecedentes de ataques protagonizado por estos perros que pertenecen a una familia que viven en la cuadra de Azcuénaga al 700.
"Hace dos meses atacaron a una chica de 21 años que paseaba con su perro. Le destruyeron un brazo y una pierna.", dijo Alejandro.
"En febrero del año pasado me atacaron a mí cuando venía como mi perro y mi hijo, de 6 años. Por suerte se la agarraron con mi perro y no lastimaron a mi hijo", agregó.
"Desde el año pasado hasta ahora hubo muchos ataques. Hasta mataron otros perros y los descuartizaron. Todos fueron denunciados en la policía, pero jamás nos dieron bolilla. Nunca nos escucharon", sentenció.
"La noche del viernes un móvil policial quedó en la puerta de la casa donde viven los perros, en Azcuénaga al 700. Pero la mañana del sábado pasó algo increíble", continuó Alejandro.
"Una combi ingresó a la vivienda con la intención de sacar los animales de ahí. Los querían esconder. Todo esto con un patrullero en la puerta. Los vecinos empezamos a los gritos, aparecieron dos refuerzos y logramos frenar todo".
De todo lo ocurrido fue impuesta la fiscal María Laura Urquiza quien dispuso que el personal policial arbitre los medios para retirar los canes del lugar.
Por su parte el dueño de los animales, Francisco Gaziano (65 ), junto a su hijo Andrés, ambos fueron trasladados a la seccional 8va, donde se los notificó de la apertura de una causa en su contra por Lesiones Culposas.
La fiscal interviniente dispuso que el proceso se tramite en estado de libertad. Por tal motivo, tras cumplimentar los trámites de rigor en la dependencia policial, al mediodía del sábado los nombrados regresaron a su domicilio.
En tanto personal de la Brigada Ecológica procedió al retiro de los los canes, los que deberán ser examinados por el veterinario policial y determinar dónde serán resguardados.