Este jueves se llevó a cabo la segunda jornada del juicio a Omar Gabriel Albornoz (44), acusado por las muertes del matrimonio Mónica Rampazzo y Rafael Espino y de su hijo Rodrigo, ocurridos en octubre de 2018 en su casa de Barrio Sur.
La frase surgió de una intervención telefónica que fue reproducida durante el juicio. Las declaraciones de policías y peritos comprometieron al acusado.
Este jueves se llevó a cabo la segunda jornada del juicio a Omar Gabriel Albornoz (44), acusado por las muertes del matrimonio Mónica Rampazzo y Rafael Espino y de su hijo Rodrigo, ocurridos en octubre de 2018 en su casa de Barrio Sur.
Peritos y policías declararon ante los jueces Sebastián Szeifert, Pablo Ruiz Staiger y Pablo Spekuljak, quienes están a cargo del debate. Uno de ellos se refirió a una intervención telefónica realizada en el marco de la investigación, en la que una mujer del entorno del pintor le comentaba a otra que Albornoz tenía deudas y que le había dicho “vamos a meterle fierro a estos viejos”.
La acusación está en manos de los fiscales Ana Laura Gioria y Andrés Marchi, que pretenden lograr una condena a prisión perpetua. El pintor y albañil sostiene su inocencia, por lo que su abogado defensor Dionisio Ayala apuesta a la absolución de culpa y cargo.
Uno de los primeros en acudir a la sala 6 de tribunales este jueves fue un exjefe de las Tropas de Operaciones Especiales, a quien la fiscalía, en 2019, le solicitó que profundizara la investigación sobre el pintor. Para ese entonces, ya se habían descartado otros posibles escenarios y sospechosos.
En su declaración, destacó la intervención telefónica de la que surgió una conversación entre dos mujeres pertenecientes al círculo íntimo de Albornoz. Una de ellas comentó que el pintor tenía muchas deudas y que le había dicho “vamos a meterle ferro a estos viejos”.
Para ese entonces, en el legajo ya constaba la declaración de un abogado amigo de Espino, quien tras el hallazgo de los cadáveres en la casa de Francia al 1180 se acercó a la fiscalía y señaló que el difunto le había dicho que estaba preocupado. En concreto, le había señalado que tenía dinero, dólares, en su vivienda y que los pintores que estaban trabajando en su casa lo habían visto.
Además, el uniformado declaró que se solicitaron informes que ubicaron el celular de Albornoz en la zona de la casa de los Espino el sábado 20 de octubre por la tarde, lo que coincide con el horario en el que Mónica Rampazzo dejó de responder los mensajes que le llegaban a su teléfono personal.
Otro testigo, también policía, introdujo la llamada de una persona anónima al Servicio de Atención Ciudadana. La misma fue en octubre de 2019, a un año del hecho. Quien llamó señaló que sabía que Albornoz había “entregado” al matrimonio, aunque no le constaba que hubiera participado del crimen, y dijo que estaba escondido en barrio Santa Rosa de Lima. En esa línea, señaló que el pintor se había cortado el pelo y que casi no salía de su casa.
Uno de los agentes que acudió a declarar participó de un allanamiento realizado en Santo Tomé en 2020. Allí, si bien no encontraron elementos relevantes para la causa, le tomó declaración al dueño de casa, quien aportó una serie de detalles sobre Albornoz y su vinculación con el hecho.
El hombre señaló que en octubre de 2018, durante un cumpleaños familiar, el pintor le mostró la llave de un vehículo y le dijo que junto a “un chabón” lo habían robado. Luego Albornoz le mostró la Renault Duster bordó, y también le comentó que habían logrado hacerse con “unos pocos dólares” por lo que “el chabón” se había enojado, debido a que esperaban encontrar más dinero.
El uniformado también recordó que el testigo mencionó que el domingo 21 de octubre de 2018 Albornoz acudió a su domicilio y le pidió guardar allí la camioneta, a lo que se negó. Además, le consultó si había oído algo sobre el robo, ya que habían dejado al matrimonio “maniatado” y con ellos vivía “un chico discapacitado” (Rodrigo era cuadripléjico y dependía de los cuidados de sus padres, si bien lo encontraron con vida falleció a los pocos días producto de un severo cuadro de deshidratación).
Este detalle afectó mucho al testigo, recordó el policía en su declaración, ya que uno de sus hijos tiene una discapacidad. Por esto, terminó cortando su vínculo con Albornoz.
Llegando al final de la jornada declararon los bioquímicos que intervinieron en las distintas pericias realizadas en el marco de la causa. Los datos más relevantes que aportaron fueron dos: el primero, que se descartó que las muertes de Mónica y Rafael hubieran sido provocadas por agua o comida contaminada, o veneno.
El segundo consistió en que los restos recolectados del garaje donde había sido guardada la camioneta del matrimonio tras ser robada, cuyos dueños señalaron al pintor como quien la llevó hasta allí, coincidieron con los faltantes en el vehículo. El mismo apareció abandonado días después de que se conociera que la familia había sido asaltada y asesinada en su vivienda.
DATO: La acusación
Albornoz se enfrenta al pedido de prisión perpetua, acusado por los delitos de “doble homicidio calificado criminis causa” -en perjuicio de Mónica y Rafael, “robo” y “abandono de persona seguido de muerte” en perjuicio de Rodrigo.
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