Juicio contra el preparador físico venadense: declaró una de las víctimas
La denunciante, que tenía 14 años cuando sufrió los ataques por parte del acusado, dio detalles del horror que atravesó en el gimnasio de 25 de Mayo y Francia.
Tercera jornada del juicio en los tribunales venadenses.
Este jueves se completó la tercera jornada del juicio contra el preparador físico de Venado Tuerto acusado de abusar sexualmente de 9 menores de edad. En esta oportunidad, declaró una de las víctimas y personas de su entorno como el director de la escuela a la que asistía, su psicóloga, su kinesióloga y familiares.
El primero en subir al estrado en los tribunales venadenses fue el director de la escuela, a quien le habían solicitado en su momento un informe sobre el rendimiento y la conducta de tres alumnas que denunciaron al acusado por abuso sexual, donde afirmaba que no se notaban cambio alguno, a diferencia de lo que luego expresaron sus allegados.
Seguidamente fue el turno de la víctima, quien empezó a concurrir al gimnasio de 25 de Mayo y Francia en el año 2013, cuando apenas tenía 14 años, con el objetivo de mejorar sus condiciones físicas. Este caso fue caratulado abuso sexual gravemente ultrajante sin acceso carnal.
Según relató, la modalidad utilizada por el acusado fue la misma que el resto de las víctimas: la hacía desvestir y le decía que necesitaba masajes descontracturantes, llegando incluso a pedirle que se quitara el corpiño y le “masajeaba” los pechos, lo mismo que los glúteos y la zona de la ingle.
A su vez, contó que le costó mucho poder hablar con sus familiares sobre esta situación que sufría en el gimnasio y que, después de un tiempo lo pudo hacer con una amiga que sufría los mismos abusos.
En el momento que los padres se enteran, en el año 2014, deja de asistir a este gimnasio, pero no fue una solución, ya que en 2018 sufrió complicaciones de salud, como consecuencia psicológica de lo que había padecido. En 2021 finalmente radicó la denuncia y a partir de allí logró sanar su cuadro de salud.
La modalidad de los “masajes” se repite en cada uno de los relatos.
También contó que, junto a su familia, decidieron en aquel momento, año 2014, no radicar la denuncia por recomendación de un abogado, quien planteó que no era conveniente hacer dicha exposición.
La lista de testigos continuó con la kinesióloga de la víctima, quien comentó que al enterarse de los supuestos masajes que le hacía el preparador físico le alertó de que no se trataba de una práctica profesional, incluso fue quien dio aviso a la familia de la víctima.
La mamá de la denunciante también compartió su relato, con una fuerte carga emocional, y se lamentó por no haber optado en su momento por radicar la denuncia, considerando que se podría haber evitado el padecimiento de otras niñas. Un dato importante que expuso fue que cada vez que la menor salía del gimnasio quería rápidamente bañarse porque decía que tenía “olor a Pepe (sobrenombre del acusado)”.
La nómina continuó con la hermana y el padre de la víctima, la psicóloga y una amiga.
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