La pareja detenida el sábado pasado por el crimen del visitador médico Cristian Aressi (47) fue imputada este viernes pasado el mediodía y quedó en prisión preventiva. El hombre, oriundo de Arroyo Aguiar, fue asesinado en Santa Fe y descartado en Sauce Viejo.
La cautelar fue dispuesta por el juez Sergio Carraro, quien también ordenó que Alejandro Fernández (28) y Vanesa Chía (37) sean examinados por un médico forense a los fines de evaluar su estado de salud mental, tal como lo solicitó la defensora pública Betina Dongo.
El fiscal Gonzalo Iglesias acudió a la audiencia junto a su colega Ana Laura Gioria. Atribuyó a la pareja la coautoría de los delitos de "robo calificado" y "homicidio doblemente calificado por ensañamiento y criminis causa", y enumeró las evidencias reunidas en su contra.
Al frente de la investigación está el fiscal Gonzalo Iglesias. Crédito: El Litoral.
28 lesiones
Según pudo reconstruir la fiscalía, y así lo imputó, la siesta del 23 de julio Aressi arribó al domicilio que compartía la pareja en Callejón Funes al 4623.
La víctima fue atacada con un elemento punzocortante y con un elemento contundente, presumiblemente un cuchillo y una mancuerna. Las lesiones se concentraron en el cuello y la cabeza, produciendo un "estallido craneal con múltiples fracturas y hundimiento".
El fiscal destacó que "ha recibido un ataque brutal", que comenzó por la espalda, a traición. Se contaron alrededor de 28 lesiones.
En la vivienda se hallaron rastros de sangre humana, cabellos, más de $300.000 (la viuda dijo que su marido había salido con medio millón de pesos en efectivo), dos bolsas con medicamentos de los que vendía Aressi, documentación personal y del Volkswagen Gol gris de la víctima, y su celular, entre otros elementos.
En la investigación consta esta foto de Fernández posando con armas. No se pudo determinar si se trata de réplicas.
Calcinado
La desaparición de Aressi fue denunciada pasadas las 00 del 24 de julio y horas más tarde, por la mañana, se comunicó al 911 el hallazgo de un cuerpo calcinado en un descampado de Sauce Viejo.
Una vecina dijo haber visto las llamas alrededor de las 23 del día anterior, y tras percatarse de que por la mañana se acercaron varios patrulleros al lugar, dio aviso de esto.
Junto al cadáver, había una mancuerna, la que se presume habría sido utilizada para atacarlo. En la vivienda de la pareja imputada había elementos de gimnasia, ya que Chía es instructora de educación física.
El 25 de julio apareció abandonado, estacionado a contramano, el automóvil de Aressi. Estaba en República de Siria al 5600 de Santa Fe. Vecinos dijeron haber visto a la pareja que lo dejó allí, y la describieron.
Uno de los vecinos llamó a la policía, y los agentes entrevistaron al hombre y a la mujer sospechosos, obteniendo sus datos personales, incluyendo la dirección de la casa de Callejón Funes a la que Fernández y Chía acababan de mudarse.
El Volkswagen Gol no tenía una de las patentes, y la otra estaba doblada. Cuando se estableció que se trataba del auto de Aressi, intervino la Unidad de Homicidios. En el interior hallaron sangre, cabellos y un ticket de McDonalds que databa del 23 de julio a las 20, entre el horario en que Aressi fue asesinado (por la tarde) y descartado en el descampado para prenderlo fuego (por la noche).
El juez Carraro acreditó la existencia de peligros procesales. FOTO: Mauricio Garín/Archivo
Celulares
Unos días antes del homicidio, Chía denunció a Fernández por violencia de género. De allí la policía pudo establecer cuál era su teléfono celular. Al pedir los impactos de antena, estos ubicaron a la mujer cerca del McDonald en el horario del ticket, como en el descampado la noche en que descartaron el cuerpo de Aressi.
También se pudo determinar que la mujer conocía a la víctima, ya que se registraron llamadas entre ellos desde enero hasta julio. Las últimas fueron todas de ella hacia él, los días 20, 21 y 22 de julio, previos al crimen.
Debido a los impactos de antena y a los registros de algunas cámaras de seguridad, también se pudo establecer que Aressi se dirigió hasta la casa de la pareja ese 23 de julio por la tarde.
El juez Carraro acreditó la posible coautoría del crimen por parte de la pareja, y sostuvo que por los delitos atribuidos la pena en expectativa sería la máxima: prisión perpetua.
También confirmó la existencia de los riesgos de entorpecimiento probatorio y fuga, por lo que dispuso la prisión preventiva sin plazos tanto para Fernández como para Chía.
En línea con lo solicitado por la defensa, debido a que ambos imputados dijeron padecer enfermedades de salud mental (él esquizofrenia y ella bipolaridad), el magistrado ordenó la realización de los exámenes médicos pertinentes.
La pareja espera que le concedan la posibilidad de reunirse a solas.
Reunirse
Los imputados pidieron, a través de su representante, poder reunirse en privado. El juez dispuso que esto sea comunicado a las autoridades del Servicio Penitenciario.
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