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Están acusados por herir a un gendarme y abrir fuego contra un móvil de la misma fuerza, en una persecución ocurrida el 7 de enero de 2016 en zona rural del departamento Las Colonias.
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Los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci comenzaron a ser juzgados este lunes por el Tribunal Oral Federal (TOF), que integran los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella -presidente- y Luciano Homero Lauría. La particularidad del caso está en que por cuestiones de seguridad, los imputados siguen el debate a través del sistema de videoconferencia, desde el penal de Ezeiza.
Los tres están acusados por cinco hechos ocurridos la mañana del jueves 7 de enero de 2016, cuando Gendarmería advirtió la presencia de los prófugos que caminaban a campo traviesa por un sembradío de soja, en la zona rural del San Carlos Sur, en el departamento Las Colonias.
El primero de ellos fue un enfrentamiento cara a cara con dos miembros de la Gendarmería Nacional -el comandante Valdez y el suboficial Encina-, en el cual uno fue reducido y el otro terminó con un disparo de FAL en el brazo derecho.
Ellos iban a ser los dos primeros testigos del juicio, pero el comandante Valdez se encuentra destinado a la custodia de la embajada Argentina en Paraguay y podría declarar recién mañana; en tanto su compañero, Roberto Encina, relató ante el tribunal cómo fueron esos momentos en los que se enfrentaron con los prófugos más buscados de la Argentina.
“Cuerpo gentil”
Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci venían de fugarse el 28 de diciembre de 2015 de la Unidad Penal N° 30 de General Alvear, en la provincial de Buenos Aires, donde purgaban condenas a prisión perpetua por el triple crimen de General Rodríguez, vinculado al tráfico de efedrina en nuestro país.
Por tareas de inteligencia ese jueves de verano Gendarmería montó un operativo de búsqueda de proporciones, con tres órdenes de allanamiento para localizar a los evadidos en casas o precarias construcciones en la zona rural de San Carlos.
Encina, que era chofer de un utilitario Citroën Berlingo blanco no identificado le dijo al tribunal que “no sabía lo que estábamos buscando”, “lo que menos pensé es que sean estas personas”, por eso cuando vieron una figura esconderse en medio del sojal, le dijo a su jefe: “Debe ser gente del lugar”, y se aprestaron para identificarlo.
El gendarme contó que comenzaron a avanzar por el sembradío al grito de “¡Levántese, Gendarmería Nacional!” y recordó que si bien iba con su Pietro Beretta 9mm empuñada y lista para disparar, “estábamos a cuerpo gentil” sin donde parapetarse en caso de un enfrentamiento.
“No te quiero matar”
“En un momento se levantan tres personas y cargan las armas. Y ahí empezamos a gritar todos: ‘Bajá el arma’, decía uno, ‘bajala vos’, respondían los otros”, en un juego de tensión que terminó con Encina reducido y desarmado, porque “en potencia de fuego estábamos reducidos, yo tenía la pistola y ellos armas largas”, destacó.
Cuando se refirió al momento en que fue alcanzado por Cristian Lanatta y Víctor Schillaci -Martín Lanatta apuntaba a Valdez-, recordó una frase que le quedó grabada: “Dame el arma, no te quiero matar boludo, no te quiero matar”, le repetía Cristian. “En eso escucho un estampido y cuando veo que le pegaron al comandante bajo los brazos y entrego el arma”, sostuvo.
Encina contó que ambos fueron desarmados y que les quitaron los intercomunicadores y los chalecos balísticos, y luego los desapoderaron del vehículo que había quedado estacionado sobre el camino de tierra. También contó cómo hizo para auxiliar a Valdez hasta que lo trasladaron un una camioneta de Gendarmería con destino al hospital de San Carlos Centro.
Testigos
El abogado de los tres acusados, el defensor público oficial Julio Agnoli, aprovechó para preguntarle al testigo: “¿Si hubiesen querido matarlo lo hubiese podido hacer?”, a lo que Encina respondió con seguridad que “sí, desde el primer momento”. “¿Y a Valdez?”, insistió el letrado. “Estábamos los dos en la misma situación”, acotó.
Si bien Encina fue el primero en deponer ante la sala, está previsto que declaren 41 testigos, la mayoría miembros de la fuerza federal.
Por el lado de la fiscalía que dirige el Dr. Martín Suárez Faisal, intentarán sostener las acusaciones por las cuales los tres llegaron a juicio, que incluyen los delitos de “tentativa de homicidio”, “robo calificado”, “daño” y atentado y resistencia a la autoridad”, todos ellos transcurridos en un breve lapso, hasta que quedaron definitivamente fuera del alcance de los gendarmes y lograron llegar a la ciudad de Santa Fe para emprender luego el camino de la costa.