¿Puede una botella de vino provocar un escándalo que termine con un fallecido? La respuesta es sí. Ocurrió en la ciudad de Santa Fe, en la Navidad de 1933. El hecho, tiñó de sangre la festividad de aquel año y llegó a las páginas de El Litoral.
Ocurrió en 1933 en un bar de la capital provincial. Un individuo pretendía beber gratis y ante la negativa armó un escándalo de proporciones, incluso golpeó a la mujer del dueño del lugar.
¿Puede una botella de vino provocar un escándalo que termine con un fallecido? La respuesta es sí. Ocurrió en la ciudad de Santa Fe, en la Navidad de 1933. El hecho, tiñó de sangre la festividad de aquel año y llegó a las páginas de El Litoral.
La crónica policial del vespertino dio cuenta de lo sucedido al día siguiente, es decir el 26 de diciembre de 1933. Bajo el título “Una botella de vino dio lugar a un suceso de sangre”, el diario contó con lujos de detalles una gresca que tuvo un desenlace fatal.
Todo ocurrió sobre el mediodía del lunes 25 en “Café de Silva”, un “despacho de bebidas” como fue descrito por el vespertino, ubicado en la zona de la Avenida General Paz y Pedro Ferré. Un sujeto pretendía consumir una bebida alcohólicas sin pagar y se peleó con los dueños.
Según pudo constatar la policía, el cliente habría querido tomar de “fiado” y ante la negativa del dueño del bar comenzó a insultar a los gritos. En ese momento, detallaba El Litoral hace 88 años, entró en escena la esposa del responsable del lugar.
“Las protestas del cliente fueron oídas por la esposa del comerciante, la que replicó saliendo en defensa de su esposo”, contaba este diario. “Completamente acalorado, el cliente insultó a la señora amenazándola con una botella. La mujer gritó, por lo que corrió su esposo alarmado quien iba armado”, agregó la crónica.
La tensión se incrementó cuando el dueño del bar se interpuso ante los improperios del ofuscado individuo. “Lejos de moderarse le dio un golpe con la botella, rompiéndosela en el pecho”, relataba el vespertino. Acto seguido, casi sin vacilar el dueño del bar abrió fuego y el proyectil impactó directamente contra la sien del sujeto, que cayó al suelo de forma abrupta.
La fatal secuencia culminó con la llegada de los servicios de emergencia de la época. “Fue conducido a la Asistencia Pública y de allí al hospital de Caridad (posteriormente José María Cullen), donde dejó de existir a las 20”, publicó El Litoral en su crónica.
Al tiempo que el dueño del bar también debió ser asistido por lesiones en el pecho, causada por el botellazo que le propinó el ofuscado cliente. “Fue atendido en la Casa Central de auxilios y horas más tarde lo examinó un médico, quien informó que necesitará nueve días de recuperación”, acotó el vespertino.