“Los motivos de la ruptura fueron el nivel de agresión, los celos, el maltrato y la humillación”, dijo la mujer que denunció a su ex pareja por coacciones y daños.
Juliano Salierno
Comenzó hoy en los tribunales locales el juicio oral y público que se sigue contra Ignacio Enrique de Iriondo, un presidiario de 39 años acusado por los delitos de “amenazas coaccionantes” y “daños” cometidos contra su ex pareja, en un contexto de violencia de género, hace precisamente un año.
La víctima, una psicóloga de 38 años, fue la última de una lista de cinco testigos que participaron esta mañana del juicio. Sus padres, su hermano y un vecino declararon en torno a los desmanes ocurridos el 10 de noviembre del año pasado, frente al consultorio particular que tenía la profesional en el barrio Candioti.
La fiscal Graciela Parma, del Ministerio Público de la Acusación, apuntó a De Iriondo como autor material del feroz ataque al consultorio privado, tanto como de las amenazas proferidas a viva voz contra la víctima, que días antes había decidido finalizar una traumática relación de cinco meses.
“La violencia que se generó fue de tal magnitud que derivó en cuatro llamados al 911” dijo la fiscal Parma, luego de repasar que De Iriondo rompió dos persianas, el vidrio de una de las ventanas del frente y arrancó el barral con la cortina, enojado porque la mujer no lo dejaba ingresar.
Primer ataque
“Estaba en mi casa y escuché ruidos y gritos”, recordó a propósito del episodio un vecino que se solidarizó con la víctima y, además de llamar al 911, se cruzó de vereda para ofrecerle ayuda. “Salí de mi casa y vi a un hombre amarrado a una reja” y “gritaba todo el tiempo con vehemencia”, recordó.
Por su parte, la propia víctima relató que “ese día en el consultorio se presentó a las dos de la tarde; él sabía mis horarios, me tocaba el timbre entre paciente y paciente” a lo que ella opuso firme resistencia, hasta que a las nueve de la noche, cuando ya se había ido el último paciente ocurrió lo impensado.
“Me decía: ‘Salí vamos a hablar bien’, pero ya estaba muy nervioso y me empieza a putear y a sacudir la reja. Y cuando escucha que llamo al 911, rompe las ventanas, arranca la cortina y se va”, recordó la mujer. “Vos estás conmigo, no vas a estar con nadie”, amenazó el violento.
La relación
En cuanto a la relación sentimental que mantenía con De Iriondo, la víctima contó que fue “durante 5 meses” y que “los motivos de la ruptura fueron fundamentalmente el nivel de agresión, los celos, el maltrato y la humillación”.
También dijo que “al principio la relación era normal” eso fue durante “los primeros dos meses”, después “comenzaron las escenas de celos, me perseguía” y hasta presume que le había clonado el celular porque podía rastrearla en cualquier lugar donde iba.
Recordó que dos días antes del ataque, el 8 de noviembre, De Iriondo la obligó a que lo llevara a un cumpleaños de una de sus amigas donde sólo se reunirían mujeres y que le reprochó que usara una pollera de jean, al punto que la pellizcó fuerte a modo de represalia.
Si bien no habló de golpes, sí manifestó que cuando le daban ataques de celos destrozaba cosas, como por ejemplo una mesa de luz nueva; y sólo en una ocasión le dejó un fuerte moretón en uno de sus brazos.
Detenciones
A partir de ese episodio del 10 de noviembre de 2014, el fiscal Omar De Pedro ordenó requisar un departamento de barrio Sargento Cabral, donde se produjo la detención del sospechoso. Las imputaciones se le formularon el 13 de noviembre y el 15 del mismo mes el fiscal pidió la prisión preventiva para De Iriondo, atento a que estaba cumpliendo una condena de 2011 por haberle incendiado la casa a otra ex pareja.
En cambio, el juez del caso concedió la libertad del hombre, aunque con medidas de distancia, tanto física como por medios de telefonía o electrónicos, por lo que ni siquiera podía enviarle mensajes a la víctima ni su entorno.
Pero la promesa no fue cumplida y el 20 de noviembre De Iriondo volvió a quedar detenido, esta vez acusado por las presuntas amenazas de muerte direccionadas ya no sólo a su ex pareja sino al círculo íntimo de la víctima, incluso su pequeño hijo de 8 años. El 24 de noviembre el juez Nicolás Falkenberg le impuso la prisión preventiva y desde entonces se encuentra preso.
Cronograma
El juicio que comenzó hoy y se extenderá hasta el 17 de noviembre con la lectura de la sentencia, está a cargo del tribunal unipersonal que encabeza el juez Eduardo Pocoví. Esta mañana el tribunal escuchó a cinco testigos propuestos por la fiscalía, mientras que por la tarde y luego de un cuarto intermedio, se aguardaba la presencia de tres testigos de la defensa del imputado, que se encuentra asistido técnicamente por los abogados Sebastián Moleón y Mario Guedes del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal.
Según el cronograma estipulado por la Oficina de Gestión Judicial las audiencias se reanudarán mañana con las testimoniales que restan y los alegatos finales están previstos para el viernes 13.