Por Danilo Chiapello
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“El se va... me dice chau y no sé si vuelve”.
La frase salió desde las entrañas de una mujer angustiada. Pertenece a la esposa de un veterano remisero, el que anoche terminó herido de bala tras sufrir un asalto.
También resume el espíritu que impera en el seno de una familia, que sabe de los peligros que existen a la hora de ir buscar “el mango” a la calle.
En el centro
José Jachuk, tiene 63 años. Toda su vida fue colectivero. Fiel a su estirpe de “trabajador del volante” una vez que se bajó del “bondi” continuó recorriendo las calles, ahora, con un remís.
Anoche eran cerca de las 20 y José se encontraba al mando de un VW Gol, móvil 2, al servicio de la empresa Capital.
Circulaba por Mendoza y al llegar a la peatonal San Martín una mujer le hizo señas para que se detenga. Pero una vez que el coche paró apareció bruscamente un sujeto.
Ambos subieron al coche, la mujer, de unos 19 años y su acompañante, un hombre de unos 24. Los dos tenían un excelente aspecto y estaban muy bien vestidos.
Pidieron ser llevados a Estrada y Primera Junta.
El viaje se hizo de manera normal, aunque una vez que el coche se aproximó al destino comenzaron las “novedades”.
“Seguí un poquito más”, dijo el sujeto. Luego agregó “ahora metete en esa cortada”. El chofer se negó. Le dijo: “Ahí no puedo entrar, está oscuro”.
Entonces las palabras quedaron a un lado.
Sin piedad
José sintió el cañón de un arma de fuego en su cabeza. “Estás robado amigo... Dame todo lo que tengas”, bramó el caco. Acto seguido se apoderó de unos 130 pesos.
Pero en momentos que los malvivientes se disponían a abandonar el coche sobrevino lo peor. José movió el auto y esto enfureció al rufián que accionó su arma.
Fueron dos disparos en dirección al cuerpo. Uno de ellos hizo blanco en el brazo del chofer, a la altura del codo derecho. El plomo lo atravesó de lado a lado.
Por último los autores de la agresión escaparon a la carrera.
Ya herido José se trasladó hasta Lamadrid y Mendoza donde comenzó a pedir auxilio. Poco después arribaban al lugar la policía y una ambulancia del Cobem
Tras recibir los primeros auxilios el remisero fue llevado hasta el hospital Cullen donde se le diagnosticó herida de arma de fuego con orificio de entrada y salida.