Encontraron los restos de una chica en su casa, le mintió a la policía y terminó presa
Ana Rojas era testigo en la investigación por la desaparición de Caterina Eugenia Giménez (16), cuyos restos aparecieron en un contrapiso de la casa en la que ella vivía. Ahora quedó en prisión preventiva.
En 2019 un grupo de albañiles encontró su huesos en el contrapiso de una casa de Aristóbulo del Valle 7700. Crédito: Google Maps
Ana Filomena Rojas quedó en prisión preventiva este miércoles, imputada por haber prestado "falso testimonio" en el marco de la investigación por la desaparición de Caterina Eugenia Giménez. Los restos de la adolescente de 16 años fueron encontrados en la casa donde vivía Rojas, debajo de un contrapiso.
La cautelar fue dispuesta por el juez Leandro Lazzarini, quien acreditó el delito de "falso testimonio" atribuido a la mujer y desestimó otro, el de "encubrimiento agravado". También advirtió que si bien ordenó que Rojas permaneciera tras las rejas, la medida podría devenir en desproporcionada en cuestión de meses, debido a la baja pena en expectativa.
La causa cuenta con otros dos imputados, también en prisión preventiva. Cristian Kauffman- quien era pareja de Caterina- señalado como quien explotaba sexualmente a la joven, y Luciano Ríos, acusado de haber encubierto el crimen al desaparecer el cuerpo (enterrándolo en su vivienda).
Caterina tenía 16 años y un bebé de 8 meses cuando desapareció. Su mamá nunca dejó de buscarla. Crédito: Archivo El Litoral
Nueve años desaparecida
Caterina desapareció en 2013. Sus restos fueron encontrados en 2019 por albañiles que realizaban trabajos en una vivienda de Aristóbulo del Valle al 7700, pero permanecieron anónimos hasta principios de 2022, cuando fueron comparados con el ADN de su madre y, finalmente, identificados.
La causa, que había estado paralizada, comenzó a avanzar a fines de 2021 cuando quedó en manos de la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas). Las investigadoras de la Brigada de Femicidios -de la AIC- realizaron diversas medidas, entre estas, una serie de entrevistas. Con el dato de que habían alquilado el inmueble entre 2011 y 2019, citaron a Ana Filomena Rojas y a su pareja Luciano Ríos.
Luego de haber declarado por segunda -y última- vez el 12 de marzo de este año, Rojas contactó a Ríos. En esas comunicaciones se refirieron a la información que debían aportar, y a aquello que no debían mencionar, otros testigos. En particular, los hijos de ella. Las conversaciones se dieron el 14 y 15 de marzo, siendo este último el día en que Luciano Ríos terminó detenido.
En la audiencia de este miércoles, el fiscal Matías Broggi solicitó la prisión preventiva de Ana Filomena Rojas por "falso testimonio" y "encubrimiento agravado". El segundo delito fue cuestionado por el abogado defensor Néstor Oroño, y desestimado por el juez Lazzarini, debido a que la imputación no aclaraba la modalidad de comisión del hecho.
La fiscalía expuso el contenido de las comunicaciones interceptadas, de las que surgió que tanto Rojas como Ríos proporcionaron datos falsos cuando fueron entrevistados como testigos. De hecho, Ríos fue reimputado.
En las llamada se referían a lo que habían declarado algunos de sus familiares y especialmente hablaban sobre lo que debían declarar los hijos de ella, para que "no metan la pata". Rescataron frases como "no lo pudo embarrar más" y "que no se olvide lo que tiene que decir cuando lo llamen".
Para la fiscalía, la pareja buscaba despistar y afectar la investigación, encubriendo así lo que realmente sucedió con Caterina y evitando que se sepa quién cometió el crimen. Sobre todo teniendo en cuenta que hay fuertes sospechas de que se habría tratado de un femicidio.
El defensor atacó la hipótesis fiscal, y se refirió a que si bien "pudo haber imprecisiones" en las declaraciones de su clienta, esto "no puede subsumirse en un delito tan grave como el falso testimonio". Ofreció una serie de medidas alternativas -incluyendo una caución personal de 500 mil pesos- y solicitó la libertad de Rojas.
Pero el juez Leandro Lazzarini consideró que había riesgo de entorpecimiento probatorio y señaló que "una condena condicional no sería viable". Esto, debido a que el falso testimonio "está vinculado a un hecho muy grave"