Redacción El Litoral
Un sujeto que hasta este mediodía no había sido identificado por la policía robó anoche, pasadas las 21, al menos tres departamentos de un edificio ubicado en Salvador Caputto al 3100, en esta capital provincial.
El ladrón fue registrado por las cámaras de seguridad cuando ingresó y cuando se retiró con el botín del edificio.
Según se pudo comprobar en el video de la cámara de seguridad, en una escena de película, el ladrón hizo como que buscaba la tarjeta de ingreso a la puerta principal del edificio mientras hablaba por teléfono celular e ingresó detrás de una pareja de vecinos de la torre. Una vez en el interior del edificio ingresó a los departamentos 8vo. C, 10mo. C y 20mo. C, en todos los casos por una ventana que da a los balcones.
Tras cometer los robos, el ladrón cargó dos notebooks, una Xbox, y dinero en efectivo, en una valija que también robó, entre otras pertenencias, y se marchó caminando. Esta escena también quedó registrada en la cámara de seguridad y fue la imagen que sirvió a los vecinos de la torre para identificarlo, cuando el propietario de la valija sustraída la identificó
Antecedente
La de este lunes no es la primera vez que sucede un robo en este edificio. Hace aproximadamente un año y medio El Litoral daba cuenta de lo sucedido en el mismo lugar. En aquella ocasión delincuentes desvalijaron dos departamentos ubicados en el piso 20 del céntrico edificio.
El doble golpe había ocurrido en horas de la tarde del sábado 29 de diciembre de 2012, cuando los moradores no se encontraban en el lugar.
“Se presume que los ladrones, posiblemente dos, ingresaron al edificio utilizando algún engaño, sin necesidad de forzar la puerta principal. Una vez en el inmueble subieron hasta el piso 20, donde usaron una barreta para violentar las cerraduras de dos departamentos”, explicaba la nota publicada en este medio.
En ese atraco los malvivientes huyeron del lugar con dinero en efectivo, artículos de electrónica, joyas y otros objetos de valor, algunos de los cuales debieron dejar abandonados en el pasillo (un televisor, por ejemplo).
Vale recordar que en el momento del golpe, no estaban en el lugar ni los dueños de casa, ni los vecinos, por lo que los delincuentes pudieron hacer ruido sin ningún problema y hasta se dieron el lujo de consumir comida y bebida de las heladeras de sus víctimas. “Antes de darse a la fuga, cerraron las puertas con mucho cuidado, ocultando las cerraduras dañadas para no despertar sospechas”, cerraba la nota.