La delincuencia no tiene piedad... se sabe. Ni siquiera una comunidad religiosa está a salvo. Y así lo demuestra lo ocurrido en La Casita de San Faustino, ubicada en el barrio La Nueva Tablada, que en menos de 72 horas fue blanco de robos y destrozos.
El primero de los hechos sucedió la noche del miércoles. Autores ignorados levantaron las chapas de un techo, rompieron una puerta metálica, los candados y dejaron preparadas varias cosas como para llevárselas.
Se cree que el robo no llegó a consumarse por la aparición de algún testigo inesperado. En este sentido trascendió que los intrusos fueron dos muchachos que se dieron a la fuga.
Tras hacer la denuncia en la seccional del barrio la gente del lugar comenzó con la difícil tarea de realizar las reparaciones para reacondicionar el sitio.
Pero no todo terminó ahí. En la madrugada del sábado los malvivientes volvieron a irrumpir. Tras romper nuevamente puertas y candados se llevaron distintos objetos del salón de los niños; ventiladores, un aparato de Direct TV, un bafle y elementos del programa Acunar, entre otras cosas.
En el lugar se realizan actividades deportivas y sociales, como así se da contención espiritual a niños y adultos del barrio.
"Quieren quedarse con este lugar"
Quien está a cargo de La Casita de San Faustino es la hermana María Elisa Pardo Suarez (58), superiora de la congregación Hijas de la Divina Pastora.
En diálogo con El Litoral la religiosa comentó que "tenemos una idea de quienes están detrás de esto y cual es su objetivo. Se quieren quedar con este lugar. Pero no nos vamos a ir. Nos vamos a quedar a defendernos", dijo.
"Son muchas las personas del barrio (niños y adultos ) que aquí reciben asistencia de todo tipo. Se hacen actividades recreativas, deportes, sociales y lo principal es la contención espiritual y evangelizadora", precisó.
Más adelante la hermana Pardo reveló que angustiada por lo acontecido decidió ir personalmente hasta la Municipalidad para pedir ayuda.
Y la idea de la religiosa tuvo sus frutos por cuanto tuvo un encuentro cara a cara con el intendente Emilio Jatón. Allí le expuso la necesidad de contar con una persona que haga de custodia sobre todo durante la noche, como así también le reclamó para mejorar la iluminación de la zona.
Pardo reveló que el propio Jatón se comprometió personalmente a tomar cartas en el asunto. "'Yo quiero ir para allá y ver cómo solucionamos este tema", fueron las palabras con las que el funcionario cerró el encuentro.