Carlos Retamal
Un triple crimen en la zona oeste al filo de la medianoche del viernes vino a coronar una jornada manchada por la violencia. Durante la tarde, dos jóvenes murieron tras ser baleados en puntos extremos de la ciudad. En los últimos 7 días se registraron 7 crímenes, y ya van 13 en lo que va de marzo.
Carlos Retamal
Marzo viene teñido de sangre. Al mediodía de este sábado, en el departamento Rosario se llevaban contabilizados 13 homicidios, a razón de uno por día, en una clara muestra de la violencia que azota las calles de la ciudad que alguna vez se la señaló como “la Barcelona argentina”. Una planilla con datos referencia que en la última semana se registraron 7 asesinatos, pero 5 de ellos tuvieron lugar en poco menos de 10 horas, en una sola jornada.
El último eslabón de esta cadena interminable de muertes tuvo como escenario el barrio Moderno, en la zona oeste de la ciudad. Cerca de las 23.40, se disparó el alerta en el área de guardia del Hospital de Emergencias, a raíz del ingreso de 4 personas con múltiples heridas de arma de fuego.
El cuarteto fue llevado de inmediato al área de terapia intensiva, pero 3 de ellos fallecieron a los pocos minutos. El cuarto quedó internado en estado grave y al cierre de esta edición su condición era estable, pero con riesgo de vida.
Fuentes del caso señalaron que las víctimas estaban en la noche del viernes en la puerta de un pasillo ubicado sobre calle Manantiales al 3700 (calle que luego se denomina Cerrillos y desemboca en bulevar Seguí), a pocos metros de “la curva de Seguí”, en la zona conocida como Vía Honda.
En base a los primeros testimonios recogidos en la zona, eran varias las personas que se encontraban charlando en ese lugar cuando pasaron dos personas en una moto que, al parecer sin anuncio ni palabra previa, realizaron múltiples disparos de arma de fuego contra el grupo que estaba en la puerta del pasillo y luego se dieron a la fuga.
Al menos cuatro hombres recibieron múltiples impactos y fueron llevados en distintos vehículos hasta el hospital de emergencias. Las víctimas fueron identificadas como Brian Nahuel Zarza, de 27 años; Lucas Ariel Lujan, de 28 y Esteban Damián Benítez, de 36. Mientras que Miguel Ángel A., de 41 años, quedó internado en grave estado.
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La fiscal en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, Marisol Fabbro, ordenó las pericias de rigor al gabinete criminalístico. En el lugar donde ocurrió la balacera se secuestraron al menos 9 vainas servidas calibre 9 milímetros y una motocicleta Honda CBX250 sin dominio que quedó tirada en la vereda, junto a manchas de sangre.
También pidió a la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que tome testimonios a familiares de las víctimas y vecinos de la zona y haga un relevamiento de las cámaras de seguridad existentes en los alrededores.
Con estas 3 muertes, ya son 13 los asesinatos cometidos en marzo y 49 la cifra total en lo que va del año en el departamento Rosario. En todo marzo del año pasado se registraron en total 16 homicidios, lo que demuestra el alto nivel de violencia que se vive actualmente.
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Pero los crímenes del viernes comenzaron en horas de la siesta. Unos minutos después de las 15 se produjo una suerte de emboscada en el extremo norte de la ciudad.
En una esquina del barrio Fontanarrosa (ex Zona 0), personas que se desplazaban en un automóvil Chevrolet Corsa y una motocicleta Honda CG interceptaron a otra moto en la cual iban las dos jóvenes, en una maniobra que para los investigadores fue planificada ya que la moto fue rodeada”.
En esa suerte de emboscada, no se sabe si desde el auto o la moto dispararon casi a quemarropa. Los dos muchachos resultaron heridos y fueron trasladados en un auto particular hasta el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde el mayor de las víctimas, identificada como Francisco Antonio Olivera, de 22 años, ingresó sin signos vitales y falleció producto de un disparo en el tórax. Mientras que el otro herido, J. B., de 14 años, fue atendido por una herida de bala en el hombro derecho. Nada se sabe -al cierre de esta nota- de los autores del ataque.
La otra muerte, en la que también tuvo participación una moto, ocurrió un rato antes de las 19 en Cullen y pasaje Lejarza, zona oeste, donde un grupo de personas estaba tomando unas gaseosas luego de jugar un partido de fútbol en una cancha cercana.
Según fuentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), un grupo de personas que habían estado jugando al fútbol en una cancha ubicada a pocas cuadras, estaba tomando gaseosas en un comercio barrial, ubicado sobre calle Cullen.
En un momento se aparecieron dos personas jóvenes en una moto. Una de ellas llevaba un arma y sin mediar palabra, efectuó múltiples disparos contra el grupo de personas.
Como resultado del ataque, un hombre de 34 años, identificado como Luis Leones, murió prácticamente en el acto, ya que recibió entre 6 y 8 disparos.
En el hecho también al menos otras tres personas resultaron heridas. Nicolas C., de 29 años, recibió un disparo en la pierna derecha; Nicolas T., de 28 años, impactos en ambas piernas y David P. de 22 años, un balazo en la cabeza. Los tres fueron llevados en ambulancia al hospital de emergencias Clemente Álvarez, donde quedaron internados, el menor de ellos en muy grave estado.
En la noche del lunes 8 de marzo, en otro punto de la zona oeste (Dean Funes al 8100, casi en el límite oeste del municipio), dos personas aparecieron caminando por el medio de la calle. Según fuentes de la investigación en ese momento no había nadie sobre la vereda, o al menos ninguna persona reconoció haber estado afuera.
Alrededor de las 21.30, una lluvia de balas sacudió a la zona. Todas estaban dirigidas hacia la casa de David Matías Acosta, de 37 años, quien se encontraba en el interior de su domicilio cuando la lluvia de plomos perforó paredes y aberturas.
La secuencia no duró más de 3 minutos y tras los tiros, los dos atacantes se dieron a la fuga.
Acosta recibió varios disparos en el tórax y quedó tendido en el piso, mientras que su pareja e hija, que estaban en otro sector de la vivienda, salieron cuando se dejaron de escuchar los disparos e intentaron, primero, alcanzar a los homicidas y luego tapar los múltiples agujeros que el hombre tenía en el cuerpo, de los cuales emanaba sangre, pero nada pudieron hacer.
En la calle y la vereda, la policía halló 28 vainas servidas calibre 9 milímetros, lo que marca el poder de fuego y la violencia con la que se manejaron los atacantes.
El otro crimen de la semana fue en la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez, ubicada al sur de Rosario, tuvo como víctima a un joven de 23 años y como trasfondo una pelea con otro muchacho por causas que se investigan.
El hecho ocurrió en la esquina de Rivadavia y General López, del barrio Pueblo Nuevo, a menos de 200 metros de donde, el 21 de febrero, mataron a un hombre (y dos días más tarde asesinaron a su hermano en la puerta del cementerio de esa ciudad. Se trata de Javier y Marcelo Procopp, de 36 y 45 años, respectivamente).
Pasada la medianoche, dos jóvenes que se desplazaban en moto mantuvieron una discusión en otro punto del barrio Pueblo Nuevo. Unos minutos después, la disputa verbal siguió en esa esquina y terminó en forma abrupta, cuando uno de los jóvenes sacó de entre sus ropas un arma de fuego y le efectuó al otro varios disparos, uno impactó en el brazo y el otro en el cráneo, por lo que cayó y quedó tendido en el suelo.
Mientras el atacante se daba a la fuga en moto, vecinos llamaron al 911, pero cuando llegó la Policía y una ambulancia, el joven, identificado como Ricardo Benavidez, de 23 años, había fallecido.
En el lugar se secuestraron algunos estupefacientes, varias municiones y un arma de fuego (que estaba escondida en el tronco de un árbol). En horas de la madrugada, en un allanamiento en la casa del principal sospechoso del crimen, se hallaron municiones calibre 22, una moto que se investiga si fue la usada en el hecho, dos motores de moto con la numeración limada y 6 plantas de marihuana. También se detuvo a una mujer de 54 años, madre del principal sospechoso, quien al cierre de esta edición continuaba prófugo.