Saga de crímenes: revelan detalles sobre 2 de los homicidios que estremecieron a Rosario
Los fiscales Patricio Saldutti y Adrián Spelta brindaron datos durante la audiencia imputativa a dos nuevos detenidos por los asesinatos ocurridos entre el 7 y el 10 de marzo.
La estación de servicio donde asesinaron a Bruno. Crédito: Marcelo Manera
En el marco de la audiencia imputativa llevada a cabo este jueves 1 de agosto en el Centro de Justicia Penal de Rosario, los fiscales Patricio Saldutti y Adrián Spelta dieron detalles sobre dos de los cuatro homicidios que formaron parte de la saga de crímenes que estremeció a Rosario a principios de marzo de este año, donde fueron asesinados dos taxistas, un chofer de colectivo y un trabajador de una estación de servicio.
El Fiscal Saldutti le atribuye a Axel Herrera, junto a Alejandro Núñez, conocido como ‘Chuky Monedita’, Brenda Natalí Pared (pareja de Chuky), Gustavo Alejandro Márquez, alias ‘Gusti’, Macarena Solange Muñoz, Axel Uriel R. (ya imputados) y José M. (con pedido de captura) junto a los menores M. M., de 17 años, M. C., de 16, y los menores no punibles, D. M. G. y C. N. T., ambos de 15 años; junto a personas aún no identificadas, el «haber formado parte del grupo que ideó y perpetró una parte de los ataques armados destinados a generar temor y conmoción pública en la ciudad de Rosario tras la selección de objetivos sensibles como víctimas choferes de taxi; recolectores de residuos; choferes de colectivos; comisarías; farmacias; y estaciones de servicio; como respuesta a las modificaciones impuestas desde fines del año pasado en los regímenes de detención en las unidades penitenciarias, tanto a nivel provincial como federal, logrando tras el accionar conjunto atemorizar a la población en general».
Según la acusación, «con su accionar, los imputados tuvieron como finalidad infundir temor y conmoción pública, logrando atemorizar a la población de la ciudad de Rosario en general y a la comunidad de taxistas, choferes de colectivos y playeros de estaciones de servicios en particular, provocando el cese temporal de dichos servicios, quebrando la tranquilidad pública de la sociedad».
Y además, estas acciones tuvieron como propósito «afectar el ejercicio de sus funciones públicas en el marco del Poder Ejecutivo Provincial, conociendo que estos hechos provocarían un impacto en los habitantes de la provincia que podrían llegar a repercutir en la toma de decisiones respecto a políticas públicas adoptadas en materia de seguridad en todo el territorio provincial (restricciones aplicadas a los presos de alto perfil alojados en la órbita del servicio penitenciario provincial)».
Desde el régimen de alto perfil del Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza, se le encomendó a Axel R., quien se encontraba cumpliendo detención domiciliaria a disposición de la Justicia de Menores, que organice distintos hechos delictivos, ofreciendo una recompensa económica para quienes los ejecuten. Axel seleccionó los objetivos y dispuso los recursos materiales y personales para cometer los mismos impartiendo instrucciones y entregando el arma de fuego utilizada; todo eso, desde el domicilio donde cumplía prisión domiciliaria.
El crimen del chofer de colectivo
Alrededor de las 18:45 del jueves 7 de marzo, llegaron en una moto marca Honda Twister 250cc Mauricio Maturano (conductor, con captura vigente) y como acompañante Axel Herrera hasta la esquina de Mendoza y Guatemala.
Herrera se bajó y Maturano siguió su marcha hacia el norte por Guatemala. A las 18:49, simulando ser un pasajero, Axel abordó el interno 12 de la línea de colectivo K, que era conducido por Marcos Iván Daloia, en la parada de Mendoza y Guatemala. Tras abordar el rodado, el colectivo retoma la marcha, y Herrera, sin mediar palabras, le efectuó dos disparos de arma de fuego en la zona craneal. Tras el ataque, descendió del colectivo en la esquina de Mendoza y México, y se dio a la fuga hacia el sur por México, hasta subirse a la moto que conducida por Maturano.
El jueves 7 fue baleado Marcos Daloia (39 años), mientras iba manejando un colectivo de la línea K en Mendoza y Méjico (barrio Belgrano).
Luego, ambos fueron hasta una casa ubicada en Nicaragua al 2200, donde escondieron la moto y se cambiaron de ropa. Como consecuencia del hecho, el chofer fue trasladado de urgencia al hospital de emergencias, donde falleció casi 72 horas después.
Además, los fiscales le atribuyen a Axel Herrera haber portado sin contar con la debida autorización legal, un arma de fuego calibre 380, que se utilizó para cometer el asesinato.
La muerte del playero
Por su parte, el fiscal Spelta le atribuyó a Joana García junto a Brenda Pared, Gustavo Márquez, Macarena Muñoz y Axel R. (ya imputados), junto a personas menores y un menor no punible (D. M. G., de 15 años); y otras personas aún no identificadas; el «haber formado parte del grupo que ideó y perpetró la otra parte de los ataques armados destinados a generar temor y conmoción pública en la ciudad de Rosario tras la selección de objetivos sensibles como choferes de taxi; recolectores de residuos; choferes de colectivos; comisarías; farmacias; y estaciones de servicio; ello como respuesta a las modificaciones impuestas en los distintos regímenes de detención en las unidades penitenciarias, tanto provincial como federal, logrando atemorizar a la población en general».
Según dijo, los ataques tuvieron como finalidad infundir temor y conmoción pública, provocando el cese temporal de los servicios de transporte público y de suministro de combustible en horario nocturno, «quebrando la tranquilidad pública de toda una sociedad». Dichos ataques fueron sistemáticos, organizados y coordinados, realizados con el fin específico de intimidar y amedrentar al gobernador Maximiliano Pullaro y al ministro de Seguridad y Justicia, Pablo Cococcioni.
Además, mencionó que personas vinculadas a organizaciones criminales, desde su lugar de alojamiento en el Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza, determinaron y encomendaron a Axel R. (ya imputado), quien se encontraba cumpliendo detención domiciliaria en calle Misiones al 2200 de Rosario, para que organice la comisión de distintos hechos delictivos, ofreciendo una recompensa económica para quienes los ejecuten. Acá, Brenda Pared, que se encontraba cumpliendo detención domiciliaria en calle Las Garzas al 2200 de Funes a disposición de la Justicia Federal y Gustavo Márquez (ya imputado), aportaron al autor material del hecho, DMG (de 15 años de edad) quien cometió el mismo juntamente con un sujeto de sexo masculino aún no identificado.
Alrededor de las 20 del sábado 9 de marzo, el menor D.M. G., de 15 años, por orden de Gustavo Márquez y Brenda Pared, fue conducido en un vehículo de alquiler Uber desde Anchorena al 1500 (zona sudoeste) hasta Misiones al 2200 (zona oeste de Rosario), donde fue recibido por Axel R., quien abonó el servicio.
Dentro de la vivienda, ambos recibieron una videollamada efectuada desde el interior del Servicio Penitenciario Federal, donde recibieron instrucciones del homicidio a cometer: el de «cualquier empleado de la estación de servicios ubicada en calle Mendoza y Rojas de Rosario».
Bussanich fue asesinado a tiros.
Luego de recibir las instrucciones, apareció en la casa Joana Gutiérrez, con el arma de fuego a utilizar y la nota manuscrita que se debía dejar en la escena, amedrentando al gobernador y al ministro de Seguridad y Justicia.
Tras esto llegó hasta la casa ubicada en Misiones al 2200 un masculino no identificado, quien aportó el vehículo con el cual se cometería el hecho. También se presentó un segundo masculino no identificado, quien sería el conductor del rodado en el hecho, que cargó bidones de nafta en el rodado. Alrededor de las 23.30hs, este masculino, conductor del vehículo, y el menor D. M. G. fueron hasta la estación de servicio.
Luego de dar algunas vueltas por el frente de la estación, estacionaron el auto en la intersección de Rojas y White, y el menor fue a pie hasta la estación de servicios. Y tras esperar que uno de los empleados, Bruno Nicolás Bussanich, ingresara en la cabina de cobranzas de la estación, el D. M. G. se acercó y le efectuó 3 disparos con pistola calibre 9mm, que impactaron en el cráneo y el torso del playero.
Antes de escapar, el adolescente arrojó la nota. Después, el chofer y el homicida fueron hasta calle Furlong y colectora de la autopista Rosario-Córdoba, e incendiaron el auto con los bidones de nafta que tenían en el rodado.
La secuencia siguió con ambos yendo hasta la casa donde Axel R. cumplía prisión domiciliaria, devolvieron el arma de fuego a Joana Gutiérrez, quien la sacó del lugar y los allegados a Axel R. incineraron las prendas que D. M. G. utilizó en el hecho.
Un día después, el joven volvió al lugar donde le pagaron 400 mil pesos por el crimen. Según lo revelado en la audiencia, el menor no se quedó con el dinero, sino que se lo llevó a Gustavo Márquez y se lo entregó « en concepto de reparación por una moto de su propiedad que había sido secuestrada en el marco de un procedimiento policial».
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