Así comenzó la historia de las usurpaciones en Sauce Viejo, en un amplio terreno donde años atrás funcionó la fábrica Fiat, y que hoy linda con barrio Los Conquistadores y la central termoeléctrica Brigadier López.
Entre los usurpadores hay tiroteos constantes. Negocios por drogas y hasta compra y venta de terrenos. Los vecinos, desesperados.
Así comenzó la historia de las usurpaciones en Sauce Viejo, en un amplio terreno donde años atrás funcionó la fábrica Fiat, y que hoy linda con barrio Los Conquistadores y la central termoeléctrica Brigadier López.
Al principio tímidamente un ranchito de chapas, luego otro y al cabo de varios meses una ola de intrusiones que no se detiene.
Y de la mano con esta situación una seguidilla de otros delitos (tiroteos constantes entre los usurpadores, venta de drogas, peleas y corridas) que impacta de manera directa entre los vecinos de Los Conquistadores.
"Todo esto data de varios años. Al principio vinieron unos pescadores locales pero después poco a poco se fue sumando más gente que venía de otros lugares. Empezaron con ranchitos y ahora directamente ya hacen casas de material", dijeron varios vecinos que se comunicaron con El Litoral.
"El lugar no es propicio para vivir, no se habitable por la cercanía con la termoeléctrica. Por allí pasa un conducto que toma fuel oil de los barcos, y que es altamente combustible", agregaron.
"Si bien durante mucho tiempo sufrimos con los robos en la viviendas, ahora tenemos una nueva problemática: los tiroteos constantes que se dan en el asentamiento", precisaron los vecinos.
"Estos enfrentamientos se dan porque hay disputas de tierras para la venta. Allí funciona una especie de subloteo donde van vendiendo terrenos.
Además de las peleas por el territorio hay otra clase de delitos que vienen de la mano, como venta de drogas y reducción de cosas robadas".
La última situación de violencia ocurrió ayer. Varios vecinos se tuvieron que tirar cuerpo a tierra por las balaceras que comenzaron a la tarde y siguieron hasta la noche.
Un vecino nos alertó también que en su casa cayó un proyectil calibre 9 mm., que suponemos es una bala perdida. Tenemos miedo que uno de esos balazos dañe a uno de nuestros hijos", se lamentaron.
"Siempre reclamamos que se ponga freno a la cantidad de gente que viene a asentarse, pero nadie nos escuchó".
"Hace poco el dueño del terreno, a través de sus apoderados, comenzó la construcción de un zanjón transversal, en un intento para que no siga el crecimiento demográfico en el lugar".
"Entendemos que es un recurso desesperado, más propio de la edad media. Falta que se pongan alambres de púas y todo lo demás. Pero alguien tiene que poner freno a esta situación", cerraron.
Denuncia e investigación
Todos estos hechos fueron denunciados en sede policial y están siendo investigados en la fiscalía del Dr. Ignacio Orio.