José Luis Pagés
jpages@ellitoral
Una niña violada, un hombre herido de bala, una casucha arrasada por las llamas de un incendio, la desaparición de una ladrillería artesanal y el éxodo obligado de los ancianos padres del supuesto abusador -todavía prófugo-, dejó por saldo la pueblada que protagonizaron los allegados a la víctima.
Si la sola enumeración de los capítulos que se sucedieron entre sábado y domingo no fueran bastante para conmover al ciudadano, basta agregar que la escena tuvo por telón de fondo el espantoso horizonte de basura que se extiende desde el camino viejo hasta la quinta de Menchaca.
El basural a cielo abierto -donde alimañas y rapaces se mezclan en sórdido cuadro con agobiadas siluetas humanas-, habla por sí solo de la miseria ambiente y de las espantosas condiciones de insalubridad -física y moral- donde transcurren su existencia miles de personas que hacen del cirujeo su medio de vida.
Estas imágenes pavorosas son las que ilustran la crónica policial del día de hoy.