Juliano Salierno
El juez Carraro dictó el encarcelamiento sin plazos para Juan Carlos Gorosito, que el domingo protagonizó una pelea con el joven policía, al que asesinó.
Juliano Salierno
jsalierno@ellitoral.com
La muerte del policía Alejandro Martín Foresto no fue un hecho fortuito. Fue la consecuencia de un rapto de locura e irracionalidad, que diariamente protagonizan innumerables automovilistas, pero que esta vez alcanzó un extremo impensado. El joven de 25 años recibió un cuchillazo en la traquea que le cortó la arteria aorta y murió desangrado en los brazos de su esposa Vanesa, embarazada de 37 semanas.
El episodio criminal por el cual la justicia dictó el jueves la prisión preventiva para Juan Carlos Gorosito, se produjo el domingo a las cinco de la madrugada, cuando los conductores de dos vehículos que se venían persiguiendo desde el peaje de la autopista y la ruta 19, se bajaron a pelear en avenida Presidente Perón algunos metros al sur de calle Iturraspe.
La batahola no duró más de cinco minutos, y fue registrada por las cámaras de seguridad del 911 y por el domo que está en el acceso a la ciudad. También hubo cuatro testigos imparciales -dos hermanos y sus respectivas parejas-, que el martes de esta semana reconocieron a Gorosito como el autor de la puñalada fatal en una rueda de personas realizada en tribunales.
En familia
“La cuchilla la tenía el hombre petiso y gordito”, dijo uno de los testigos. “El más veterano”, expresó otro para referirse a Gorosito, de 38 años. Aunque hubo diferencias en el relato de los ocupantes de uno y otro auto, la mayoría de los testigos y especialmente aquellos imparciales, fueron coincidentes en cuanto que el conductor del Fiat Grand Siena blanco abrió el baúl para sacar un arma blanca, con la cual liquidó al policía de una sola estocada.
Foresto regresaba en un Honda Civic gris, junto a su esposa, su cuñada y el novio de ésta última, de los festejos de carnaval de la localidad de San Agustín. Lo mismo ocurrió con Gorosito, que viajaba en un Siena blanco con su esposa, sus tres hijos menores de edad y el yerno de 19 años.
Hubo un intento de sobrepaso en el peaje de la ruta 19, antes de entrar en la autopista, luego en los 10 km que separan ese punto con la ciudad de Santa Fe, ambos conductores continuaron la pelea de auto a auto con señas de luces, maniobras bruscas, frenadas e intentos de sobrepaso a alta velocidad.
Estocada mortal
Al llegar a la ciudad ambos conductores detuvieron la marcha, se bajaron de sendos autos y tras las recriminaciones mutuas sobrevinieron los golpes. Los del Siena le reprocharon a Foresto haberles escupido la ventanilla y proferirles algunos insultos, y centran el inicio del conflicto en un golpe aplicado al hijo de 14 años de Gorosito.
Los del Honda Civic aseguran que intentaron evitar la pelea -eran tres hombres contra dos- y que las mujeres pedían a gritos que abandonaran el lugar. Hasta que en un momento dado, tal vez superado por las circunstancias -Foresto era joven, alto y atlético-, Gorosito abrió el baúl de su auto y sacó una cuchilla con la cual le atravesó la garganta.
“Se va para el baúl, lo abre y va a buscar algo. Saca un cuchillo con una vaina color oscura”, recordó Nicolás R., que vio cómo su amigo caminó dos metros y se desplomó sobre el pavimento en medio de un río de sangre. Su cuñada Romina, que es enfermera, intentó en vano reanimarlo, pero la hemorragia era tan profusa que no alcanzaron las improvisadas compresas.
Los del Siena abandonaron el lugar y minutos más tarde se entregaron en la Comisaría 6ta. donde denunciaron que habían protagonizado una pelea con otro conductor. A las 5.15 de la madrugada del domingo, Alejandro Martín Foresto ingresó sin vida al hospital Cullen.
Tribunales
Mientras un nutrido grupo de familiares se manifestaban frente al palacio de Tribunales, en el subsuelo del edificio se desarrollaba la audiencia de prisión preventiva para Juan Carlos Gorosito, quien se desempeñaba como empleado de la empresa Cliba, según declaró. Los fiscales de la Unidad Especial de Homicidios, Jorge Nessier y Cristina Ferraro, acusaron al detenido por el delito de “homicidio simple” y expusieron numerosas pruebas que avalan el pedido de la prisión preventiva, que a la postre fue dictada por el juez penal Sergio Carraro. la defensa de Gorosito estuvo a cargo del abogado Adalberto Gabriel Luna.