Pasaron 18 meses desde la desaparición de Mónica Estefanía Aquino. Si bien aún se desconoce su paradero, este viernes comenzó el juicio a su expareja, excuñado y exsuegra, quienes fueron acusados de haberla explotado sexualmente.
Así lo sostuvo la policía que participó de la investigación por la desaparición de la mujer, en mayo de 2023.
Pasaron 18 meses desde la desaparición de Mónica Estefanía Aquino. Si bien aún se desconoce su paradero, este viernes comenzó el juicio a su expareja, excuñado y exsuegra, quienes fueron acusados de haberla explotado sexualmente.
El debate dirigido por los jueces Rosana Carrara -presidenta del tribunal-, Susana Luna y Leandro Lazzarini inició con una serie de planteos defensivos, debido a que sólo a la acusada fue trasladada hasta el Palacio de Tribunales, mientras que los hermanos, catalogados como "de alto perfil" por el Servicio Penitenciario, fueron conectados a través de zoom desde la cárcel de Coronda.
Luego, los fiscales Jorgelina Moser Ferro y Matías Broggi repasaron la acusación que recae sobre Hugo Pérez, su hermano Mario y la madre de ambos, María Rosa Aguirre, para quienes pretenden condenas de hasta 20 años de prisión. Los defensores públicos Mónica Echaniz -por Hugo Pérez-, Sebastián Amadeo -por Mario Pérez- y Betina Dongo -por Aguirre- pidieron la absolución.
Una de las primeras testigos en declarar fue la policía retirada Ángela Bruschini, quien en mayo del año pasado era jefa de la Brigada Especial de Femicidios. Fue en el marco de la investigación desaparición de Mónica que descubrieron las vulnerabilidades y violencias a las que había estado sometida durante años. Las trabajadoras sexuales que la conocían sabían de los golpes y amenazas, y "siempre decían que iba a aparecer muerta".
Mónica Aquino fue vista por última vez el 5 de mayo de 2023. Dos días más tarde, su pareja, Hugo Pérez, denunció su desaparición. Dijo que Mónica había salido a trabajar por la madrugada, y que no había regresado a la casita de barrio Varadero Sarsotti donde vivían junto a los 4 hijos de ella -3 con el acusado-.
En ese domicilio convivían con dos hermanos de Pérez -un adolescente y Mario- la madre de todos, y la pareja de Mario. Fue allí donde a mediados de mayo se concretaron las detenciones de los acusados, que llegaron al juicio en prisión preventiva.
Bruschini realizó un racconto de toda la información que la Brigada reunió desde su intervención en el caso, que les fue asignado el 12 de mayo del año pasado. Explicó que Mónica conoció a Hugo cuando él estaba preso, que quedó embarazada y cuando él recuperó la libertad se fueron a vivir juntos a la casa que ella consiguió.
Luego, él llevó a sus familiares a vivir allí, momento en el que comenzó el "calvario" de Mónica, quien "era una mercancía" para ellos, que "no trabajaban y usaban la plata para comprar droga".
La expolicía señaló que el padre de los hermanos Pérez había sido proxeneta, y que ellos se criaron en ese entorno. También declaró que, durante años, ellos y su madre obligaron a Mónica a prostituirse en las esquinas de Barrio Sur.
"Venía rota, sucia, no podía hablar con nosotras ni con un vecino porque, si la veían, la cagaban a palos", señaló por entonces una de las trabajadoras sexuales de la zona. "Le pegaban mal", admitió la mujer que era pareja de Mario Pérez, que no era obligada a prostituirse pero se dedicaba a pedir dinero en el centro de la ciudad.
"Si Mónica no llevaba treinta mil pesos a la casa, era terriblemente golpeada", por lo que a veces, si no había logrado reunir el dinero, recurría a una prestamista del barrio.
Según Bruschini, la víctima vivía controlada, sometida. Si Hugo no podía, la vigilaba Mario; y si éste no podía, lo hacía Rosa. "Era la única que ejercía todo el día", desde la mañana hasta la madrugada, cortando sólo para llevar a sus hijos a la escuela y luego pasarlos a buscar.
La última vez que dio a luz, la forzaron a volver a la calle en muy poco tiempo: "Mientras su bebé estaba en la NEO, ella estaba en la parada". Hace unos años, cuando Hugo quedó preso, "fue obligada a mantener relaciones sexuales con Mario y mandar el video al penal".
Testigos dijeron haber presenciado cómo Rosa fue a buscar a Mónica y la arrastró de los pelos durante tres cuadras. Además, la excuñada dijo que cuando Mónica era golpeada, Rosa subía el volumen de la música para que los vecinos no escucharan los gritos.
Sobre Hugo también pesa la acusación de haber apuñalado a Mónica el 20 de abril, quince días antes de radicara la denuncia de paradero.
Los días previos a la desaparición, las trabajadoras sexuales que la conocían la vieron "muy abandonada", "estaba perdida pero no por la droga, porque no consumía, sino por los golpes". Por eso "siempre decían que iba a aparecer muerta".
A pesar del extremo nivel de sometimiento, Mónica intentó separarse un par de veces a lo largo de los años. Subía a un taxi junto a sus cuatro hijos y se iba hasta la casa de su mamá, o de una amiga, quienes le pagaban al chofer.
"Hugo llamaba y la iba a buscar, la convencía para que vuelva". Teniendo esto en cuenta, a la policía retirada le llamó la atención que el hombre haya esperado dos días para denunciar la desaparición, y durante ese tiempo no contactara ni se hubiera acercado a los únicos dos lugares donde Mónica se refugiaba.
El juicio continuará el próximo lunes, y se espera que el veredicto se dé a conocer el 2 de diciembre.
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