Caso Abrigo: un misterioso negocio "millonario", mensajes comprometedores y dos disparos a traición
Dos hombres fueron imputados por el homicidio del policía. Durante la audiencia en la que quedaron en prisión preventiva, la fiscalía ventiló detalles de la investigación.
El policía Cristian Abrigo, de 39 años, fue ejecutado de dos disparos.
Este viernes fueron imputados, y quedaron en prisión preventiva, los dos hombres detenidos por el crimen del policía Cristian Abrigo, quien fue hallado sin vida en un campo de Progreso luego de haber permanecido desaparecido durante más de dos semanas.
Luciano Steger (48), quien dijo dedicarse a la compra-venta de vehículos y a la construcción, y Fernando Carrizo (50), un policía de Los Pumas que se encuentra con carpeta médica, fueron sospechados desde el comienzo de la investigación.
El nombre del primero, que pasó a buscar a Abrigo por su casa en la ciudad de Santa Fe el mediodía del 28 de febrero, fue aportado por la familia al denunciar la desaparición.
La búsqueda, que derivó en una investigación por homicidio, fue comandada por los fiscales Laura Urquiza y Andrés Marchi, quienes este viernes atribuyeron a Steger haber asesinado al policía de dos disparos en la cabeza, y a Carrizo haber sido partícipe secundario del delito.
Steger y Carrizo fueron detenidos el 7 de marzo en una estación de servicio de avenida Facundo Zuviría.
Durante la audiencia presidida por la jueza Rosana Carrara, la fiscalía realizó un racconto de las evidencias con las que cuenta hasta el momento, que involucran a ambos imputados, dentro de las cuales consta que días antes del homicidio tanto la víctima como los imputados habían hecho referencia a un misterioso “negocio millonario” que “les cambiaría la vida”.
“Borrá los mensajes”
Dos días antes de su desaparición, Abrigo se reunió con Steger y Carrizo en una casita de Colastiné Norte en la que estaba viviendo de prestado el último de los mencionados. De hecho, el policía le envió una foto en la que se podía ver el interior de la vivienda a su esposa.
Después de ese encuentro, los tres hombres le mencionaron a miembros de su familia que participarían de un negocio millonario “que les cambiaría la vida”.
Steger le envió un mensaje a su esposa, diciéndole que estaba “en una reunión muy importante”, que era “para conseguir la plata que necesitamos”, dinero “para parar la bronca”. Después le dijo que “pasó para mañana” y le recordó que no comentara nada de lo que hablaban y le indicó: “vos borrá los mensajes”. Los mismos fueron recuperados por los peritos.
Abrigo, quien además de pertenecer a la fuerza se dedicaba la compra-venta de dólares y vehículos y era prestamista, le habló de ese misterioso negocio a un allegado que le pidió plata, a quien le dijo que no podría darle el dinero porque necesitaba juntar veintidos mil dólares para participar.
Si bien no se sabe con claridad de qué negocio hablaban, se sospecha que se trataba de un emprendimiento agropecuario a realizar en un campo ubicado en el sur de Progreso que un médico le había prestado a Carrizo. Fue allí donde apareció el cuerpo sin vida de Abrigo.
Un número distinto
El 26 de febrero, después de la reunión, Steger bloqueó a Abrigo de su celular. A la par, se activó otra línea telefónica que si bien estaba a nombre de Carrizo, la fiscalía sostiene que era utilizada por Steger (realizaron una comparativa a través de los informes de impactos de antena del celular personal de Steger y el otro, para saber si ambas líneas coincidían con su ubicación).
La tapera del campo donde encontraron el cuerpo de Abrigo.
Esa nueva línea, que sólo estuvo habilitada entre el 26 y el 28 de febrero por la tarde, tenía como único contacto agendado el número de Abrigo, bajo el nombre “dólar”. Durante esos dos días intercambiaron numerosas llamadas, hasta el mediodía del 28, cuando Steger buscó a Abrigo por su casa de barrio La Esmeralda y lo llevó hasta Progreso.
Momentos después de que los hombres arribaran al campo, llegó Carrizo a bordo de un vehículo perteneciente a Steger.
A traición
Según la atribución delictiva, los hombres comenzaron a caminar y se adentraron en una zona de pastizales y monte. Fue entonces cuando Steger le propinó dos disparos a Abrigo, por la espalda y a traición.
Utilizando un revólver plateado, apuntó a la cabeza del policía y gatilló. Cuando la víctima cayó al suelo, Steger se acercó y lo remató, disparándole nuevamente en la cabeza a muy corta distancia.
La secuencia fue relatada por Carrizo cuando prestó declaración en la fiscalía, luego de su detención. Dijo que el accionar de Steger lo tomó por sorpresa, y que tras asesinar a Abrigo éste lo amenazó para que lo ayudara a ocultar el cuerpo y el arma homicida.
Carrizo también se refirió a que Steger le debía dinero a Abrigo, y que lo asesinó porque no podía pagarle.
Teléfonos intervenidos
Steger y Carrizo fueron detenidos el 7 de marzo cuando, si bien se sospechaba que Abrigo podría haber tenido un final fatal, la investigación aún se enfocaba en encontrarlo. Fueron arrestados en el café de una estación de servicios ubicada sobre avenida Facundo Zuviría, mientras estaban reunidos.
Las órdenes de detención habían sido emitidas el día anterior, y lograron localizarlos debido a que sus teléfonos habían sido intervenidos. También se allanaron los domicilios de ambos.
En el de Steger apareció en celular que había sido utilizado por la línea que sólo funcionó entre el 26 y el 28 de febrero. Si bien el chip ya no se encontraba en el dispositivo, se pudo corroborar que la línea había funcionando en ese aparato.
Días después de haber sido detenido, Carrizo decidió colaborar con la fiscalía. Fue trasladado hasta la sede del Ministerio Público de la Acusación y, junto a su abogado Rodrigo González, describió lo ocurrido el 28 de febrero en el campo de Progreso. Además, señaló dónde habían enterrado a Abrigo, lo que llevó a que el 17 de marzo hallaran los restos del policía.
Delito y posibles penas
Tanto Steger -representado por los abogados Jorge Qüesta y Valentina Alesso- como Carrizo consintieron la prisión preventiva. Ambos fueron imputados como autores de “homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y por haber sido cometido con alevosía”, el primero como autor del crimen y el segundo como partícipe necesario.
La pena prevista para dicho delito es de prisión perpetua, a la cual se enfrenta Steger. Carrizo, debido al grado de su participación, podría ser condenado a una pena de hasta 20 años de prisión.
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