Una perra cimarón cruza con labrador es la único testigo de la ejecución de los infantes de marina uruguayos ultimados este fin de semana en un local ubicado al suroeste de la fortaleza del Cerro de Montevideo.
Una perra cimarón cruza con labrador es la único testigo de la ejecución de los infantes de marina uruguayos ultimados este fin de semana en un local ubicado al suroeste de la fortaleza del Cerro de Montevideo.
El animal –uno de los miles de perros callejeros que hay en las calles del país- era la mascota de los fusileros navales que tenían la consigna de custodiar un lugar que fue definido por el ministro del Defensa, Javier García, como de ningún valor para la seguridad nacional.
En el lugar existió una antena de radar del sistema de control instalado durante la dictadura militar que gobernó el Uruguay entre 1973 y 1985. Con el correr de los años el sistema cayó en desuso al tiempo que empresas de telefonías celulares alquilaron un espacio para colocar sus antenas. Hasta el momento ningún jerarca uruguayo explicó que motiva la presencia de tres efectivos militares en un lugar de nula importancia para la seguridad nacional.
Los investigadores de la Policía analizan el contenido de las imágenes captadas del lugar tanto por cámaras del Ministerio del Interior como otras privadas. Empero, fuentes del caso entienden que los asesinos treparon el cerro por el lado contrario donde están colocadas la mayoría de las cámaras.
Tampoco queda claro como tres infantes de marina fueron sorprendidos por los asesinos cuando precisamente se encontraban de guardia. Los autores del crimen entraron al predio por un agujero existente en la alambrada que cerraba el predio. Luego se acercaron a la casa prefabricada donde ultimaron de varios disparos a los dos marinos que se encontraban despiertos de guardia. El tercer fusilero estaba durmiendo en un colchón tirado en otra habitación del local. Apenas pudo levantarse. El asesino disparó en varias ocasiones causandole la muerte inmediata.
Si bien la ejecución de los infantes ocurrió en jurisdicción militar el caso será investigado por la fiscal de Homicidios, Mirta Morales con el auxilio de los efectivos de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia del Ministerio del Interior.
La titular de la acción penal no quiere, según trascendió, que el caso se contamine por el estado de ánimo reinante en la marina de guerra, institución a la que pertenecían los tres marinos ultimados de varios disparos. Al menos ocho, dos de los cuales en cada cabeza.
La fiscal tiene varias líneas de investigación sobre su mesa de trabajo. La más importante apunta al mundo de las organizaciones de narcotraficantes que operan en el territorio uruguayo. Esta línea de trabajo se divide a su vez en dos sentidos.
Uno que apunta al robo de las valiosas pistolas Glock 9 milimetros que portaban los marinas. Estas armas que tienen un precio legal por debajo de los mil dólares, en el mercado negro pueden alcanzar a los cinco mil dólares o en truque por un kilo de cocaína con narcos brasileños. La pistola puede ser modificada fácilmente de tiro a tiro a automático lo que genera una cadencia de fuego ideal para enfrentamientos con las fuerzas de la ley o con otros narcotraficantes.
Más allá del valor de este tipo de armas de fuego, el crimen cometido este fin de semana tiene, a su vez, de forma implícita un mensaje mafioso dirigido a los integrantes de las fuerzas de seguridad.
“El episodio violento de las últimas horas está abierto a todas las hipótesis”, dijo el presidente Lacalle al dirigirse a la nación en cadane oficial en la noche del domingo. Según trascendió en la noche de este domingo, el gobierno quiere aclarar este caso cuanto antes y que los responsables del triple crimen sean sometidos a la justicia penal competente. Más allá de este deseo principal, existe también la intención de cerrar el caso cuanto antes para evitar disipar el estado de ánimo que generó en el seno de las fuerzas armadas.
La Armada y otras reparticiones que tienen a su cargo la lucha contra el narcotrafico sufrieron en las últimas semanas ataques con bombass e intentos de robos. Para los investigadores aquí puede haber un hilo conductor que conecte a todos los casos. “En inteligencia una vez es coincidencia, dos acción enemiga”, recordó en estas horas un alto oficial del Ejército.
En el ámbito de la Armada el dolor e indignación corren entre su personal subalterno como en la oficialidad. Y las hipotesis corren como reguero de pólvora. Más allá que la hipotesis principal apunta a las bandas de narcotraficantes como razón exclusiva de la muerte de los marinos, no pocos integrantes de la Armada Nacional recordaron el cincuenta aniversario del copamiento del Centro de Instrucción de la Marina, registrado el 29 de mayo de 1970 por parte de un comando tupamaro. El hecho motivó la creación del Cuerpo de Fusileros Navales, conocido por el acronómico FUSNA cuyos integrantes tomaron prisionero a Raúl Sendic, fundador del movimiento guerrillero uruguayo. Esta hipotesis fue rechazada por el poder político uruguayo.