Desde la Justicia de Venado Tuerto, intervinieron en los últimos días, pidiendo por un detenido alojado en la cárcel de Villa María, en la provincia de Córdoba. La persona, sería el líder de una banda dedicada a estafas telefónicas que se harían desde la propia unidad penitenciaria de esa ciudad cordobesa.
A raíz de esto, se realizó un allanamiento en uno de los pabellones del establecimiento penitenciario ubicado en el barrio Belgrano, que fue ordenado por un juzgado de Buenos Aires, que también investiga hechos similares. Según distintas fuentes consultadas por medios de la vecina provincia, el resultado no fue positivo, es decir, que no encontraron los teléfonos que buscaban.
“Llegaron a la Unidad Penitenciaria porque los identificadores y las antenas donde rebotan las llamadas telefónicas permiten decir desde qué lugar se hicieron las llamadas, cada vez con más precisión. Llegaron a un pabellón en cuestión porque el silencio que había era abrumador. Era el silencio de una oficina, no de un pabellón de la cárcel”, consigna el portal Villa María Ya.
Mirá tambiénBuscan crear una Casa de Salud de la Familia Policial en la ciudad de Santa FeMás allá de esta investigación por las supuestas estafas desde la cárcel de Villa María, hay un refuerzo en los controles para evitar la presencia de teléfonos celulares de manera clandestina. “Lo lleva adelante un grupo que llaman ‘Las Doce’, integrado por doce mujeres especializadas y dotadas de elementos técnicos que permiten detectar los teléfonos celulares en los pabellones”, agrega el medio cordobés.
“Muchas personas se benefician, incluyendo a quienes proveen de teléfonos celulares a los presos, que de alguna manera los ingresan pese a que no está permitido. En el interior de la cárcel un Nokia 110 cuenta 80 mil pesos, en tanto que un celular con acceso a redes sociales como WhatsApp vale 150 mil pesos”, cierra el informe.