Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Una familia experimentó anoche el terror en carne propia, cuando dos delincuentes se ganaron al interior de su vivienda en barrio Siete Jefes.
Tanto el dueño de casa como su esposa (ambos abogados) fueron sometidos a una golpiza mientras que sus dos hijos, un varón de 15 y una nena de 11 años, soportaron amenazas de muerte, en una pesadilla que se prolongó cerca de media hora.
No escapó al horror la madre del jefe de familia, una mujer de 74 años, a la que hicieron tirar al suelo y encerraron en un baño junto con las demás víctimas.
El segundo fatal
Anoche, minutos después de las 21, María Susana Marcuzzi (46) se encontraba limpiando el portón automático que da ingreso al garaje de su casa, ubicada en Grand Bourg al 4100, esquina con Iturraspe, con la intención de entrar luego con su camioneta.
En un momento, la mujer se vio sorprendida por dos sujetos que aparecieron de repente. En cuestión de segundos, los recién llegados (dos hombres de unos 20 años) ya estaban dentro de la casa. A cara descubierta, uno portando un arma de fuego y el otro una chuza.
La nombrada fue reducida junto a su suegra, una mujer de 74 años, a quienes las obligaron a tirarse al suelo boca abajo.
No tuvieron piedad
“Yo estaba en la planta alta con mis hijos y escucho el alboroto. Bajo por la escalera y cuando abro la puerta del comedor: me encuentro con un tipo que me apunta con un arma. El otro se me viene con la chuza”, dijo Héctor Fabián Burella (49), en diálogo con este diario.
“Me dicen que me tire al piso. Cuando estoy en eso, uno de ellos me pegó un culatazo en la cabeza y una patada en la boca. Luego uno subió al cuarto donde estaban mis hijos y los empieza a hostigar. A mí me decían que si no entregaba el dinero iban a matar a los chicos.
“Fueron entre 25 a 30 minutos que estuvieron acá adentro, cometiendo todo tipo de desmanes. No rompieron tanto, pero sí causaron un gran desorden... tiraron todos los cajones. Se llevaron electrodomésticos, teléfonos celulares, una play station, una computadora personal y algo de dinero que encontraron.
“Fueron muy violentos y no tuvieron piedad con nadie. A los chicos los amenazaban a cada rato. A mí me pegaron patadas todo el tiempo. A mi esposa le dieron un golpe en la cabeza. Nunca me dejaron reaccionar porque me tenían apuntado con la chuza”.
Encerrados
“Después nos encerraron por separado”, prosiguió. “Los chicos en una habitación, y yo, mi mujer y mi madre, todos en un baño”.
“Nunca nos pasó algo así. Cuando los tipos nos separan, nos dicen: ‘No griten ni hagan nada raro porque matamos a los chicos. Y a vos te quemo’, me dijeron.
“Después siento que bajan la escalera de madera y se van. Supongo que salieron por el mismo portón por donde entraron, porque las otras puertas estaban cerradas. No puedo saber cómo se fueron, porque yo quedé encerrado y no pude ver nada.
“En medio del robo alguien tocó el timbre de calle. Supongo que sería algún apoyo que tenían estos tipos desde el exterior. Una especie de campana. Una vez que se retiraron, no escuché el motor de ningún vehículo, aunque algunos me dijeron que sintieron una moto. Y otros el sonido de un auto y una frenada”.
Conocían el terreno
“De golpe dijeron ‘¡vamos!’ y comenzaron a mostrarse nerviosos a partir de ese momento. La policía actuó bien porque vino rápido. También los vecinos que de inmediato vinieron a auxiliarnos.
“Este barrio viene siendo muy castigado por la delincuencia. No sé qué está pasando. Es más, hoy a las 6 me despertó la alarma de una casa vecina.
“A mí me llama la atención la forma en que manipularon el portón. Éstos tienen un sistema de apertura y cierre que no cualquiera conoce. Ellos ni bien entraron lo cerraron. Apretaron la tecla que correspondía. Porque si apretaban otra, quedaba trabado. Eso me llama mucho la atención. Hicieron los movimientos justos”, concluyó el abogado.
Últimos golpes
* El 21 de julio, ladrones ingresaron a una vivienda de Grand Bourg al 3900. Provocaron destrozos y se robaron gran cantidad de elementos de valor. Violentaron un portón de rejas. También la puerta de acceso a la vivienda y con las distintas puertas interiores. Hasta se tomaron su tiempo para dejar apuntadas hacia arriba las cámaras de seguridad con las que cuenta este inmueble.
* El 6 de mayo, rufianes asestaron un golpe en el supermercado de Laprida 3900.
* El 5 de mayo se produjo un asalto contra una familia que vive en Grand Bourg al 3700.
* Una semana antes fue dramático lo que pasó en Laprida al 3600: un matrimonio fue atacado por un delincuente armado que los sorprendió cuando pretendían ingresar el auto a su cochera. Una rápida reacción del esposo evitó el robo. Pero antes de escapar el rufián efectuó dos disparos contra el suelo.